MI VECINO SEXY 2 (HOT) Daniel Oviedo y tú

Capitulo XXV

Cuando llegamos a la habitación de Dani muy empapados, tuve que pedir en recepción una nueva bata para Dani y yo me tuve que secar la ropa con el secador del baño de Dani.

Me moví incómoda en la silla porque no podía dormir. Intenté pillar la postura que cogí ayer para dormir, pero nada.

-Ey, ¿por qué no duermes aquí? -preguntó Dani en un susurro dando palmadas a un lado de la camilla.

-No quiero que duermas tú incómodo.
-Que no, tonta, ven. -me hizo una seña para que me tumbase ahí y sin más remedio, me tumbé con cuidado de no hacerle daño.

-Echaba de menos dormir contigo. -me susurró al oído y se me erizó la piel.

Le respondí susurrando con un 'y yo' y él empezó a acariciarme el pelo hasta quedarme dormida.

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-Princesa, despierta. -abrí los ojos y miré hacia la derecha.

-¿Qué pasa Dani? -pregunté con la voz adormilada.

-Mi madre te ha llamado, y como estabas durmiendo lo he cogido, dice que vendrá dentro de nada.

-Ah vale. -me levanté de la camilla y me metí en el baño para lavarme la cara.

Cuando salí del baño le dije a Dani que iría a la cafetería a desayunar.
Al salir por la puerta, me llevé la mano al corazón del susto que me dió Mario al plantarse delante mía.

-Mario... Dios, qué susto. -suspiré cerrando los ojos.

-Perdón, iba a ver a Dani pero ya que estás aquí me gustaría hablar contigo. -asentí, pensando en lo que me iba a decir.

Lo dejaría conmigo, estoy segura.

-¿Podemos hablarlo en la cafetería? -señalé con el dedo la cafetería, que se encontraba abajo y él respondió con un 'vale'.

Pedí un vaso de leche con dos tostadas y me senté con Mario en una de las mesas de la cafetería.

-Bueno... no sé cómo empezar esto, lo he estado pensando desde que pasó lo de Dani y... -se quedó parado pensando algo. -que siento que lo nuestro no va a nada, que aún siento que sigues queriendo a Dani, y es que cómo lo miras... -le miré atentamente y pensé en una respuesta.

-Yo... Mario... -suspiré. -tienes razón, y no me gustaría que terminemos así, quiero que sigamos en contacto ¿vale?

-Claro, _____, que te vaya genial con Dani porque de verdad hacéis muy buena pareja. -se sinceró Mario y le abracé.

-Espero que encuentres a una mujer que te quiera y te aprecie más de lo que yo hice, me has hecho pasar unos 3 años increíbles. -dije mientras le abrazaba y él asintió sonriendo.

-¡Uf! -Mario sacudió las manos. -Pensaba que iba a ser peor. -reímos y le sacudí el pelo, cosa que hizo que lo despeinase y rápidamente se peinó.

Me comí la última tostada y subimos a la habitación de Dani.

Tocamos a la puerta y ahí estaban los padres de Dani.

-Buenos días. -saludó Mario y le dió dos besos a Eva y estrechó las manos con Juan Carlos, luego se acercó a Dani y le preguntó cómo estaba.

Miré la hora en el móvil. 11:33. Iría a casa a cambiarme la ropa y a ducharme.

-Voy a mi casa a ducharme y cambiarme de ropa. -avisé a los que estaban en la habitación y salí por la puerta.

Ahora que caigo, no tenía el coche, así que solo me quedaba andar hasta casa.

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Al terminar de ducharme y vestirme, mi madre insistió en que me quedase a comer.

-¿Y cómo está Dani? -preguntó mi madre.

-Bien, como dijo la enfermera, saldrá dentro de poco.

Terminé de comer y rápidamente cogí mis cosas y salí con el coche al hospital.

Entré la habitación de Dani y me asusté al no ver a nadie ahí. Salí de la habitación para ver si esa era la habitación. Esa era, la 214.

-Estaba en el baño. -dijo Dani saliendo del cuarto de baño y giré la cabeza para verlo.

-Me había asustado. -reí y él sonrió.

-Tengo muuuchas ganas de salir de aquí. -alargó la 'u' y se acostó en la camilla. -Saldré en dos días si todo va bien.

Asentí lentamente y nos quedamos en silencio.

-Mario y yo lo hemos dejado. -solté y Dani me miró con los ojos abiertos.

-¿Sí? ¡Bien! -llevó sus brazos en alto alegre y luego al darse cuenta de lo seria que estaba cambió su expresión. -digo... oh, lo siento. -rectificó con cara seria y empecé a reírme.

-¿Por qué lo sientes, tonto? Si lo que mas quería era volver a salir contigo. -le dí un beso y sonreí.

-Pues eso no se hace, creía que realmente estabas mal. -hizo un puchero que le hacía jodidamente adorable.

-Hemos quedado como amigos, así que todo va bien. -junté mis manos con las de él y las moví como bailando.

-¿Sabes qué? Los padres de Andrea, junto a ella se mudarán a una ciudad lejísimos de aquí. -le miré con los ojos muy abiertos sin poder creérmelo y sonreí

-¿Cómo? ¿Y no la llevan a la cárcel ni nada de eso? -pregunté dudosa.

-Mi madre me ha dicho que los padres han tenido que pagar muchísimo dinero para que no pasase nada de eso. La vida nos sonríe, princesa. -dijo tocándome la mejilla.