Capítulo 15

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Hermione ya había salido del hospital y Draco, Narcissa y ella se encontraban en la casa del chico. Seguían buscando a Lucius, realizaban un hechizo muy efectivo, pero que tardaba un poco de tiempo para que fuese certero.

Los tres estaban en la casa. Hermione y Draco abrazados en el sillón, mientras que Narcissa estaba sentada en el otro sillón de un solo cuerpo mirándoles sonriente, viendo como se demostraban su amor. Entonces se dio cuenta de algo, tenía que hacer lo imposible por impedir que Lucius se interpusiese.

Draco se daba cuenta de que la profecía se cumplía, pues notaba como poco a poco perdía sus poderes, y el pensaba ¿quien pudo ser tan discriminatorio como para crear esa absurda profecía?, no había dicho nada a Hermione y Narcissa pues no quería preocuparlas, pero notaba los cambios desde aquel día que por fin había consumado su amor con la castaña.

-Voy un momento al baño- dijo Draco dándole un beso en la frente a la chica y levantándose del sillón.

-vale- dijo ella sonriendole.

Pero cuando se levanto se tuvo que apoyar en la pared, notaba últimamente muchos mareos y se debilitaba.

-¡hijo! ¿que te pasa?- dijo Narcissa levantándose rápidamente del sillón y yendo a donde estaba el. Hermione también se levanto enseguida cuando oyó a voz preocupada de Narcissa.

-¡Draco! ¿estas bien?- Dijo Hermione tocándole la frente.

-No, últimamente estoy muy débil- dijo Draco recostándose en el sillón donde momentos antes estaba sentado con la chica.

-Se que no es de mi incumbencia chicos pero... ¿vosotros habéis...? ya saben- Los dos chicos se miraron pero sabían que tenían que decir la verdad.

-Pues... si- dijo Hermione agachando la cabeza avergonzada.

-Oh no...- dijo Narcissa poniéndose blanca.

-¿que pasa mama?- preguntó Draco recuperándose del mareo poco a poco.

-Eso significa que...- dijo aún petrificada.

-di que pasa Narcissa- dijo Hermione asustada.

-La profecía dice que el ser mágico perdería sus poderes si... dejaba embarazada a la persona muggle.- dijo ella, entonces Hermione se quedó mas blanca que Narcissa, con la boca abierta, sabía lo que la mujer quería decir.

-¿estas diciendo que... estoy embarazada?- dijo ella en un susurro pero que perfectamente pudieron oír.

-Me temo que si chicos.- dijo Narcissa.

-¿pero entonces que pasara?.- preguntó un temeroso Draco, no le molestaba en absoluto que la chica estuviese embarazada, lo que temía era lo que venía a continuación.

-Tengo que buscar mas información acerca de esa profecía chicos, vayamos a casa Draco- dijo la mujer levantándose del sillón con la intención de que ellos la siguieran.

Los dos se levantaron del sillón esperando las instrucciones de la mujer.

-cojámonos de las manos- dijo tendiéndole las manos a los dos, los cuales las cogieron sin dudar, pues realmente tenían prisa por llegar. Narcissa cerró los ojos, y cuando los abrió se encontraban en el jardín de la mansión Malfoy.

-¡au! ¿que es esta sensación?- preguntó la chica tocándose el estomago, por la parte del ombligo, sentía que iba a vomitar.

-Ha sido la desaparición, uno acaba acostumbrándose- le dijo Draco mientras caminaba al lado de ella detrás de su madre, yendo a la entrada de la gran casa.

-ah, vale- respondió ella simplemente.

Entraron a la gran biblioteca de la casa, y estuvieron horas y horas buscando mas información que les sirvese de algo.

Estuvieron buscando alrededor de cuatro horas, y realmente se notaba, le tensión estaba presente y nadie había encontrado nada, Hermione no sabía exactamente que era lo que estaba buscando, pero se sintió mejor cuando oyó a Narcissa decir que había encontrado algo. Rápidamente los dos se fueron a donde ella y esperaban atentamente.

-Aquí dice algo.- dijo ella mientras leía. -Dice que las probabilidades de que una muggle se quede embarazada son mínimas, sólo han habido casos excepcionales. Que una muggle quede embarazada de un mago puede llegar a ser terrible. El embarazo sería rápido, solamente duraría tres meses, el bebé absorbería toda la energía que se encontrase en el interior de la madre, debilitándola por completo, tanto que podría quedar en estado vegetal o incluso morir. A parte como se había dicho antes, el padre perdería toda su magia, convirtiéndose en un muggle más, podrá conservar sus poderes si el niño muere antes de salir del vientre de su madre.- dijo ella, cuando terminó de leer miro a ambos alternadamente, pero ellos estaban en blanco sin saber que hacer o que decir.

-¿q...que?- pregunto Hermione cuando salió de su asombro. -es decir, que cualquier cosa que hagamos pasará algo malo- dijo mirándola a los ojos.

-Eso depende de vuestra decisión- dijo Narcissa mirando ahora a su hijo, sabía que el resto dependía de él.

-No me importa perder mis poderes, me he acostumbrado a vivir como un muggle, no permitiré la perdida de mi hijo- dijo con decisión reflejada en sus ojos mercurio.

-Pero Draco, la magia forma parte de ti, después te puedes arrepentir de esa decisión..., yo no quiero que hagas eso, no me puedo permitir ser luego la culpable de eso.- dijo Hermione mirándole a los ojos mientras le cogía de las manos.

-Hermione, amor, la decisión está tomada. Cuidaremos tu salud por ese bebé, y que yo pierda los poderes no importa si eso conlleva nuestra felicidad.- le dijo el y después le besó dulcemente.

-Si es lo que tu quieres esta bien.- dijo cuando se separaron.

-Es lo que mas deseo.- respondió.

-Bueno chicos, ahora mismo se nos acumulan los problemas, tenemos al psicópata de Lucius detrás nuestra, está por venir un duro embarazo, y no sabemos que ocurrirá cuando el niño nazca... ya sabéis, lo de la pérdida de poderes, así que hay que estar preparados para cualquier cosa, Hermione si notas algo extraño en el vientre avísanos, puede que lo mas difícil esté comenzando. De momento nos quedaremos en la mansión, Lucius ya no viene y es donde tenemos la información y las cosas necesarias que podamos utilizar cuando la cosa se complique realmente.

-¿pero y si a ese hombre le da por venir, sin saber que nosotros estamos aquí? ¿no se lo pondríamos en bandeja?- preguntó Hermione con duda.

-Buena observación- concordó con ella Draco, quería saber exactamente cuales eran los planes de su madre.

-Os puedo asegurar que no vendrá más por aquí, tengo mis medios. Puse un hechizo para que el no pudiese entrar de ninguna manera. - dijo ella muy segura mientras les sonreía.

En ese momento Draco se dio cuenta de la chispa de picardía que tenían los ojos de su querida madre, hacía tanto tiempo que no la veía así, exactamente desde ese cambio brusco de su padre sin motivo aparente. Entonces Draco se dio cuenta de que las intenciones de su madre eran verdaderas, quería ayudarlos.

-Yo y Hermione nos quedaremos en mi habitación, ya sabes, necesita compañía no se sabe lo que pueda pasar por las noches, de todas formas madre, si algo ocurre te avisaremos.

-Si si hijo, no hay problema, enséñale la casa a Hermione y después le enseñas la habitación.

Enamorado de una MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora