Maratón 2/3
🖤
La oficina del Beso Escarlata estaba sumida en un silencio expectante. Los pasos de los hombres se habían desvanecido en el pasillo, llevándose consigo el eco de estrategias y decisiones.
Ahora solo quedaban Iván y Naira, atrapados en la misma tensión que había definido su relación desde el primer momento. Pero esta vez no era la tensión de la guerra ni de la venganza, sino algo más primitivo, más devorador.
Naira lo miró con los ojos encendidos, respirando con dificultad, como si cada aliento pesara con todo lo que nunca se habían dicho. Dio un paso hacia él, y la proximidad hizo que su piel se erizara. No era miedo. No era duda. Era un deseo oscuro, profundo, imposible de contener.
Iván sostuvo su mirada, y en ese instante, entendieron que ya no había marcha atrás.
El beso fue un choque de mundos, de historias inacabadas y promesas nunca hechas. Sus labios se encontraron con una urgencia feroz, devorándose como si el tiempo fuera un enemigo al que debían vencer.
No había espacio para palabras, porque hablaban con las manos que se buscaban sin pudor, con los cuerpos que se atraían con un hambre que iba más allá de lo físico.
Iván cerró la puerta de un golpe, como si con ese gesto sellara un pacto invisible. No habría interrupciones. No habría excusas. Solo ellos y la tormenta que estaban a punto de desatar.
Los dedos de Naira encontraron los botones de la camisa de Iván y los deshicieron uno a uno, cada clic resonando en el aire espeso de la oficina. La tela cayó, pero ni siquiera se detuvieron a mirarla. Sus pieles se encontraron en un choque eléctrico, y el deseo latente se convirtió en fuego puro.
Iván la tomó entre sus brazos con facilidad, haciéndola rodear su cintura con las piernas, guiándola hasta el escritorio donde los documentos, las sillas y cualquier vestigio de cordura dejaron de importar. Naira hundió las uñas en su espalda, arrastrándolo más cerca, atrapándolo en un beso ardiente que sabía a entrega y desafío.
No había pasado, no había futuro. Solo existía ese instante: el roce de su aliento, el choque de sus cuerpos, la certeza de que, por primera vez, no estaban luchando contra el destino, sino entregándose a él.
Y mientras el mundo allá afuera seguía girando, entre esas cuatro paredes, ellos ardían.
El aire en la oficina estaba impregnado con la esencia de Naira, su perfume, su aliento entrecortado, el calor de su piel contra la suya. Iván la sostenía con firmeza, sus manos recorriendo cada centímetro de su espalda mientras la devoraba con besos, con caricias que hablaban de una obsesión imposible de contener.
La tenía entre sus brazos, suya, completamente entregada, y aún así no era suficiente. Nunca lo sería.
—Eres perfecta —susurró contra sus labios, con la voz cargada de deseo y adoración.
Naira sonrió contra su boca antes de atrapar su labio inferior entre los dientes, provocándolo. Ella sabía exactamente cómo hacer que él se volviera loco. Y lo estaba logrando.
Iván la recostó sobre el escritorio, sus labios recorriendo la curva de su cuello con devoción, como si estuviera rezando sobre su piel. Y no se trataba solo de deseo. Era algo más grande, más oscuro, más absoluto.
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ALL NIGHT - Spreen
FanfictionAN | Naira es una estudiante universitaria de clase baja, cada día se sobre esfuerza a sí misma para ayudar a su familia, pues su madre falleció y su padre está enfermo con mil deudas asomando por la ventana. Se ve en aprietos cuando la presionan pa...