Capítulo 12 "Amigos"

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Tenía la servilleta en una mano y mi celular en otra.

¿Qué iba a hacer? ¿Llamarlo?

"Estás loca" dijo una voz en mi cabeza.

"Dime algo que no sepa" contesté.

El departamento estaba en silencio. Andrea aún no había vuelto.

Volví a mirar el número.

Pero entonces llego a mi mente su mirada en la fiesta de Cristina y Alan.

Sus ojos estaban llenos de enojo, de odio...

No podía llamarlo. No me atrevia.

No queria saber el por que de su mirada. No...

Me levante rápidamente y me dirigí a la cocina. El bote de basura estaba junto al refrigerador.

Estaba a punto de lanzarlo y olvidarme por completo de él. Pero no podía.

Cambié de dirección y me acerqué a uno de los libreros. Tomé un libro al azar, sin siquiera molestarle en leer el título, metí la servilleta entre sus paginas. Luego lo dejé de nuevo en su lugar y me fui a mi habitación.

Me acosté sobre la cama, viendo el hermoso techo sobre mi. Una vez más, recuerdos y sentimientos me abordaron, ahogándome. Parecían entretejerse con las estrellas y todos esos colores.

¿Cómo podía detener esto?

Volví a tomar mi celular pero esta vez marqué el numero de Cristina. Lo había sacado de la agenda de Andrea.

El timbre sonó algunas veces y entonces ella contestó.

-¿Hola?

-¡Cris! Hola. Lamento haberme ido de esa manera de tu casa, sé que necesitabas que estuviera ahi, pero...

-No te preocupes, Moni. Estoy mucho mejor. Alan y yo hablamos. Todo se solucionó. No sé que le habrá hecho cambiar de opinión...

Una sonrisa se extendió por mi rostro, aunque ella no la vio.

¡Así que Alan había recapacitado! Genial...

-Me alegro mucho, de verdad...

-Si, se disculpo conmigo, y bueno... Hemos pasado muchas cosas, podremos superar esto.

Me agradaba oír eso. Las relaciones no deben ser perfectas, deben ser reales. Deben ser sinceras. Esa es la única forma en la que podrían perdurar. Aun cuando pasaban por malas rachas, Cristina y Alan seguían juntos... Con un poco de ayuda, claro.

Hablé un rato más con mi prima, que me invito a su ultima prueba de vestido la siguiente semana. También me dijo que obviamente estaba invitada a la boda.

Mi hermana llegó pasadas las 8 de la noche.

-¿Cenaste ya?- me preguntó en cuanto entró. No se quitó el saco ni dejo la bolsa.

-No aún, no...

-Vamos, te llevaré a un lugar muy bueno cerca de aquí.

Me puse los zapatos y me levante del sillón donde llevaba toda la tarde.

-¿En serio piensas salir así?- me preguntó.

-¿Qué? ¿Te avergüenzas de mi?- le pregunté.

-¡Por supuesto que no! Es solo que, en este lugar, ya sabes... hay personas.

Ja ja ja.

-¿Asi que quieres que me cambie?

Ella asintió. Yo suspire irritada.

Por Él | JC | #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora