-Wow, creo que he tenido mucho de esto. Yo me largo.- dije sin tragarme una sola palabra.
-Te sigo.- dijo JungKook levantándose del sillón.
-Esperen...aún no les cuento la mejor parte. Ustedes no pueden permanecer mucho tiempo separados o terribles consecuencias se desatarían perjudicándolos a ambos. Ahora que ya se han encontrado deben tratar de pasar la menor cantidad de tiempo lejos uno del otro.
-Bien, suficiente me voy. Un gusto Madam Käthe. Adiós.- dije acercándome a la puerta con un JungKook pisándome los talones. Al salir me encaminé rumbo a casa, se había hecho bastante tarde y aquel chico me seguía.
-¿Por qué me sigues?
-La escuchaste, debemos andar juntos.
-No me digas que te creíste todo ese cuento.
-Bueno pues...
-Esto es increíble...mira, no te conozco y tú no me conoces. Solo sabemos nuestros nombres con suerte. Así que hazme el favor de dejarme tranquilo.- dije un poco molesto fruciendo mi ceño. Volví a andar un poco más rápido para alejarme lo antes posible. Mientras más me alejaba, más raro me sentía. Mi pecho comenzó a doler y sentía que me faltaba el aire. Paré en seco y caí de rodillas atrayendo la atención de la gente que transitaba por ahí. De a poco fui cerrando mis ojos hasta que escuhé una voz familiar que me llamaba y luego todo se volvío negro.
Desperté algo cansado pero ya no sentía ese pesar en mi pecho, al abrir mis ojos me apoyé sobre mi cama...un momento, esta no era mi cama y esta no era mi habitación.
-Pero qué...¿qué hago aquí?.- levanté mi rostro cuando sentí la puerta abrirse. Ahí se encontraba JungKook sonriendo con una bandeja en sus manos. Caminó hasta la cama dejando la bandeja en la mesa de noche.
-Buenos días, ¿ya te sientes mejor?
-¿Dónde estoy?.- pregunté mirándolo fijamente, tragó saliva.
-E-en mi casa, de nada por cierto.
-¿Qué fue lo que ocurrió?
-Te desmayaste en plena calle, te traje hasta aquí en un taxi y mi mamá se ocupó de llamar a un médico. Le dije que eras un amigo y espero que no te molestes pero...yo tomé tu celular y revisé tus contactos para avisarle a tu madre. No quería preocuparla.
-Oh ya veo...mh, gracias JungKook.
-Creo que es la primera vez que me llamas por mi nombre.- sonrío, su sonrisa era hermosa, parecía un conejo.- Te traje el desayuno, cuando termines puedes hacer uso de la ducha, te prestaré algo de ropa. Luego puedes irte si quieres.- La verdad no me quería ir, me sentía a gusto con él.
Me dirigí al baño y después me puse la ropa que me había prestado, eran unos jeans con las rodillas rasgadas y una polera blanca algo ancha con cuello en V, dejando ver gran parte de mi cuello y mis clavículas. Bajé por las escaleras hasta llegar a la sala donde se encontraba una mujer viendo televisión.-Hola.- saludé algo tímido.
-Vaya ya has despertado. Menos mal, tenías a mi hijo bastante preocupado.
Ven aquí corazón.- rodeé un poco los ojos cuando voltió y comenzó a caminar en dirección a la cocina supongo. Me tenían hasta los huevos los apodos cariñosos.- te traeré algo de comer...¿Jimin?.- asentí y se fue dejándome solo. Me preguntaba dónde estaría el pequeño. Escuché pasos en la escalera.-Mamá ¿ya bajó Jim....- se quedó estático mirándome desde el último escalón. Venía con una toalla envuelta alrrededor de su cintura y otra sobre sus hombros. El cabello mojado goteaba su cuerpo dejando pequeñas gotas recorrer su trabajado abdomen. Solo lo pude observar hipnotizado, tragando saliva y escudriñando su cuerpo de arriba a abajo como un baboso pervertido.
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"Destino Entrelazado." (JiKook)
Fiksi PenggemarEs 1950 y Jimin se va a la guerra contra Corea del Norte dejando a su amado atrás. Lamentablemente muere y JungKook por su corta edad no pudo estar ahí luchando a su lado. Nunca logra volver a rehacer su vida, años después muere en circunstancias m...