7. Seagull

151 13 13
                                    

Salí caminando rápidamente  a la mañana siguiente, lo único que deseaba era alejarme del aroma a medicamentos que me asqueaba y me tenía más aturdida que el sonido que me había mandado ahí. Recordaba el abrazo del chico que me consoló la noche anterior se escapo de mi boca una ligera sonrisa.

Los pasillos por los que necesitaba transitar se sentían más incómodos que antes, pues los soldados y cadetes me miraban con más extrañeza de la que estaba acostumbrada, era cierto que jamás fui del tipo popular no solía tener muchos amigos, creían que era rara, ruda y quizá demasiado huraña así que no me sorprendí cuando todos, o casi todos evitaban mi compañía.

Mi habitación estaba vacía, al parecer mi compañera ya no lo era mas era parte del castigo, la soledad lo único que encontré fue una cama y un par de esos feos uniformes grises, no me queje lo merecía pero no por escapar, de eso no me arrepentía sino del dolor que ahora tenía el pobre hombre encargado de la cocínalas que logre visitar antes de dejar la clínica y realmente su condición era mala.

No me quedaba más que mirar el techo desde la cama, cuando escuche el sonido de un pedazo de papel por debajo de la puerta corrí a tomarlo teniendo a Anshar en la mente nada más, necesitaba verlo de nuevo, creía en la palabra de Mirto pero aún así necesitaba saber de él.

"De inmediato al salón central."

Era lo único que decía la nota, no quería seguir órdenes pero aún pensaba en la posibilidad de tener noticias de Anshar.

Baje hasta el salón,  mi sorpresa fue mayor al entrar  pues quien me esperaba era Jean sentada tranquilamente en un pequeño sofá, se limpiaba las uñas con la punta de su navaja, silbaba despreocupada a pesar de haberme mirado un segundo.

-Cuando llegaste supe que serias de cuidado -hablaba sin mirarme - las chicas como tu son rudas, agresivas, difíciles en conclusión son las mejores - por fin me miró - y tu Disentra eres una de esas, no voy a preguntar por que lo hiciste supongo que tendrá que ver con el chico guapo del grupo Beta- me sonrió pero me mantuve seria - yo hubiera hecho lo mismo es un chico audaz eso me gusta - me señalo la silla frente a ella - y es por eso que creo que serás la próxima Dendro - soltó una ligera carcajada.

-No me compares con ese tipo - me tire en la silla - es un estupido...

-Si lo es, pero tu no y estoy segura de que harías cosas muy buenas si te quedarás aquí con nosotros, la milicia es para ti Disen lo sabes y sé que te gustara.

-No me gusta ordenar a los demás solo para sentirme mas que ellos, así que te equivocas no soy como ustedes.

-Pero tienes ese coraje, as muy enojada y esa la furia que te hace disparar y acertar siempre, es lo que requiero. Quiero ser tu tutora, me encargare de ti en todo que dices.

-Pasare todo un año aquí no me queda de otra lo sabemos las dos así que aceptó, entréname, conviérteme en ese militar que dices que puedo ser.

La deje sola después de eso, no sabia que pasaría conmigo en los siguientes meses, pero ya no sentía miedo después de ver de lo que eran capaces.

Esa noche la pase en vela sin Natalia quejándose de todo a mi lado la obscuridad y el silencio eran abrumadores. Solo pensaba en Anshar no había podido verlo me angustiaba un poco no saber de él, pero confiaba en las palabras de Mirto,  tenía que hacerlo pues necesitaba un aliado si es que Jean decidía volverme como ellos, necesitaba a alguien que pudiera acercarme a mi meta de salir y de poder llevarme conmigo a mi mejor amigo.

Desperté cerca de las siete de la mañana, la alarma no sonó ni acudió Rose a la habitación como hacia cada mañana, no sabia que hacer así que me vestí y decidí salir a buscar a Jean pues ya no sabia si tenía que seguir al grupo o estaría siempre sola.

Storm song. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora