-Si, Frankie muy bien, pero mejor que ella se presente sola- Dijo una mujer identica a Frank, su sonrisa, su estatura y sus ademanes, era de esas madres que se ven tiernas y amorosas que huelen como a jarabe de maple, esas típicas madres de los años cincuenta, esclavas de la cocina y devotas a su hogar,siempre dulces, y muy atentas a su esposo machista y malencarado, si, la familia de Frank era un cliché de los años cincuenta, la familia pequeña de un solo hijo, el padre malencarado y la esposa que lo ama, la mujer que mantiene la casa limpia y brillante,y el hombre que paga las cuentas.
-Soy Carter señora Iero, un placer- Dije extendiendole la mano a esta mujer de sonrisa brillante, tierna e impecable.
-Un placer cariño, pero, ¿Ese Carter viene sin apellido?- De pronto un recuerdo borroso vino a mi mente, me sentí exactamente igual que cuando conocí a Frank, el utilizó las mismas palabras extrañamente,en ese momento estaba totalmente segura, ella era la madre de Frank.
-Prefiero no mencionar apellidos señora Iero, quizás más adelante..-
-Llamame Linda, cariño, o como tú prefieras-
-Linda está bien si no le molesta-
-Claro que no cariño, debes estar cansada, ya es un poco tarde- Dijo Linda lanzandole una mirada acusadora a Frank, ya que según la señora Iero, Frank era el culpable de todo esto y yo solo seguía sus actos de maldad.
-Si señora Iero, si no le molesta me iré a dormir ya, ¿Le molestaría mostrarme donde me quedaré?-
-Frank te lo mostrará ya que debo lavar los platos, buenas noches chicos, y Frank, tu y yo hablaremos por la mañana-
Subí las escaleras con Frank, al parecer tramaba algo.
Habían 4 habitaciones, de las cuales Frank me explico una era suya, una de invitados, otra de sus padres y la de su hermano.
-Te propongo un trato, duermes aquí en mi habitación conmigo este muchacho tan sensual y sexy o duermes en la habitación de al lado - Dijo Frank, haciendome elegir, sabiendo que elegiría dormir con él.
Al abrir una puerta vi una habitación con cama de agua, un poco terrorifica ya que era un poco femenina y yo no soy así, huele a rosas y todo, es que eso no va conmigo.
- me imagino que esta es tu habitación-
-cuando quieres puedes ser muy hiriente, pero tragate tus palabras y mira esto- Dijo Frank abriendo la puerta de su habitación, no esperaría menos de Frank , una guitarra, ropa tirada en el suelo, una cama asombrosa, y muchos posters, claro, totalmente Frank.
-Creo que me quedaré aquí por cierto ¿Donde esta tu diario y tus peluches? ¿escondidos en tu armario Frankie?-
-Soy muy macho y no tengo un diario ni peluches, bueno, solo un oso de peluche o dos quizás... pero me los había regalado Jamia!- Dijo Frank, sonando tan tierno que no me resistí y simplemente lo besé, se sentía tan bien poder besarlo cada vez que quisiera, no tenía que aguantarme las ganas, pues el era mío y de nadie más.
Al cabo de unas horas de jugar videojuegos nos quedamos dormidos en la enorme cama de Frank, la cual, extrañamente emanaba un olor muy similar al de la pizza de queso y jamón lo cual, para mí, no era del todo desagradable, mas bien me recordaba a lo que huele mi sala.
-Narra Frank-
Eran las 7:00 a.m y escuché un grito, estaba profundamente dormido al lado de Carter, cuando de pronto escuché un grito algo más o menos así " Frank Anthony Thomas Iero Priccolo ven en este instante..."sabía que cuando mi madre me llamaba era algo importante, o que estaba en problemas y por seguro estoy en problemas, así que bajé lo más rapido que pude, aunque para ser sincero no sonaba enfadada, más bien solo quería que bajara, ya que como mi padre también se llama Frank no quería causar una confusión y me llamó por mi nombre completo para que mi padre no se levantara o almenos eso espero.
-¿Qué sucede ma?- Dije tomando un poco de jugo del refrigerador y quitandome un poco las lagañas de los ojos.
-Te buscan en la puerta- Dijo mi madre lavando los platos, no es que estuviera enfadada, solo estaba atareada.
-¿Quién?-
-Averigualo tú, tienes piernas para algo ¿no?-
- Claro ma, alla voy, gracias por avisarme- Dije dirijiendome a la puerta, es excesivamente extraño que alguien me busque a esta hora, es decir, hoy no pretendía ir a clases de todos modos para darle a Carter el día que le prometí.
-Oh..eres tú ¿Qué quieres?-
-Aquí tienes todas las estupideces que me regalaste estos últimos dos años, Thomas- Era Jamia, solo ella me llama Thomas y es porque está enfadada.
-Jamia, porfavor conserva las cosas, yo no las necesito- Dije entre bostezos, notando que aún seguía en pijamas, que vergonzoso.
-Insisto Thomas,quedate todas las cosas, no las quiero conmigo, me traen malos recuerdos- Dijo Jamia, en un intento seguro y desesperado por que yo volviera con ella, siempre era así cuando peleabamos, traía las cosas que le dí a mi casa esperando a que yo me apiadara y le pidiera perdón, pero no esta vez.
-No Jamia, por favor no vuelvas esto más dificil..-
-Yo se que me extrañas Frank, no hay manera de que lo disimules, no sé porqué nos hacemos esto los dos ¿Volvamos si?-
-No Jamia... verás- Dije, con un nudo en la garganta, ya que no sabía como explicarle todo a Jamia, esta vez estaba entre la espada y la pared, al fin este bastardo pagaría por sus errores.Y de repente, de la nada, Jamia me besó apasionadamente, a lo que inmediato la detuve, ya que yo no quería involucrarme de nuevo con ella porque amo a Carter, mas de lo que alguna vez amé a Jamia.
-Frankie ¿Qué estas haciendo? ¿Quién es ella?..-Dijo Carter, su voz estaba al borde del colapso, fueron palabras que casi no pudo pronunciar, así que subió las escaleras corriendo mientras lloraba y corrí detras de ella no sin antes regañar un poco a Jamia.
-Gracias Jamia, lo lograste de nuevo-
-Sabía que te ibas a arrepentir, Frank- Dijo Jamia dejando la caja con cosas tirada y caminando por la acera, camino a su auto.