MI VECINO SEXY 2 (HOT) Daniel Oviedo y tú

Capitulo XXIX

Me puse el vestido que me encajaba perfectamente y sonreí a mi figura que se reflejaba en el espejo.

Me veía muy guapa, y eso, pocas veces lo podía decir.

Solo me quedaba el peinado, que eso era lo peor sin mi madre aquí. Me quería hacer un moño pero no me salía del todo perfecto.

Frustada miré la hora y ahí es cuando me empecé a poner nerviosa, solo 20 minutos para que Dani viniese. No me quedó más remedio y llamé a Sandra para que urgentemente llegase a mi casa para peinarme como es debido. A ella siempre se le ha dado bien peinar, aunque ella dice que se ve mejor siendo psicóloga que peluquera.

Llamó al timbre de mi casa y corriendo bajé, le abrí y le cogí de la mano para que subiese rápidamente al baño.

-Rápido, por favor. -le pedí y ella empezó a peinarme.

Después de unos minutos, ella acabó y me miré en el espejo.

-¡Sandra! ¡Eres la mejor! -la abracé contenta y ella rió.

-¿Algo que no sepa? -preguntó riendo. -En fin tía, estás preciosa y Dani se quedará flipado.

-¿Tú crees? La verdad es que yo me veo guapa hoy. -cogí el vestido y dí vueltas sobre él mientras me miraba en el espejo.

-¡Hoy y siempre! Yo me voy ya. Luego me cuentas qué sorpresa tenía Dani, eh. -asentí y la llevé hasta la puerta.

Solo quedaban 5 minutos y Dani vendría a recogerme. Estaba nerviosa, sí.

No paraba de mirar la hora en el móvil, cada minuto se hacía una eternidad hasta que por fin marcaron las 21:00.

El timbre de mi casa sonó y me levanté del sofá para ir a abrir.

Dani era tan puntual.

Suspiré cerrando los ojos y abrí la puerta.

-Madre mía, _____, estás irresistible. -se mordió los labios mirándome de arriba a abajo y me sonrojé.

Él sí que estaba guapo, y más con ese traje negro que le quedaba genial. Miré su corbata que era roja, hoy iríamos conjuntados.

-Esta noche iremos conjuntados. -reí, él preguntó el por qué y señalé su corbata roja. -Por cierto, tú estás perfecto. -le dí un beso y al terminar el beso, le mordí el labio inferior.

-Vamos, princesa, que se nos hace tarde. -me tendió la mano y con gusto le cogí de la mano.

Abrió la puerta del asiento copiloto para que me sentase y le sonreí. Él abrió la puerta de su asiento, arrancó el coche y empezó a conducir hacia aquel restaurante.

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Al llegar al restaurante me sorprendí bastante al ver lo bien decorado que estaba y sobretodo la de gente que había vestida con unos trajes, vestidos y joyas carísimos. No entendía cómo Dani se podía permitir esto.

Un hombre vestido de traje con un trapo blanco en su brazo y una libreta en mano se acercó a nosotros.

-¿Nombre? -preguntó a Dani.

-Daniel Oviedo.

-Bien, síganme.

Dani y yo le seguimos pero el hombre no nos llevó a la sala donde estaba todo el mundo cenando sino a una pequeña sala con una mesa para dos.

-Que tengan una buena cena, ahora pasarán mis compañeros a tomarles nota. -dijo aquel hombre educadamente y salió por la puerta.

-Dani, por Dios, ¿cómo te has podido permitir esto? ¿no era mejor un McDonald's u otra cosa menos cara? -le pregunté y él sonrió.