Capítulo 14

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Había pasado un mes en el que Hermione mejoraba pero seguía inconsciente, aún seguía en una especie de estado vegetal.las heridas que se encontraban en el interior de su cuerpo se curaban poco a poco y Draco siempre estaba con ella, le había dado aviso a su jefe sobre lo que pasaba y el lo entendió, pues en lo que la castaña trabajaba ahí no había faltado ni una sola vez. le dijo que volvieran a trabajar cuando todo mejorase.

Investigaban hechizos de búsqueda para encontrar a Lucius, desde que le ocurrió a Hermione ese "incidente" no habían tenido tampoco noticias de Lucius de repente había desaparecido del mapa, por eso cada vez mas sospechaban de el.

Narcissa se pasaba todas las tardes buscando cualquier hechizo que les sirviese por mínimo que fuera. Pero de momento no habían novedades, la desesperación siempre estaba presente en Draco, pensaba que cuando cogiese a Lucius le haría pagar caro muchas cosas, entre ellas haberle hecho a la castaña eso y amargarle la vida de muchas formas.

Se encontraba al lado de la castaña, como todo ese último mes, se le veía desaliñado no había pegado ojo, no sabría que podía pasar si cerraba los ojos solo un momento. Narcissa notaba que en realidad amaba a la chica, y haría todo lo que estuviese a su alcance para que su hijo pudiese estar con ella. No podía creer que Lucius hubiese cambiado en tan poco tiempo, antes podía llegar a ser la persona mas dulce del mundo mágico, pero algo le corrompió y le gustaría saber que fue, de verdad quería saberlo para poder ayudarle a superarlo.

Una enfermera analizaba el estado de la castaña mientras le lanzaba miradas cómplices al rubio, en un principio le lanzaba miradas para llamar su atención, pero se dio cuenta de que el chico no le hacía caso, solo cuando le preguntaba su estado, fue así que se dio cuenta que solo tenia ojos para ella y de verdad lo entendía.

Mientras que el cogía su mano y miraba sus ojos cerrados, extrañando ver el brillo que desprendían cuando estaba feliz, nerviosa, triste, o simplemente alguna emoción. Extrañaba que cogiese su mano y jugase con su pulgar, que le besase, o aunque fuese sentir su calor.

Esa misma noche estaba Draco dejándose dormir en la habitación del hospital, apoyado en el regazo de la castaña, esa había sido todas las noches su almohada desde que la chica estaba ingresada. Tenía miedo, mucho miedo pues sabía de lo que era capaz su padre, y podría asegurar que el sería capaz de cualquier cosa por no manchar su querido linaje de sangre.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que una castaña le observaba, intentando adivinar que era lo que pensaba.

-¿estas pensando en mi?- preguntó Hermione sonriente, mirando a su querido novio.

-claro que si- dijo aún distraído, sin dase cuenta aún de la situación. -¡Hermione!, ya has despertado.- dijo enseguida levantándose de donde estaba tumbado, dándose cuenta ya de todo

-Aquí estoy Draco- dijo ella sonriente mientras el alegremente le abrazaba y le besaba repetidamente en los labios, dándole a todos los dioses que hubiese despertado.

-por fin despiertas mi amor- dijo el finalmente separándose.

-ya era hora ¿llevo mucho tiempo durmiendo Draco?- preguntó mirando a su alrededor a ver si por casualidad veía algún reloj o algo por el estilo, aunque mas bien buscaba su teléfono para ver la fecha exacta.

-pues realmente bastante, llevas un mes inconsciente.- dijo mirándola amorosamente a los ojos que tanto le gustaban y había extrañado.

-¿que fue lo que me paso?- preguntó mas seria.

-te atacaron.

-pero ¿que fue exactamente?, ¿fue con algún tipo de poder o magia o físicamente?- preguntó sentándose despacio en la camilla.

-Fue con magia Hermione, y mi madre y yo ya sabemos quien fue la persona que te atacó

-¿quien fue?- pregunto la chica algo temerosa por la respuesta, pero estaba decidida a oírla.

-Mi padre.- dijo mirando a otro lado.

-Ese hombre me odia.- dijo ella, temía que ese animal acabase con ella.

-Lo se, pero realmente no te odia ti en concreto, odia a todos los muggles y sangresucias.- dijo Draco intentando que la chica se sintiese un poco mejor.

-Tal vez, debamos dejarlo aquí Draco, no quiero que le pase nada a nadie- dijo ella casi a punto de llorar, aunque de verdad no quería que tuviese que hacer eso. En ese momento Draco reaccionó bruscamente y se levantó de la silla tirándola al suelo.

-No Hermione, ni que se te pase eso por la cabeza. Yo haré lo imposible por que nada suceda pero no quiero tener que separarme de tu lado, no lo soportaría, y se que tu tampoco quieres hacerlo, he podido leerlo en tu mente- dijo el mirando por la vente la noche de Londres.

-¿que otras opciones tenemos?, ademas, no leas mi mente.

-Cualquier opción es preferible a esa Hermione, ni pienses eso mas, no me separare de ti nunca ¿como tengo que decirte que te amo?- dijo el sentándose de nuevo en la silla, mientras apoyaba los codos en sus rodillas y sujetaba su cabeza con las dos manos.

-No me has entendido correctamente Draco.- dijo ella sonriendo con una pizca de malicia.

-¿entonces a que te refieres?- preguntó el curioso mientras le miraba.

-pues mira...

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Un Lucius se lamentaba por su error, tenía que haberla matado cuando tuvo oportunidad, esa muggle de poca monta seguía viva. En realidad no tenía ningún problema en concreto con ella. Solo temía lo que esa profecía decía, no quería que su familia terminase ahí. Pues si Draco se quedase con ella, perdería la magia, y no podría seguir el linaje pues no tenía mas hijos, solo se preocupaba por eso, realmente no quería amargar la vida de su hijo, según el lo hacía por su bien. Quería lo mejor para su familia, y que esa muggle muriese sería lo mejor para todo

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Mientras que Draco solo pensaba en una cosa:

VENGANZA.


Enamorado de una MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora