Extraña Coincidencia

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Capitulo 37:

Esa noche fue inolvidable. Sacamos fotos, hicimos videos, y nos reímos hasta que nos dolió la panza. Era como si quisiéramos capturar cada momento para congelarlo en el tiempo. Hasta el día de hoy, puedo cerrar los ojos y revivirlo todo. Pero la magia de esa noche se desvaneció cuando, dos semanas después, Fernanda se fue de vuelta a Buenos Aires.

Por primera vez en mucho tiempo, nos distanciamos. Ella regresaba, y yo me quedaba en Nueva Jersey con los Jonas. Aunque la idea de quedarme sonaba increíble, algo dentro de mí quería irme con Fer. Pero ella insistió en que debía quedarme aquí.

Ha pasado un mes desde entonces. Pensé que pronto volvería a Argentina, pero el destino tenía otros planes. Recibí un mensaje de Marcos, mi segundo hermano mayor. Me contó que en unas semanas me mudaría con él a Nueva York, porque iba a empezar una residencia en un hospital cerca de Brooklyn. No sabía qué sentir. Por un lado, estaba aliviada de no volver a mi antigua vida en Argentina. Por otro, me dolía que Fer y yo estuviéramos aún más lejos.

Fer también estaba triste. Su mamá decidió que ambas se mudaron a Bariloche. No era solo por lo que pasó entre nosotras; ella había contado un poco de nuestra "aventura" a su mamá, y yo también había hablado con Marcos. Él estaba furioso con Gastón por permitir que las cosas llegaran tan lejos, y tampoco tenía muchas palabras amables para mis padres.

Esa mañana, me desperté en la habitación de invitados, que antes era de Fer. Ahora tenía más privacidad, algo que agradecía. Compartir cuarto con Joe había sido divertido al principio, pero ya no me sentía cómoda. Además, peleábamos menos ahora que no teníamos que pasar tanto tiempo juntos.

Me levanté con los ojos todavía pegados de sueño y caminé tambaleándome hasta el baño. Después de una ducha rápida, me puse un musculosa blanca con un estampado de los Jonas que me habían regalado para mi cumpleaños, un short de jean negro, y mis ojotas de Hannah Montana. Me até el pelo en un rodete desprolijo; el calor aquí era tan sofocante como en Buenos Aires.

Bajaba las escaleras cuando escuché a alguien en la sala. Me detuve en seco, allí había un chico, más o menos de la edad de Joe o Nick. Al verlo, una sensación extraña me recorrió el cuerpo. Sus ojos se encontraron con los míos, y sentí que me reconocía.

Era guapo, no lo podía negar, pero había algo inquietante en él. Sus ojos, tan llamativos, parecían contener un mensaje oculto. No sabía si era bueno o malo, solo que me hacían sentir alerta, como si me avisaran que debía tener cuidado.

Rápidamente desvié la mirada y apuré el paso hacia la cocina, tratando de ignorar la incomodidad que me generaba su presencia. Algo en mí quería quedarme y averiguar más, pero otra parte me decía que era mejor no hacerlo.

 Algo en mí quería quedarme y averiguar más, pero otra parte me decía que era mejor no hacerlo

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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