Capítulo 16 "Huir"

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Fui los siguientes días a Sunset. Cuando Andrea no estaba en casa, era agradable pasarse por ahí una o dos horas.

Algunas veces mientras tomaba una taza de té, una malteada o chocolate, miraba como los clientes escribían alguna frase en la pared.

Yo sólo me sentaba a leer un rato, o escuchar música. Hasta conversé con Eduardo.

Era despreocupado y risueño. Soltaba alguno que otro chiste o cumplido. Era la clase de chico que las madres adoran para sus hijas.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- dijo una vez.

-Por supuesto.

-¿Qué haces aquí sola?- dijo por fin, dudoso.

-Eh... sólo paso el rato.

-¿Tu sola? No puede ser posible- me regaló una enorme sonrisa blanca.

Pues lo es.

-Pues así es- dije en voz alta.

-No lo entiendo- dijo con una sonrisa tranquila. Ese chico jamás dejaba de sonreír. Quizá por eso era un buen mesero.

-A veces es bueno estar solo- respondí.

-Por supuesto que no.

Asentí de nuevo.

El encogió los hombros y no dijo nada.

-Me quedaré contigo.

-Si te quedas, no estaré sola- no pude evitar una media sonrisa.

-Estaremos solos juntos.

Puse los ojos en blanco.

-¿No debes irte a trabajar?

-¿Me estas pidiendo que me vaya?- dijo mientras se llevaba una mano al pecho dramáticamente.

-Si- contesté sin dudar.

Él cerró los ojos, se levantó y comenzó a caminar sin darme la espalda.

-Dolió- me dijo.

-Lo sé- continúe siguiendole el juego.

Me lanzó una última sonrisa y se marchó.

No sabía que pensar de ese chico.

Jos ocupaba muy seguido mis pensamientos. Cualquier cosa me lo recordaba.

Yo intentaba de todas las maneras posibles alejarlo. Tenía que olvidarme de Él...

Una noche, paseaba la mirada por las frases de las paredes. Encontré una, bastante larga en la parte superior.

"... El viaje que he emprendido es eterno.
Todo progresa y se dilata, nada se viene abajo, y morir es algo distinto de lo que muchos supusieron, y de mejor augurio.."

Me imaginé a la persona que la escribió. ¿Sería un chico? ¿Una chica?
Recordé mi viaje... mi escuela...

"Si nadie en el mundo lo sabe, estoy satisfecho, si todos y cada uno lo saben, estoy satisfecho."

-Hermosas ¿No lo crees?

Por el rabillo del ojo distingui a Eduardo, que estaba sentado a mi lado, mirando también las paredes.

-Mucho...- dije sin voltear.

-Creo que es lo que amo de mi trabajo...

Lo miré.

-¿Te gusta la poesía?

-Si, pero no es eso- contestó- es el hecho de que las personas vengan a compartirla aquí, a estas paredes. Parece como si dejaran la historia completa para nosotros...

-Así que eres un poeta incomprendido...

El se encogió de hombros.

-Tal vez.

Ambos nos reímos.

Tomé mi chamarra del respaldo de la silla.

-Tengo que irme- me puse de pie.

-¿Tan pronto?

Mire mi reloj. Eran las 7:35 pm.

-Ya es algo tarde- le dije.

-¿Te vas a dormir temprano, como la niña buena que eres?

Puse los ojos en blanco.

-Si, claro...

-Quédate en rato más- dijo con una sonrisa- Aun falta lo mejor.

A mi alrededor las personas tomaban café, leían o platicaban. No era como una enorme fiesta alocada... ¿Se pondría mejor?

-En serio, tengo que irme...

-Es una lástima- se levantó de la silla- Entonces... ¿Te veré luego?

-Tal vez.

-Bien...

Tomé mis cosas y me dirigí a la barra para pagar mi cuenta. Comencé a jugar con mis dedos mientras la chica iba por mi cambio.

Entonces escuché el sonido estridente de un micrófono al hacer corto. Todos guardaron silencio un momento.

Me giré.

El escenario estaba iluminado por una lámpara. Habían puesto un banco de tres pies debajo de la luz. Un chico con el uniforme del café puso el ruidoso micrófono sobre su soporte.

¿Iba a haber música en vivo? ¿O tal vez poesía?

La curiosidad me invadió pero sabía que tenía que irme. Así que cuando la chica me dio el cambio, me dirigí hacia la puerta de entrada, ahora mi salida.

La noche ya había aparecido fuera del café y una fina lluvia caía como una cortina.

Era hora de irse. Entonces escuché una voz a mi espalda.

-Hola a todos.

Por Él | JC | #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora