19. GABRIEL: "Cariño"

139 6 4
                                    

Saco mi teléfono nervioso para ver el reloj, son las 3:42...
Cada minuto de retraso me preocupa mas, decidido tomo mi teléfono y la llamo por cuarta vez, rayos creo que me veo un poco desesperado.

Su dulce voz por fin me contesta:

-¿Hola? ¿Gabriel?-

-Saly, ya estoy en la cafetería ¿Donde estas?-

-Ya voy llegando... Estoy afuera.-

-Te veo a dentro, Te quie...- colgó el teléfono.

Miro hacia la puerta y distingo su cabello rosado en una coleta... Se ve preciosa, hoy trae puesto un overol color miel sobre una camisa beige de encaje... Maldita sea cada vez me siento mas acosador.

Espera... Viene acompañada por una joven en extremo alta y flacucha, Salomé es muy alta y le llega al mentón, creo que es de mi altura, cabello negro lacio arriba del hombro, ojos negros, paliducha, una horrible nariz como la de... ¿Israel?

-Hola Gabriel, lamentamos la demora pero en el teatro están vueltos locos, recuerda que el sábado es la primer función de la temporada.-

-No es nada.- me acerque a su rostro para saludarla con un beso en la mejilla y susurro en su oido -Te vez hermosa.-

Algo sonrojada ignoró el cumplido y continúo:
-E.. Ella es Paola Boneta, es sobrina del señor Israel, Paola el es Gabriel Peren.-

-Ya decía yo que tenían parecido, Un placer conocerte.- le sonreí algo decepcionado por no poder estar a solas con Saly.

-E.. El placer es mío.- respondió con la mirada hacia el suelo.

-Bueno, siéntense por favor.- les invite con cortesía.

Salome no paraba de hablar de la temporada y su numero con Israel, Paola no pronunciaba ruido alguno.

Al ver la inocente sonrisa de Saly, mi mente de inmediato recordó lo sucedido anoche... Mi respiración se aceleró y mi mirada se perdió en el suelo, todo era tan borroso... Solo recuerdo la dulce voz que me calmaba y el sabor de sus labios rosados.

Todo estaba oscuro, cuando regresamos a mi auto... Sus palabras exactas torturaban mi cabeza.

"Eres increíble cariño"

Me acerque a ella y sentía su respiración chocar en mi rostro, sus labios sonreían discretamente y se abrazo de mi cuello.

Mis ojos parecían estar clavados a los suyos... La tome del mentón y la bese.

Por un segundo pareciera que en verdad le agradaba... Pero después se alejó de mi boca, se acomodo el vestido y me pidió que la llevara a su casa.

Al notarme distante me sacó de mis pensamientos,

-Gabriel ¿Te pasa algo?-

-¿Podrías acompañarme un segundo?- le pregunte serio.

-Ahora regresamos Paola.- le sonrió y me acompañó afuera de la cafetería.

-¿Que pasa?- me preguntó sonriente

-¿A que estas jugando?- le reclame algo enojado.

-¿A que te refieres exactamente?-

-Tu sabes perfectamente que quería hablar sobre lo de anoche... Y trajiste a tu amiguita.-

-Pensé que no te importaría.-

-Necesito saber si te atraigo aunque sea un poco... O solo estas jugando conmigo.-

-Cariño, después de lo de ayer, claro que me atraes... Pero que te quede claro que lo único que puedo ofrecerte es eso, creo que esto no va a funcionar.- tomó mi mejilla.

-Te adoro... Tus ojos, tu boca, cada parte de tu cuerpo me enloquece.- Abrace su cintura.

-Solo salimos una noche, no creo que sea tan difícil que me olvides.- se burló

-Tu y yo sabemos que lo que pasó ayer nos unió... Te metiste en mi cabeza y no va ser tan fácil sacarte.-

-Entonces vas a tener que jugar bajo mis reglas cariño... Pasas por mi a las ocho, ¿Entendido?- me abrazó el cuello.

-Más que claro.- le bese la mejilla justo en la comisura de la boca, ella beso mis labios.

Entramos a la cafetería y Paola ya no estaba,

-Creo que tengo que buscarla, te veo después.- se despidió apresurada.

-Te veo después preciosa...- Salió del lugar.

SaloméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora