Be careful

Capítulo 17 - Emociones como montañas rusas

Ray me había acompañado a casa y después de llamar a Ritta diciendo que no me encontraba bien se había quedado conmigo, saltándose todas las clases del día. No había hablado, ni él había intentado hacerme hablar. Me está dejando mi espacio. Sigo pensando, calculado cuanto me queda para que esta burbuja que he creado en Ellicott reviente.

Oigo como Ray está moviendo cosas en la cocina, preparando algo. Pero no le hago demasiado caso. ¿Cómo ha podido pasar? En que momento mi vida se convirtió en esto. Daría lo que fuera por retroceder a hace tres años. Todo era más sencillo, todo parecía bueno, no existía la verdadera maldad.

Noto como me pone una taza de té caliente en las manos. Miro hacia Ray que me da una sonrisa triste y me acaricia la mejilla. Yo no aparto la mirada pero tampoco reacciono ante su caricia. Suelta un suspiro y se sienta a mi lado para abrazarme. Vuelvo a mirar hacia la pared pero esta vez recostada encima de Ray. Y por mucho que quiera, ni eso me reconforta.

***

En algún momento me quede dormida, porque cuando abro los ojos, Ray no está. Me levanto y dejo la taza, ya fría, en la cocina. Cuando vuelvo veo una nota en la mesita de al lado del sofá.

"No puedo faltar a los entrenamientos, si lo hago me echan del equipo. Prometo volver cuando acabe.

PD: Te he dejado un sándwich en la nevera. Come algo"

Una pequeña sonrisa aparece en mi cara, pero como tan pronto aparece, se va. Estoy cansada a pesar de que me acabo de despertar de una larga siesta. Decido hacer caso a Ray y comer un poco. Estando débil no ayudaré a nadie y solo preocupare aún más de lo que ya está a Ray.

Me siento en el sofá mientras me como el sándwich y a pesar de que no me estoy más animada, me siento mejor. Intento dejar de pensar por ahora. No quiero estar sola ahora, a pesar de no haberle hablado. Si voy a querer seguir adelante con esto, voy a necesitar a Ray conmigo.

Oigo como alguien entra por la puerta y de reojo veo que es Ray. Suelto un suspiro, por fin ha llegado. Siento como el sofá se hunde mi lado y el aroma tan característico de Ray llega a mí.

– Deberías cerrar la puerta con llave, cualquiera podría entrar – me regaña.

Si supiera que ya no me importa nada quien entre. Me rodea con uno de sus brazos y me atrae hacia él. Me da un beso en mi frente y nos quedamos en silencio. – Gracias por estar aquí – digo en un susurro – prometo que algún día te lo explicare todo.

Veo que asiente y me empieza a acariciar mi espalada. Cojo confianza y paso mis piernas por encima de las suyas, quedando completamente encima de él y con mi cabeza apoyada en su pecho. Envuelvo su cintura con mis brazos y él me aprieta más contra él.

Sé que voy a romper mi promesa de no explicar nada de lo que me paso. Sé lo voy a explicar, porque se merece una explicación de porque me voy a ir.

– La chica del diario, ¿era tu amiga? – pregunta.

– Era mi mejor amiga – puntualizo – siempre lo será.

– Seguro que la encuentran Mel – me intenta tranquilizar mientras me acaricia mi mejilla con su pulgar

Niego con la cabeza. No sin mi ayuda. La única persona que sabe dónde se encuentra ahora mismo soy yo.

– No me llamo Amelia Harper – confieso y noto como él me deja de acariciar.

– No sé porque pero me lo imaginaba. Los primeros días no respondías a la primera a tu nombre. – veo que sonríe un poco y siento como me quito un peso de encima.