Rápidamente llegaron a San Mungo. Draco pedía a gritos ayuda en recepción y los pasillos, mientras Lucius cargaba a Hermione y Narcissa estaba angustiada por la chica, pues ella mejor que nadie sabía los riesgos de ese embarazo, lo había releído miles y miles de veces en la biblioteca, cuando Draco estaba con la castaña y Lucius no estaba.
Cogieron a Hermione de los brazos de Lucius y se la llevaron rápidamente a quirófano, ya tenían ahí su historial y sabían que tipo de embarazo era, lo sabían todo. Los tres se quedaron fuera, algo angustiados por saber que era lo que pasaba, veían a bastantes medimagos y medimagas saliendo y entrando. Draco temía por la vida de sus pequeños, pero tenía mucho mas miedo por Hermione, si algo le pasase moriría.
Pasaron horas y horas, exactamente habían pasado 14 horas, ya estaba saliendo el sol, y los tres seguían ahí, no se habían movido para nada, incluso sentían los músculos agarrotados de estar en la misma posición, no habían tenido noticias de algún tipo, nadie les había dicho nada. Mucha gente seguía entrando y saliendo, Draco aveces preguntaba a alguno que salía, pero decía que no podía decirle nada, que tenía que esperar a que todo acabase. A las 15 horas se oyó un terrible grito de dolor y agonía, para después sumirse el pasillo en el mas terrible de los silencios. salió alguien y se dirigió a ellos, el mismo medimago que les había atendido al principio, por lo que se ve estuvo siempre presente en el parto. Tenía cara de tristeza, la típica cara que traían malas noticias. Todos se temieron lo peor, algo no había salido bien.
-¿Familiares de la señorita Granger?- preguntó mas bien por cortesía, por que perfectamente lo sabía.
-si- contesto automáticamente Narcissa.
-Han salido dos bebes hermosos y sanos pero siento decirles que tenemos malas noticias. - dijo el medimago.
-Noto que han nacido, he perdido por completo mis poderes.- dijo el algo extrañado.
-Los bebés están en perfecto estado, pero no podemos decir lo mismo de la señorita Granger.- dijo con pesar. En ese momento todos se quedaron mas blancos que la cal.
-¿que quiere decir?- preguntó Draco casi sin voz.
-Lamento comunicarles que la señorita Granger ha perdido la vida.- dijo el hombre, pero enseguida salió una mujer y dijo en alto sin importarle nada.
-Ha revivido- dijo chillando y corriendo hasta el medimago.
-Pero eso es algo... imposible, eso es una de las pocas cosas con las que la magia no puede.- dijo anonadado el doctor.
-No sabemos la explicación lo único que sabemos es que esta viva.- dijo la mujer para volver a entrar a donde momentos antes se encontraba.
-Como habéis oído, ha revivido, pero es algo imposible, y mas siendo una muggle y no una maga, ¿sabéis la explicación?- preguntó cada vez mas sorprendido el hombre.
-¿y si son los bebés?- preguntó Lucius, plantando las semillas de la duda en todos los presentes.
-Por lo que veo eso es algo que nunca sabremos..- dijo Narcissa.
-De acuerdo, trasladaremos a la chica en una habitación, y a los bebes les llevaran a que los limpien, le den de comer y lo vistan, cuando le avisen podrán entrar, y ahora si me permiten tengo mucho trabajo- se despidió de los tres y se fue. Momentos después vieron salir a la chica tumbada en la camilla empujada por dos personas. Estaba como el día anterior, pero a diferencia de la barriga, que ya no se encontraba. Siguieron la dirección de la camilla, para saber en que habitación le pondrían y esperar fuera hasta que pudieran entrar a verla.
Metieron a la chica en la habitación numero 365 de la quinta planta, la enchufaron a una serie de cables y maquinas, le cambiaron de ropa, la pusieron en la cama y salieron para ir a buscar a los niños, que ya se encontraban limpios, vestidos y alimentados.
Cerca de una hora después les avisaron de que ya podían entrar, y vieron que la castaña se sentaba en la cama con la ayuda de una enfermera, y que ésta ultima le entregaba a un pequeñin el cual cogió, miró con infinito amor y le dio un beso en la frente acariciando su pelito rubio. Después cogió al otro y repitió la acción. Draco se acercó y le abrazó con fuerza, para después decirle al oído:
-Hermione Jane Granger como me vuelvas a dar esos sustos te enteraras- dijo sonriente para después darle un beso en los labios.
-no volverá a pasar- dijo ella todavía un poco débil.
-Eso espero.- dijo el. Para después mirar a sus pequeños. En ese momento no pudo evitar emocionarse y cogerlos, para darles muchos besos. -Menos mal que ya estáis aquí, mami estaba ya muy malita.- les dijo como si les entendieran, aunque realmente si le entendieron.
-Pero mira que cositas mas bonitas hay aquí- dijo sonriente Narcissa cogiendo a uno.
-Son hermosos.- dijo Lucius cogiendo al otro, a su mente vinieron los recuerdos de cuando cogió por primera vez a Draco, tan pequeño e indefenso. -Me recuerdas a tu padre de pequeño.- dijo sonriente mirándole.
-¿cuando abrirán los ojos?- preguntó Draco.
-Los pueden abrir cuando quieran hijo, esta hermosa niña los tiene igualitos a su madre.- dijo sonriendole a su hijo y dándole a la pequeña para que lo viese.
-y este niño ha sacado los genes Malfoy- dijo inflando el pecho con orgullo en la voz. y se lo entregó a su madre que estaba maravillada. Su sueño se había cumplido, tenía los rasgos de su padre, pero aun era muy pequeño para ver a quien se parecía.
-¿como los llamaran?- preguntó la rubia mujer.
-Scarlett y Ethan- dijo segura Hermione, todos le miraron sorprendidos, eran nombres hermosos.
-Son perfectos- dijo Draco sonriente. Siendo secundado por sus padres que asintieron.
-Si, perfectos...
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Enamorado de una Muggle
Hayran KurguDraco decide irse del mundo muggle, tras una pelea con su padre. En el mundo muggle conoce a Hermione Granger, que le ayuda y se va convirtiendo en una amiga, al punto de que ambos acaban enamorados. ¿Qué pasará cuándo Hermione se entere de la magia...