Capítulo 4

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Hermione y Draco fueron a la cafetería para la comida, no sin antes pasar a coger una acreditación para el rubio.

Los dos pidieron para la comida lo mismo, y poco después comían y hablaban alegremente. Al rubio, a medida que pasaban los minutos le caía mejor la castaña, le parecía una persona simpática y divertida.

-¿Y bueno, que se siente ser nuevo?- le preguntó Hermione con curiosidad.

-Lo preguntas como si nunca lo hubieses sido.- Dijo el rubio riendo.

-Si lo he sido, pero no en una ciudad, solo en trabajos, cambios de institutos y esas cosas, pero yo siempre he estado en Londres.

-Ah bueno, eso es otra cosa.- Dijo el. -Pues me siento tremendamente perdido, no sé donde están las tiendas, o donde se compra cada cosa, yo no vivía así.- dijo él pensado en su forma de vida anterior.

-¿No? ¿Y como vivías entonces?.- Preguntó la chica un poco extrañada, pues todo el mundo vivía así ¿no?.

-No, mis padres son millonarios y teníamos mayordomos y demás personas que nos compraban las cosas necesarias para la casa. Yo antes no tenía este tipo de vida.- dijo el, diciendo la palabra "PADRES" con resentimiento, y procurando no decir nada indebido.

-Ah vale, lo entiendo ¿Y que te hizo cambiar de vida?, digo, ¿Cómo cambiaste el lujo por todo lo contrario?, si no te molesta la pregunta claro.- Aclaró ella.

-No, no, para nada, no me molesta.- aclaró. - resulta que mi padre esta criado demasiado a la antigua, y quería comprometerme con una persona a la que no quería, solo quería casarme con ella porque es de nuestro "estatus social".- Dijo haciendo comillas con los dedos.- Y yo me negué porque yo quiero casarme con una persona que yo elija, pero no se lo tomó muy bien que digamos, por eso me fui, quiero formar una nueva vida lejos de mis padres.- dijo él, y vio que lo escuchaba atenta. Eso le gustó, que alguien le escuchase sin interrumpir y sin juzgar, no como habían hecho siempre.

-Si que esta criado a la antigua, yo hubiera hecho lo que tú, también me hubiera ido a formar una nueva vida, encontrar a alguien que de verdad quiera.- dijo ella comprensible y dándole toda la razón.

-Exacto, eso mismo es lo que intento hacer.- dijo él emocionado al saber que no era el único que lo comprendía.

-Ops, mira, se ha terminado el almuerzo, vayamos a la oficina para explicarte un par de cosas mas que quedan por explicarte y ya después te puedes marchar, que ya mañana empiezas de verdad, aunque yo te ayudaré.- dijo ella levantándose de la mesa.

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Estaba ya en su cama, acababa de llegar de su primer día de trabajo y lo primero que había hecho había sido acostarse en la cama, no es que estuviese cansado, ni que el trabajo hubiese sido agotador, solo era que no tenia nada que hacer.

Se habían dado antes los números y esperaba a que la chica le mandara algún mensaje ya que eso le había dicho. Estaba a punto de darse por vencido e irse a duchar, cuando de pronto oyó un sonido desconocido que provenía del móvil, no sonaba como cuando llamaban así que extrañado fue a mirar que es lo que pasaba, y cuando lo vio casi se emociona, resulta que era un mensaje de ella.

-¡Hola!

-Hola.- respondió él al mensaje de ella, algo lento pues no tenía práctica, no era lo mismo que mandar mensajes vía lechuza.

-¿Quieres qué salgamos?, así te digo donde están las tiendas y lo demás que te haga falta.- mandó ella el mensaje rápidamente.

-¿Harías eso por mi?.- preguntó el.

-Claro ¿Por qué no?, de todas formas no tengo nada que hacer, estoy acostada en mi cama hablando contigo.

-Vale, pues salgamos, yo estoy igual que tu, estoy algo aburrido son saber que hacer- dijo el con ganas de salir de la casa.

-De acuerdo, déjame tu dirección y paso a por ti, que si no te pierdes.- dijo ella riéndose, aunque él no lo viese.

-Vale, es la calle Leonard numero 23.- Dijo el.

-De acuerdo, dentro de una hora estaré ahí, adiós.- Se despidió ella.

-Vale, adiós.- Dio por terminada la conversación el chico.

Rápidamente, como si estuviera subido en una escoba salio pitando hacia la bañera para ducharse. Cuando salió, se vistió, se arreglo el pelo, se puso colonia y solo había transcurrido media hora, el tiempo se le hacia eterno, así que se puso a esperar tranquilamente. Sentía que moriría de aburrimiento. Cuando creyó que ya no podía estar mas aburrido, tocaron el timbre, esa fue su salvación.

-¡Hola!, pensé que me había equivocado de dirección.- dijo ella aliviada cuando el chico le abrió la puerta.

-Pues por suerte no te equivocaste, y menos mal, porque moría de aburrimiento.- dijo él bromista.

-Pues aquí llegué yo, ¿nos vamos?.- preguntó la chica.

-Vayámonos ya por favor.-dijo afirmativamente.

-Si, mejor vámonos.- dijo notando el aburrimiento del chico. y lo comprendía pues ella al principio de comenzar también su nueva vida se aburría porque no tenia nada que hacer, o mas bien no sabia que tenÍa que hacer.

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Después de indicarle al rubio, varias tiendas indispensables para comprar los productos necesarios para su casa, estaban en el centro comercial de Londres tomando un helado y hablando de trivialidades, se lo pasaban realmente bien en compañía del otro.

-Eres muy divertida Hermione.- le dijo el halagando a la chica

-Gracias Draco, tu también eres muy divertido, y eso que parecías un estirado.- le dijo ella sinceramente mientras le sonreía.

-Supongo que eso es algo bueno así que gracias.- Le respondió.

-No hay de que, creo que tenemos que empezar a irnos, ya es algo tarde- le dijo ella mientras veía el reloj.

-Opino lo mismo.- dijo el mirando también el reloj.

-Pues vayámonos, yo te llevo.

Salieron del centro comercial y se subieron al coche, primero Hermione llevaría a Draco a su casa.

20 minutos después ya habían llegado a la casa del chico. Estaba anocheciendo.

-Pues bueno Draco, mañana nos vemos en la oficina.- dijo ella despidiéndose.

-Hasta mañana Hermione- dijo dándole un beso en la mejilla a la chica, haciendo que esta se sonrojara.

-Hasta mañana.- dijo.

Después de esto, la chica puso rumbo ahora a su casa y Draco entró en la suya.













Enamorado de una MuggleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora