8.SALOMÉ: Mal amigo y despreciable ser humano.

121 11 9
                                    

Su música es muy elegante, pero a la vez tan violenta y agresiva.

¿Cómo describirla? Lo ronco de su chelo hace vibrar cada parte del espectador, hace vibrar cada parte de mi.

La tonada es como un grito desesperado de alguien que tiene mucho que decir pero no es escuchado.

El rostro del señor Israel, cambia por completo.

Su mirada se pierde en la obscuridad de sus ojeras y se clava en un punto imaginario... Nada mas existe, sólo él y el chelo.

Encorvado, sus huesudas manos se mueven con precisión, su afilada nariz apunta al suelo y sus amables ojos cambiaron... Parece otra persona... Esta nueva faceta de él me tiene hipnotizada.

Termina de tocar, da un respiro y en menos de 2 segundos, volvió a ser el joven Israel habitual.

No se mueve ni suelta su contrabajo, sólo respira y se queda pensativo.

Me quedo un segundo sin entender por que no baja del escenario, a Julio parece no sorprenderle... Me levanto de las gradas y me acerco al borde del escenario... El joven Israel, algo despeinado, levanta el rostro y con la respiración agitada me dice;

-¿Qué le parece? ¿Le agrada para la función?-

-¿Qué si me agrada? ¡Me fascina!- le conteste entusiasta.

-Una tierna melodía contrastada por la furia del chelo... Me agrada la combinación.- Dijo julio con su característica y poco expresiva sonrisa.

-No creo que sea...- me interrumpe un hombre entrando histérico al teatro... Es Octavio.

-¡Maldito narizón! Ven para poder destrozarte tu horrible nariz.-

-Señor Octavio... Esta... ¿Ebrio?- comenté asombrada.

-Así es preciosa, estoy borracho y peligrosamente sincero.- me respondió con la botella aún en la mano.

-Octavio, Por dios... Acompáñame para llevarte a tu casa.- trató de controlarlo el señor Israel.

-Contigo no voy ni a la esquina, maldito narizón flacucho traidor.-
Le gritó con ira a él.

-¡No insulte al señor Israel!- le grite algo dramática.

El señor Israel sorprendida por mi defensa le indicó a Julio -Llévala a su camerino y continúen con la sección de fotos, yo me encargo de Octavio.- Julio obedeció y me llevó a el pasillo.

Lo último que escuche fue;
-¿Porqué Israel? ¿Porqué me traicionaste? ¡Yo la amaba! ¡Eres un mal amigo y un despreciable ser humano!- continuo Octavio con los gritos.

La sección de fotos me distrajo un poco... Flores en mi cabello, un lindo vestido corté griego color perla en un bellísimo piano antiguo con grabados a mano.

El publicista parece encantado por mi cabello y parece que soy buena modelo... Dice que mi mirada perdida parece natural.

Lo que él no sabe es que toda esa melancolía, en efecto es natural... Así es mi personalidad, así soy yo.

No puedo sacarme de la mente la mirada de el joven Israel, esos hermosos ojos oscuros que parecen descifrarme cuando me observan. No dejo de pensar en ese cambio drástico a una mirada agresiva y salvaje.

Ambas me enloquecen y de sólo pensar en ellas mi piel se eriza.

Es curioso... En verdad no me atrevería a decir que el joven Israel es atractivo, sin embargo... No dejo de pensar en él.

Creo que es obvio... Me atrae demasiado el señor Israel.

SaloméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora