Es verdad cuando dicen que el tiempo lo cura todo, o bueno, casi todo. Es extraña la forma en que corren las horas, a veces lento, otras veces mucho más rápido o incluso hay ocasiones en las que parecen detenerse por completo.
Habían sido largos meses, pero curiosamente las noches se esfumaban en un simple abrir y cerrar de ojos para Jennie.
—¿Nos vamos? —Jennie se asomó en el comedor. Hyunjin apenas estaba terminando de desayunar.
—Voy —la joven se levantó de la mesa y recogió su plato para llevarlo al fregadero —. Espérame en el auto, si quieres.
—Okay.
La pelirroja caminó pesadamente hasta la cochera para preparar el auto. Se sentía justamente como una muerta en vida, su cuerpo carecía de energía. Se recargó en el frío metal del carro y cerró los ojos por un momento.
—¿Otra vez no dormiste bien? —dijo Hyunjin a su lado.
—Lo intenté, pero no pude —suspiró.
Hacía un rato ya que Jennie tenía ese problema de sueño torturándola, no había podido dejar de pensar en lo mucho que perdió y en lo poco que había hecho por recuperarlo. No dejaba de pensar que, probablemente, era lo mínimo que se merecía, revivir la imagen de Lalisa mirándola destrozada con lágrimas en los ojos mientras el eco de su voz rota resonaba en el interior de su cabeza una y otra vez al punto de no dejarla dormir por las noches.
—Entonces yo manejo —Hyunjin extendió la palma de su mano para que le entregase las llaves del coche —. Es peligroso que lo hagas tú estando somnolienta.
Jennie no tenía nada para decir en contra de ese argumento tan lleno de razón.
—¿Sabes qué? Llévate el auto a la universidad, yo me quedaré en casa —le dijo —. Voy a avisar que no iré a la oficina, trabajaré desde aquí.
—Vale, pero no te olvides de comer algo.
—Claro —le sonrió suavemente y se acercó a ella para dejar un beso en su frente —. Ve con cuidado, y tráeme donas cuando vengas de regreso, por favor.
—¿Chocolate?
—Y glaseadas también.
—Vale —Hyunjin sonrió —. Ya me voy, nos vemos más tarde.
Las cosas entre ambas mujeres habían mejorado bastante, todavía no regresaban a ser las mismas de antes, y sinceramente, Jennie dudaba mucho que volvieran a serlo, pero eso no quitaba el hecho de que estaban yendo por un buen camino; por lo menos ya había desaparecido la tensión, aunque aún hacía falta trabajar un poco más para recuperar la confianza que solían tenerse.
Jennie esperó a que Hyunjin se marchara para cerrar nuevamente la puerta de la cochera. Ahora solo le quedaba hacer una llamada a su oficina.
Anteriormente, trabajar desde casa era la mejor y más cómoda opción para ella, pero desde hace un tiempo para acá, comenzó a sentir que el ir y venir de la oficina le era de ayuda para evitar esos momentos en los que su cabeza se llenaba de malos pensamientos. Interactuar con sus colegas funcionaba como distractor, y sobre todo, la oficina era uno de los pocos lugares que no le recordaban a Lisa.
Iba de camino a su estudio, una de las tantas habitaciones que tenía su enorme casa, pero aquella que había elegido para convertirla en su espacio de trabajo. Primero que nada, tuvo que pasarse por la cocina para preparar café. Justo cuando encendió la cafetera, la pantalla de su celular se iluminó y el sonido de una notificación se hizo escuchar, sin embargo, no era nada relevante, solamente una noticia insignificante.
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I Like Your Mom | Jenlisa G!P
FanfictionYo sé que probablemente esto es una de las peores cosas que se le pueden hacer a una mejor amiga, pero por más que lo intento no puedo evitar sentir lo que siento. Y no estoy hablando de ella, sino de su mamá. > Lisa g!p