Lograba escuchar el sonido de las aves, era una mañana helada y sentí algo removerse a un lado de mi cama. Sonreí inconscientemente y le acaricié ese rostro tan angelical que me encantaba.
-Buenos días mi amor.- susurré.
-Mh...buenos días...¿no crees que es muy temprano?
-¿Las 9 de la mañana te parece temprano?
-Sabes que soy un holgazán.- no pude evitar dejar salir un risa pues era verdad.
-Holgazán o no levantarás tu trasero e irás a darte un baño. Calentaré el agua mientras.- dicho esto me levanté para realizar mi cometido. Ya lista el agua me dirigí hasta el baño, ahí estaba él, totalmente desnudo de espaldas a mí. No pude evitar pasar mi mirada desde la punta de sus pies hasta su cabeza. Caminé hasta él y déje la gran olla de agua caliente resposar en el estante de madera. Pasé mis manos por su cintura y le mordí el hombro a lo que él pegó un brinco.
-¡Ah! No muerdas.
-Fue inevitable.- bajé una mano de su cintura para masajear su miembro a lo que este gimió y hechó su cabeza para atrás dejándola sobre mi hombro.
-Mmh...J-Jimin.- giró su cabeza para besarme. De inmediato correspondí para mezclar mi lengua con la suya.
No pasó mucho cuando ya estaba embistiéndolo contra la pared. En el baño solo se podían escuchar nuestros gemidos y respiraciones agitadas, junto con el chocar de nuestra piel.
Acabamos casi al mismo tiempo y nos bañamos. Al salir nos vestimos, yo con unos pantalones de algodón color caqui, una camisa blanca y un suéter café, mientras que JungKook lucía unos pantalones del mismo color, una polera, chaqueta y una boina. Nos dirigimos a una tienda cercana para comprar comida para la cena. De camino pasó un niño en bicicleta vendiendo el diario, pedí uno y en el titular se anunciaba. ¡División! Guerra entre ambas Coreas causa pánico.
Al llegar a casa comecé a preparar la cena mientras JungKook veía la tv en blanco y negro. Anunciaban el tema de la Guerra. Corea del Norte se volvió comunista y tendría el apoyo de la URSS junto con China, mientras que nosotros estaríamos con Estados Unidos y la ONU. Escuché el timbre y fui a abrir encontrándome con un joven hombre mensajero.-¿Park Jimin?
-Ese soy yo.
-Vengo a entregar un mensaje del gobierno. Ha sido solicitada su presencia en la guerra contra nuestro país vecino.- y dicho esto me entregó un sobre. Todo mi mundo se detuvo en ese instante, se me heló la sangre. ¿Yo? ¿ir a la guerra? me era imposible, no podía dejar solo a mi amado. Cabía la posibilidad de no regresar con vida. Cerré la puerta y me giré para darle la cara a JungKook, este se encontraba de pie llorando a lágrima viva.
-No llores amor, prometo regresar bien. Por favor, no me gusta verte llorar.
-T-te...i-irás, te irás a la g-guerra...me vas a dejar.- le costaba hablar a causa del llanto y no era para menos, estaba hecho un desastre. No tarde en unirme, mi corazón se estrujo al oírlo llorar y mi pecho se comprimía dificultándome el respirar.
-No te voy a dejar. Escucha...¡Escúchame bien!.- tomé su rostro entre mis manos e hice que me mirara.- Prometo llegar a salvo, te amo JungKook.- dicho esto me besó como nunca.
El día 25 de junio de ese mismo año Corea del Norte invadía al Sur y yo me encontraba entre las filas preparado para el choque entre ambas.
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"Destino Entrelazado." (JiKook)
FanfictionEs 1950 y Jimin se va a la guerra contra Corea del Norte dejando a su amado atrás. Lamentablemente muere y JungKook por su corta edad no pudo estar ahí luchando a su lado. Nunca logra volver a rehacer su vida, años después muere en circunstancias m...