Esta noche,
como un susurro del universo,
volviste a mí en forma de recuerdo,
encendiendo las estrellas
que duermen en mi pecho.
Te soñé en silencio,
te respiré en cada latido,
y con la voz de mi alma,
te dije mil palabras
que el mundo no pudo escuchar.
Esta noche,
despertaste esa locura sagrada,
esos destellos de un ayer eterno
que aún tiemblan en mis manos.
Porque sí, amor mío,
aún me acuerdo.
Tu nombre escapó de mis labios
como un canto antiguo,
reverberando en el aire,
dibujando tu esencia
en el vacío.
Te busqué entre mis versos,
en los rincones olvidados
de mi poesía incompleta,
y allí estabas,
escondido en mis palabras,
sonriendo desde el alma
que nunca dejó de amarte.
Te abracé de nuevo,
en el refugio de un sueño,
donde el tiempo no existe
y el amor es eterno.
Sentí tu calor,
la vida que me quema
pero nunca me consume.
Esta noche,
como tantas otras,
mi corazón aún canta por ti,
por si alguna vez dudas
que sigo siendo tuya aunque tu no seas mio.
