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El auto se detuvo frente al hospital, y Naira sintió el peso de su realidad golpearla en el pecho. Afuera, el aire era frío, cargado de esa sensación estéril y desprovista de vida que siempre envolvía los centros médicos.Iván no apagó el motor de inmediato. En su lugar, giró levemente la cabeza para mirarla.
—¿Quieres que entre contigo?
Naira dudó.
Parte de ella quería decir que no, que no lo necesitaba allí. Pero la otra parte, la que aún sentía los ecos de la noche anterior, la que recordaba los lirios, los nudillos vendados y la forma en que la protegió sin dudar, no estaba tan segura.
Exhaló lentamente.
—No es necesario.
Iván asintió, pero no hizo ningún movimiento para irse.
—Te esperaré aquí.
Ella frunció el ceño.
—No tienes que hacerlo.
—Lo sé, pero quiero hacerlo.
El peso de su mirada hizo que algo dentro de ella se revolviera. Algo que no tenía tiempo de analizar ahora.
Sin decir más, Naira salió del auto y cruzó las puertas automáticas del hospital.
El lugar olía a desinfectante y agotamiento. Pasó junto a la recepción sin detenerse; ya conocía el camino de memoria.
Cuando llegó a la habitación de su padre, se detuvo frente a la puerta y respiró hondo antes de empujarla.
El sonido de la máquina de monitoreo cardíaco fue lo primero que escuchó.
Su padre yacía en la cama, más delgado de lo que recordaba, con la piel pálida y ojerosa. Su respiración era pausada, pero constante.
Al menos eso era algo.
Se acercó con pasos silenciosos y dejó el bolso sobre la silla junto a la cama.
—Hola, papá —susurró.
Él parpadeó lentamente antes de girar la cabeza hacia ella.
—Nana…
El apodo la envolvió con la calidez de tiempos más sencillos, tiempos en los que su mundo no estaba hecho de máscaras y sombras.
—¿Cómo te sientes hoy?
Su padre sonrió débilmente.
—Como si una tormenta hubiera pasado por encima de mí.
Naira sonrió, aunque le dolió hacerlo.
—¿Qué dice el médico?
—Lo mismo de siempre —murmuró él, su voz cansada—. Hay que seguir esperando para ver los resultados de la quimioterapia.
Esperar.
Siempre esperando.
Ella apretó los labios y desvió la mirada hacia la ventana. Afuera, la ciudad seguía su curso, indiferente a su pequeño universo de incertidumbre.
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ALL NIGHT - Spreen
FanfictionAN | Naira es una estudiante universitaria de clase baja, cada día se sobre esfuerza a sí misma para ayudar a su familia, pues su madre falleció y su padre está enfermo con mil deudas asomando por la ventana. Se ve en aprietos cuando la presionan pa...