-Dani ya te está esperando en el altar, cariño. -dijo mi madre cogiéndome de las manos y sonriendo.Mentiría si decía que no estaba nerviosa. Lo estaba y mucho, pero es que me casaría con el amor de mi vida, el hombre de mi vida. Lo amaba más que a todo.
-Es tu momento, vamos hija. -me animó mi padre y le sonreí.
Suspiré y las puertas de la iglesia se abrieron mientras tocaban la marcha nupcial. Toda la gente invitada se giró para verme mientras aplaudían.
Me cogí a los brazos de mi padre aún nerviosa, miré a la izquierda donde todos me elogiaban con cosas como: 'qué guapa' 'está preciosa'. Les sonreí agradecida y luego giré mi cabeza a la derecha, donde estaba Sandra con su novio Víctor, hacían una pareja muy adorable, solo llevaban cinco meses juntos, se conocieron en una cafetería y según ella, fue amor a primera vista.
También estaba Mario con su novia Laura que me sonreían y me decían: 'bonita', les sonreí y seguí mirando a familiares y amigos que se encontraban ahí.
Mi padre se quedó parado unos pasos atrás del altar y me susurró al oído que todo iba a salir bien. Miré al frente y mi corazón empezó a later más fuerte, el hombre de mi vida estaba ahí con una sonrisa en su cara.
Estaba tan guapísimo, su traje negro y su pajarita blanca le hacían muy sexy.
El viejo sacerdote me hizo una seña para que me acercase y lo hice, poniéndome al lado de Dani que entrelazó su mano con la mía.-Estás perfecta, princesa. -susurró en mi oído haciendo que mi piel se erizase por completo.
El sacerdote nos miró a los dos sonriendo y carraspeó su garganta para empezar a hablar.
Dani con su dedo pulgar me acariciaba la mano y agradecí eso, ya que de una extraña manera, me tranquilizaba.
-Estamos aquí hoy reunidos para celebrar en santo matrimonio la unión de _____ _____ y Daniel Oviedo. -comenzó a decir el sacerdote.
El sacerdote siguió hablando pero yo desconecté y empecé a pensar en todo lo que he vivido y lo que me queda vivir con Dani.
Los malos momentos y los buenos momentos, la de veces que me ha hecho reír cuando estaba mal, todos los besos que nos dimos, nuestras noches de sexo y muchísimos buenos momentos que no me importaría volver a repetir.
De repente, algo hizo que saliese de mis pensamientos y volví a conectar con la realidad.
Mi prima pequeña junto a mi primo pequeño, traían en sus manos dos cajitas en las deberían de ir los anillos. Nos las entregan y abrimos las cajitas con los anillos.
-_____ _____, pon ese anillo a tu futuro esposo como símbolo de amor y fidelidad hacia él. -dijo el sacerdote, hice lo que él me dijo y le coloqué el anillo a Dani.
-Daniel Oviedo, pon ese anillo a tu futura esposa como símbolo de amor y fidelidad hacia ella. -se dirigió hacia Dani y él me colocó el anillo.
-Así pues, ya que queréis contraer santo Matrimonio, unid vuestras manos, manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia. -dijo el sacerdote mirándonos y Dani y yo nos dimos la mano derecha.
-Yo, Daniel Oviedo, te recibo a ti, _____ ______, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
-Yo, ______ ______, te recibo a ti, Daniel Oviedo, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. -dije mientras Dani me miraba con felicidad en sus ojos.
-Daniel, ¿aceptas a _____ como tu legítima esposa?
-Sí, acepto.
-Y tú, ______, ¿aceptas a Daniel como tu legítimo esposo?
-Sí, acepto.
-El Señor confirme con su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la Iglesia y os otorgue su copiosa bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. -hizo una pausa y miró a Dani. -Puedes besar a la novia.
Dani me cogió de las mejillas con sus manos y comenzó a besarme, puse mis brazos alrededor de su cuello y él me cogió de la cintura para acercarme más a él.
Escuché varios silbidos, aplausos y piropos por parte de los invitados pero no escuché más ya que estaba bastante sumergida en mi mundo en el que solo existimos Dani y yo besándonos.
Nos separamos por falta de oxígeno y nos sonreímos.
-Si hubiésemos seguido con el beso, estoy seguro de que hubiésemos tenido aquí mismo la noche de bodas. -susurró en mi oído y reí.
-Te amo, Dani.
-Yo muchísimo más, princesa. Te amaré desde aquí hasta el fin.
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¡Muero de amor!
Este es el último capítulo de la segunda y última temporada de Mi Vecino Sexy que espero que os haya gustado muchísimo.
Si hay bastantes comentarios y votos, subiré el Epílogo dentro de unas horas!
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MI VECINO SEXY 2 (HOT) Daniel Oviedo y tú
Hayran Kurgu"Sentí una mirada sobre mí y levanté la vista del móvil. Y volví a encontrarme, después de 3 años, con esos ojos color café que tanto me enamoraban. Sí, Dani había vuelto." - para leer este libro tienes que leer mi vecino sexy -