Capítulo cuarenta| Recuerdos

90 17 4
                                    

La mujer se paraliza por completo al ver esos coches que para su desgracia, conoce a la perfección.

Inconsciente aprieta más el agarre sobre su hijo y retrocede rápidamente.

No puede dejar que la atrapen.

A paso apresurado corre hacia la parte trasera del hotel, busca la puerta de emergencia y sale por esta.

Los coches aún están allí pero la distancia es mayor por lo que se apresura a correr hasta su coche.

Sin pensarlo abre la puerta trasera y deja a su hijo sobre el asiento. Sin decir nada la cierra y va hasta el asiento del conductor.

El auto ya está encendido unos segundos después y da marcha atrás para salir de ahí a toda prisa.

Pero claro... Ellos ya la han visto.

Los tres coches arrancan en ese momento y la desesperación la invade. Sin pensarlo pisa el acelerador y el coche hace un ruido tremendo al salir.

— mami...— su hijo habla desde el asiento trasero pero ahora lo que menos puede permitirse es una distracción.

— ¡Agáchate, métete debajo del asiento!

Por el movimiento sabe que el pequeño obedeció pero no aparta la mirada para comprobarlo.

Aún con el pie en el acelerador observa con horror como los coches se acercan más.

Gira bruscamente hacia la derecha buscando perderlos pero ellos no están dispuestos a dejarla ir. Giran con ella y como tanto temía... Aceleran hasta chocarla.

La mujer logra maniobrar y mantenerse estable con el primer impacto pero no tiene tanta suerte cuando llega el segundo, ya que este voltea el coche al instante.

Suelta un grito horrorizado antes de sentir el impacto en su cabeza. Por un momento todo se nubla y ya no es capaz de pensar. Los sonidos desaparecen y el mundo parece ser una extraña filmación en camara lenta.

Puede sentir la cálida sangre chorrear por su rostro mientras se encuentra en ese pequeño viaje entre la conciencia y la inconsciencia.

Pero toda la nube desaparece de manera repentina cuando el llanto de su hijo la devuelve de golpe a la realidad.

— Aaron...— murmura con la boca llena de sangre.

— ¡Mami!— su voz se oye ahogada por el llanto desesperado.

Su pecho duele al escucharlo. Ese ser tan hermoso, al que solo quiere proteger, ese inocente al que quiere esconder en un lugar donde la mandad no pueda encontrarlo, en un lugar donde su inocencia no sea corrompida, dónde pueda darle la felicidad que un niño se merece... Es el mismo que está llorando, totalmente aterrado y lastimado y ella sabe en ese momento que jamás se perdonará el haberlo traído al mundo.

Con un poco de esfuerzo se estira para abrir la puerta, luego mueve sus brazos hasta la parte trasera para tomar a su pequeño, el cual grita de dolor cuando su cuerpecito golpeado es tomado.

Mara sale del coche con el en brazos, no sin antes sostener con fuerza también la pistola.

Los coches se detuvieron también y los hombres bajaron de estos. El pequeño solo se sujetaba a su madre con todas sus fuerzas, sus pequeñas manos apretaban la tela de su buzo mientras escondía la carita en el cuello de la mujer.

— mira hasta dónde nos has traído maldita puta.— habla una voz desagradable.— vas a pagar por todos los problemas que nos has causado, así que mejor haz las cosas más fácil porque no hay oportunidades para ti.

Inocente (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora