6. ISRAEL: Mejillas Humedas.

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La noche cayo desde hace horas, mis pensamientos no me dejan conciliar el sueño, es raro como pensamientos tan irrelevantes como la comida favorita de mi hermana en su infancia, me atormentan por las noches.

Mi hermana Brenda... tengo mucho sin verla, tal vez debería llamarle, desde que acabo la carrera de psiquiatra radica en la costa sur... Necesito verla... necesito saber porque no se presentó al funeral de nuestra madre.

Tengo idea de que se iba a casar tal vez ya tenga hasta hijos... La verdad no creo que... De imprevisto se empezaron a escuchar gritos y chillidos desde la habitación de al lado... Me levanto de prisa incluso sin zapatos y al abrir la puerta veo a la joven Salomé retorciendose en su cama aún dormida y con los ojos cerrados.

Entro, sentandome junto a ella y sacudiéndola trató de despertarla, sus chillidos eran de terror en extremo, al no tener éxito empiezo a gritar su nombre:

-¡Salomé! ¡Despierta! ¡Sólo es una pesadilla!- siguió con los gritos, chillidos y sollozos, de sus ojos corrían ríos de lágrimas y no paraba de gritar.

-¡Salomé no tienes porque temer soy Israel, estoy aquí contigo! ¡Pero por favor despierta!- de imprevisto sus ojos se abrieron desorbitados y empezaron a escurrir chorros de lágrimas por sus mejillas, lloraba como Magdalena y se sentó junto a mi para rodearme con sus brazos, estaba aterrada, sus manos se aferraban de mi camisa,sus piernas estaban frías y no dejaban de temblar.

-¿Estas bien? ¿Qué ocurrió?- le dije desconcertado.

-¡No te vallas por favor! ¡Sólo quédate conmigo! ¡Nunca me dejes Israel! ¡No me dejes sola!- sollozo con su cara pegada a mi pecho.

-Todo esta bien sólo fue una pesadilla-Trato de tranquilizarla.

No me responde nada y sólo se abraza de mi cintura con más fuerza intensificando el llanto.

La abrazo para tratar de tranquilizarla, con calma le acaricio el rostro mientras sigue llorando en mi mojada camisa.

Temblaba de frío, su pijama (con estampado de osos de gomita) no la protegía del frió, tome una manta y se la coloque en sus descubiertas y heladas piernas.

Como una niña pequeña poco a poco dejó de llorar y se durmió acurrucada en mis brazos, sus mejillas siguen húmedas y su cabello esta muy alborotado, es demasiado adorable mientras duerme, su boca hace un leve puchero y sólo se distinguen sus largas pestañas en la oscuridad de la noche.

Abro los ojos, el sol empieza con leves rayos a entrar por la ventana... Espera un segundo...¡sigo en la alcoba de la joven Salomé!

Tiene completamente atrapado mi brazo con los suyos (como si de un animal de felpa se hablara) y yo le tengo rodeada su pequeña cintura con el brazo libre... Esto no esta nada bien... No es para nada correcto que esté en el cuarto de una niña y ¡menos en esta situación!

Salomé es una jovencita y una muy hermosa y yo soy un intento de hombre.

Debo irme antes de un mal entendido... Retiro sus brazos de mi persona y me dirijo al estudio, Son las 5:47 de la mañana... Excelente hora para empezar a componer.
Subo los primeros 3 escalones y antes de poder pisar el cuarto una una puerta se abre y una voz me saluda poniéndome el susto de mi vida:

-Buen día señor Jokovic.-

-Señor Franchet... ¿Que hace levantado tan temprano?- disimulo el espanto.

-Me gusta madrugar, además a las ocho en punto tenemos que ir al teatro.-respondió, aún no amanece y ya esta impecablemente vestido de traje.

-Tiene razón, casi lo olvido... Y... ¿Paso buena noche?- cuestione curioso sorprendido de que los gritos de Salomé no lo hallan despertado.

-Bastante buena, esos somníferos son bastantes efectivos.- ¡Los calmantes! Como pude olvidarlo... No escuchó absolutamente nada de el incidente de anoche.

-Me alegra que halla estado cómodo.-sonreí con nerviosismo.

-Y usted ¿cómo paso la noche?- Preguntó mientras se acomodaba los anteojos de media luna.

-Digamos que nada fuera de lo común, fue una noche bastante tranquila.-le respondí con un ligero aire de sarcasmo casi imperceptible y un suspiro que junto con mis intensas ojeras delataba mi cansancio.

SaloméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora