"¿De verdad no puedo volver a casa?" pensé. "Quiero esconderme en un hoyo."
La chica era impresionante. Llevaba un vestido verde corto, que hacía resaltar su figura y lucia un escote que daba miedo.
Wow.
Pasé a su lado de la misma manera que si una mosca lo hubiera hecho: siendo ignorada olímpicamente.
Casi pude escuchar mi corazón hacerse pedazos. Si es que un corazón destrozado podía partirse en más pedazos.
Tenia que salir de ahí. Y pronto.
Con toda la dignidad posible, pasé a su lado sin siquiera voltear. Sentía las miradas de todos los hombres del salón dirigidas hacia la misteriosa chica.
Cada paso que daba fue como escalar una montaña. Necesité de toda mi concentración para llegar al tocador.
"¿Qué era lo que esperabas, Mónica? ¿Qué viniera solo?"
Pues ni siquiera lo había pensado.
Pronto me encontré en un baño muy elegante, con floreros y toallas para secar tus manos.
Corrí hacía uno de los lavaderos y me miré al espejo un segundo.
Sentía ganas de vomitar.
"Concéntrate, Mónica, es por Cristina... Todo esto es por Cristina" Me dije.
No podía mojarme la cara, porque arruinaría el maquillaje, así que solo me fijé que mi cabello estuviera presentable, al igual que mis ojos. Inhalé y exhalé lentamente mientras me dirigía a la puerta.
Iba tan concentrada en mis pensamientos, que empuje la puerta con demasiada fuerza... y... bueno...
-¿Qué rayos sucede contigo?
-Lo siento, realmente...- comencé.
Hasta que vi a la chica.
-¿Y bien?
La chica que iba con Jos.
-... no te vi.
-¿Como pudiste no verme?
Aún después de recibir el golpe, se veía deslumbrante. Esa clase de chicas que nunca tienen fotos vergonzosas.
-Eh...- No sabía como contestar a eso. Y como siempre, mi boca se abrió sin permiso y soltó lo que quiso- ¿Porque había una puerta en medio de nosotras?
Su perfecta nariz se arrugó como si oliera algo muy desagradable.
-Como sea, voy a pasar.
Nooooo... ¿EN SERIO?
-Todo tuyo.- dije mientras me hacía a un lado.
Sin decir una palabra más, Señorita Reina de Belleza entró, procurando no tocar la puerta con sus delicadas manos.
-Cielos...- suspiré.
Daniela llegó de pronto a mi cabeza.
Esta chica parecía aún peor.
Me apresure a llegar de nuevo al salón, preparándome psicológicamente.
"Jos está ahí... Hay una chica con Él... La golpeaste con la puerta... Y aún así se veía bien... ¿Cómo hizo eso?"
Eso no estaba ayudando.
Intenté con otra cosa.
"Eres fuerte, eres una chica fuerte... podrás superar esto...si que puedes..."
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Por Él | JC | #2
Romansa«A lo largo de nuestra vida nos encontramos con infinidad de personas. Algunas pasan de largo y son olvidadas entre el mar de rostros. Otras pueden marcarte en tu camino, y te acompañan por él, más tiempo del que te hubieras imaginado. Luego están...
