Capítulo 35

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Draco se levantó al día siguiente algo extrañado porque no reconocía el lugar, pero después se acordó de todo, lamentablemente no era una pesadilla. Se levantó, se baño y se vistió, poco después alguien tocaba su puerta, supuso que era su madre. Y no se equivocaba.

-Hijo ¿estás listo?- le preguntó ella cuando su hijo le abrió la puerta.

-Si mamá ya estoy.- dijo el saliendo cerrando la puerta con llave tras el.

-Iremos a Desayunar y luego seguiremos con la búsqueda.- dijo su madre. Ambos bajaban ya por la escalera y se encontraron a a Blaise y Pansy esperándoles abajo.

-Buenos días- dijeron los dos al unísono.

-Buenos días- respondieron el moreno y la castaña.

Después de los saludos y de ponerse de acuerdo fueron a desayunar, desayunaron en silencio. Cuando terminaron se levantaron y acordaron que si encontraban algo mandasen un patronus al resto y que si no encontraban nada se verían más tarde en el hotel. Todos se separaron y empezaron a buscar.

Una hora después Draco caminaba en una calle poco transitada. Cuando de repente vio de espaldas a una castaña, el pensaba que era Hermione.

-¡Hermione!- grito el para que la mujer que estaba pocos metros de él. La mujer no se viró a si que el le tomo del hombro para que se virase, pero no era ella.

-¿Qué se te ofrece?- preguntó algo extrañada la chica, pues no conocía a ese hombre.

-Lo siento, pensaba que era otra persona- se disculpó el volviendo a emprender su camino. Después de caminar unos cinco minutos en los cuales no había salido de esa calle, se encontró de frente con una biblioteca algo vacía, pero enorme y llena de todo tipo de libros.

-A Hermione esto le encantaría- pensó para si mismo. Sin pensarlo mucho entró en ella y miro todos los estantes, habían libros mitológicos, de fantasía, de amor... Sin duda el paraíso de Hermione.

Después de salir por un pasillo apareció justo en el mostrador, y se quedó algo extrañado con lo que vio.

-¿Ethan? ¿Scarlett?- preguntó acercándose a ellos, sin duda eran sus hijos, lo que significaba que ella estaba ahí.

-¿Se le ofrece algo?- preguntó una Hermione nerviosa, el hombre estaba de espaldas y era idéntico a su esposo. Esperaba firmemente que no fuese él.

-¿Hermione?- preguntó girándose de golpe. Cuando la vio sus ojos se pusieron como platos. Allí, frente a el se encontraba su esposa tan hermosa como siempre. No pudo evitar acercarse a ella lentamente.

-Draco...- susurro ella sorprendida, ¿había ido a buscarla? No lo creía, pero dudaba que ese fuera el motivo de que él estuviese ahí.

-Hermione...- susurro el de vuelta y empezó a acariciar su rostro y apartándole el cabello, Hermione no se había dando cuenta de cuando se había acercado el rubio a ella. Por un momento cerró los ojos, disfrutando de aquel contacto que había echado de menos esos días, pero cuando se dio cuenta de lo que hacía abrió los ojos de golpe y dio un paso atrás. Ese gesto a Draco le dolió en lo más profundo de su ser, como si alguien le hubiese clavado una daga en el corazón.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto ella mirándole a los ojos directamente, por dentro estaba saltando de la emoción por volver a verle.

-¿Tu que crees? Vine a buscarte a ti y a nuestros hijos- dijo el volviendo a acercarse a ella. A esas alturas varias personas que se encontraban en el establecimiento eran espectadores de esa escena.

-¿Ya es un poco tarde no?- dijo ella con las lágrimas apunto de salir de sus ojos.

-Más vale tarde que nunca Hermione- dijo el.

Enamorado de una MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora