Capítulo 14 - ¿Mel?

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Salgo de encima suyo y rápidamente me siento en el suelo, provocando un fuerte dolor en mi trasero. ¿Pero que me pasa? Soy la chica que le daba asco el contacto físico de cualquier humano. ¿Qué me está pasando?

Me levanto desconcertada, sin saber que debo hacer, por lo que me dirijo a las escaleras que dan a mi habitación para cambiarme la camiseta llena de pintura. Huyendo de lo que Ray provoca en mí. Aún desconcertada me muevo hacia el lavabo para sacarme por lo menos la pintura de la cara. Antes de volver a subir, cojo una de las camisetas que me van de vestido y que utilizo para dormir, y un trapo húmedo. Respiro lentamente intentando tranquilizar a mi pobre corazón.

Cuando estoy lista cojo fuerza y empiezo a subir hacia el desván. Me dirijo hacia Ray que se encuentra en el mismo sitio que le deje. Está estirado en el suelo con las rodillas en alto. Al oírme se incorpora levemente con los codos. Estoy nerviosa y no sé que he de hacer exactamente, cómo he de actuar. Sí, me he apartado antes de que pasara algo, porque mi parte racional ha decidido reaccionar. Pero sé que si Ray me hubiera besado, yo no lo hubiese detenido. Y eso no creo que sea bueno.

Me siento sombre mis rodillas y le cojo la cara para sacarle con el trapo mojado las florecitas que yo le había dejado.

– Lo siento – digo sin mirarle a los ojos.

– ¿Por qué? No has hecho nada – dice confundido, pero yo niego con la cabeza apretando los labios, no sé que me está pasando. Ray es un chico, no puedo pretender "jugar" de esa manera con él y no provocar nada. Es un adolescente, con hormonas. A pesar de que es un chico decente, no puedo tentar a la suerte así. Ya dijo en su día Ray que él no besaba a las chicas sin salir con ellas, y yo no puedo salir con nadie. No sería sano para él. Ray me coge la muñeca – hey, en serio, siento si te he incomodado o he fastidiado todo, pero me gustas Amelia. Y con esto no quiero que te asustes ni nada, ni te estoy pidiendo ser mi novia, solo afirmo un hecho. No quiero hacer nada sin que tu estés segura.

Me sorprendo ante sus palabras. En un principio, pensé que Ray solo era un chico majo queriendo ser el bueno de la película. Pero no soy tan tonta. Me ha estado acompañando a todos lados, me ha calmado cuando lo he necesitado y me ha cuidado. Un chico solo lo actúa así cuando es su hermana, su mejor amiga o la chica que le gusta. Está claro que no soy Amy, que su mejor amiga precisamente tampoco, así que solo me queda la última opción. No voy a mentir diciendo que no me gusta, sino no hubiese tenido ganas de besarle. O de pasar el día con él.

Así que sí, me gusta Ray. ¿Quiero salir con él? No lo creo. En otras circunstancias quizás. Pero tengo detrás de mí a alguien peligroso. Y lo último que quiero es que salga herido Ray.

– Si supieras la verdad, ya no te gustaría tanto – digo con una sonrisa triste.

– Sé que te paso algo fuerte y quizás no sepa como eras antes de llegar aquí. Pero sí sé quién eres ahora, y la persona que está enfrente mío me gusta. Tu pasado no me hará cambiar de opinión. Quizás me ayude a entenderte, pero no afectara a cómo te trato. Te lo aseguro.

A pesar de que sus palabras no son ciertas, me tranquilizan un poco. El momento incómodo ya ha pasado, dejando un ambiente de confianza.

– Es que no sé qué me pasa... Siento que todo se me está yendo de las manos, que se está descontrolando y me siento... Me siento... - suelto un suspiro y agacho la cabeza.

– Te sientes confundida y asustada – me dice con una sonrisa dulce.

– Quizás – respondo suspirando, ¿no quería ser una adolescente normal? Pues ahora lo estaba siendo.

– No siempre salen las cosas como queremos – me dice – intenta que tu pasado no te impida disfrutar de la vida. Se feliz Amelia, por lo menos inténtalo.

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