16. PAOLA: Mis ojitos Verdes.

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-¡Despierta Paola! ¡Ya levántate floja!- un irritante mocoso me agitaba de imprevisto.

Me tape la cara con la almohada mientras me quejaba hasta que por fin lo empuje al suelo.

-Vamos Pao, el tío Israel ya me dio permiso de conectar el videojuego al televisor...- no podía ver su cara pero estoy segura que esta haciendo puchero.

-En tres horas hablamos...- me limité a decir dandole la espalda.

-Pero a las diez, vamos a ir al lugar donde trabaja el tío Israel... Pero si quieres le digo a mi madre que no quieres...- lo interrumpí bruscamente.

-¡No! Por supuesto que iremos a conocer al teatro bohemia... Ya me levanto.- me senté en la cama y me puse las pantuflas.

-Me imagine que accederías.- levantó la ceja desafiante el pequeño diablillo al que llamaba hermano.

-Sabes que el bohemia es mi auditorio favorito...- Levante los hombros quitándole importancia.

-No me refería a eso... Pagarías por encontrarte con "Gabriel-súper-baby Peren"- se burló despectivo.

-¿Quién te dijo eso?- me puse colorada de vergüenza y enojo.

-Tienes trescientas fotos de él en tu celular... No entiendo el alboroto... Ni siquiera canta ni actúa, no es el mas guapo... es un don nadie y babeas por el...- Giro los ojos con desagrado.

-¿Un don nadie? Es hijo del hombre mas rico de ciudad capital, toca la trompeta, el violín y la guitarra, Salió un tiempo con Tiffany Dasswif y diversas súper modelos, como tu lo dijiste "no es el mas guapo" pero aun con su corta edad es invitado a cada uno de los eventos importantes de cualquiera de los ámbitos... Farándula, moda, deportes, política, además...-

-Ya Paola, ya entendí que no te importa.- dijo sonriendo sarcástico el infante malcriado.

-No me importa... Tanto.- respondí tontamente.

-Esta bien, ya no te molesto... ¿Ya podemos jugar?- cambió de tema para dejar de discutir

Confirme con la cabeza y salimos a la sala, me hinque frente a el pequeño televisor donde previamente Oskar conecto la consola.

Unos segundos de jugar el poco educativo y muy violento juego de video que estoy segura afecta la cordura de Oskar... Una puerta se abre y de ella sale la joven de cabello rosa que conocimos la noche anterior.

Ella se estiraba con la mirada hacia el suelo mientras caminaba a la cocina... Antes de llegar a su destino volteó a vernos sin expresión en su rostro y saludó preguntando;

-Buen Día, disculpen mi ignorancia, pero ¿Que es eso?- apuntó al televisor

-Un videojuego... Se lo regaló Brenda a Oskar en su cumpleaños... ¿Te interesa jugar?- le sonreí con cortesía.

-No gracias, no se como jugarlo.- levantó los hombros

-¿Nunca haz jugado video juegos?- los pequeños ojos verdes de Oskar se abrieron de sorpresa.

-Alguna vez... Pero nunca me llamaron demasiado la atención.- miro con sus enormes ojos miel a Oskar... Esta sin una gota de maquillaje y sin embargo su piel luce perfecta.

-Deberías intentarlo, estoy seguro que serás buena.- comentó Oskar con ilusión... Aunque sus ojos son muy oscuros, lo moreno de su piel hace que resplandezcan.

-Tal vez después... Sigan y los observo ¿de acuerdo?- le revolvió el cabello a Oskar de forma afectuosa.

-Muy de acuerdo.- sonrío Oskar mientras presionaba los botones del control frenético.

-¡Oskar! ¡No me dejes sola contra el monstruo!- le grité furiosa.

-Pero pensé que te gustaban los chicos de ojos verdes...-

-No cuando mide tres metros y tiene cuatro brazos.- negué con la cabeza.

-Lo olvidaba... Los únicos ojos verdes que adoras son los de "Gabriel"- dijo con recelo.

-También adoro tus ojitos enlamados.- le di una palmada en la cabeza con afecto.

-Mi ojos son mas bonitos.- dijo presumido y con pestañeo vanidoso

-Los tuyos son de un verde mucho mas oscuro... Los de Gabriel Peren son mucho más claros, diría que casi azules.- Suspire dándome cuenta de lo tonta que me veía.

-¿Dijiste Gabriel Peren?- Salomé comento con sorpresa.

-Así es... ¿Porque? ¿Lo conoces?- puse en pausa el videojuego y la mire con interés.

-Algo...- ella dijo quitándole importancia

-¿Enserio? ¿Crees que podrías presentármelo?-

-Claro... Pero tengo una mejor idea, hoy voy a comer con él ¿Porque no nos acompañas?- sonrío con un aire de malicia inocente que preferí ignorar.

-¡Seria estupendo! Gracias Salomé... En verdad esto te lo agradeceré para siempre.- la abrace y ella me correspondió.

-No es nada... Todo contar de que conozcas a tu platónico... Seguro estará encantado de que nos acompañes.- guiño el ojo y se retiró a su alcoba.

SaloméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora