21 | Juntos

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Linda

Ha pasado toda la semana revelando fotografías en una tienda de alquiler, también se ha vuelto loca intentando promocionar la página del equipo, ahora que están a punto de salir campeones y se han vuelto más conocidos por la transmisión en vivo del partido, ha tenido que lidiar con periodistas y nuevos seguidores. Disfrutó todo el movimiento, ya que le permitió darse cuenta de que le gusta el marketing tanto como la fotografía, y luego de pensarlo por unas noches, tomó la decisión de cederle su lugar a un muchacho que se había postulado para trabajar en el club un poco después de que la contrataran. Su decisión se basó en escalar un poco más para abrir nuevas fronteras, estuvo buscando por días una buena oportunidad laboral beneficiosa  e interesante.

Arregla su cabello cuando se mira a través de la cámara de la computadora de Sussy; se ha postulado en una empresa internacional en donde contratan a fotógrafos de diferentes ciudades que trabajan para todas las marcas que firmen con ellos. Es un trabajo a distancia que incluye la asistencia a eventos, viajes a diferentes destinos, y mucho dinero de por medio. Si lo que buscaba era estar bien económicamente haciendo algo que amara, esa es la oportunidad ideal.

La mujer que le habla a través de la línea es muy simpática y cordial, es la tercera llamada que tiene con ella en dos días. Linda ya le ha contado todo lo que ella necesitaba saber, y está a punto de comunicarle si ha quedado seleccionada o no.

—Bien, Linda Becker… te damos la bienvenida a nuestra empresa con mucho gusto y expectativas. ¡Felicitaciones!

La emoción no cabe en su cuerpo, da saltitos sentada y aplaude sonriente. Isabel también sonríe cuando la ve, y saluda con su mano antes de despedirse.

—En unos minutos te pasaré el contrato, debes firmarlo y enviarlo. De todos modos, tendrás que viajar a una de nuestras oficinas para firmarlo oficialmente.

—¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias!

Cuando finaliza la llamada Sussy e Irene salen corriendo por el pasillo para lanzarse sobre ella entre abrazos y risas. No puede evitar que sus lágrimas caigan por sus mejillas por la pura felicidad. Se siente agradecida por todo lo que ha conseguido en estos últimos meses. Cuando se recompone de la emoción, su móvil suena con la información que Isabel le advirtió, sólo debe firmar para confirma el trato, y una sonrisa pícara se le escapa cuando lee el nombre de la ciudad en la que yace la oficina más cercana; Northville.

Deberá ir a Northville.

Zack

Le resulta reconfortante entrenar en el campo por última vez antes de tener que pisar otra cancha. El silbato del entrenador le indica que ha sido su último entrenamiento en el club de la ciudad, y la avalancha de cuerpos se acerca para rodearlo, festejar, golpearlo y despedirlo. No le entra más emoción en el cuerpo cuando termina de cantar la canción de hincha junto a sus compañeros. Ya no será el diez del equipo, tampoco será el capitán, y su apellido se bordará en otra camiseta con otro color en su escudo. Lo único que seguirá usando serán sus botines, y la reputación que todo el pueblo tiene sobre él.

Aunque no podrá jugar la final de la copa con sus compañeros ya que debe ir primero a probarse con su nuevo equipo, los verá desde las gradas sin falta. Ya que tiene un día libre el cual resulta ser justo la fecha del partido, viajará desde Northville hasta su ciudad a pasar el día, esperando festejar el título tan esperado y merecido.

Una de sus metas era salir campeón y levantar la copa, es irónico que eso haya quedado a un costado debido a que su mayor sueño se ha cruzado por su camino.

Cuando sale del estadio se encamina a la cafetería en donde ha quedado con Linda y su familia. Han decidido presentarse formalmente —aunque ha sido idea de su madre más que nada—. Y ese es un evento curioso para ambos, ya que él ha insistido en que también vaya Sussy con Irene, la niña no le preocupa, pero la mujer lo intimida un poco.

Un retrato de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora