Capítulo 16.

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Llaman al timbre y me acerco a abrir. El más esperado está frente a mí.

- ¿Debería dejarte pasar a mi casa?

- No te lo tomes tan a pecho.

Resoplé. Tenía claro que las pocas fuerzas que me quedaban de tanto lamentarme no las usaría para discutir.

Le dejé pasar y cerré cuidadosamente la puerta.

- Bueno, pues toma, machote -dije dándole los papeles del juicio- que te vaya bien en la vida y, te combiene que busques a otra abogada.

- ¿¡Que!? A ver, espera, ¿te estás despidiendo tú solita?

- Nadie me lo impide

- Perdona pero YO te lo impido, a parte de hacerlo por ésta tontería con explicación también hay un juicio pendiente.

- Al que irás con un nuevo abogado. Y, la explicación a todo esto es que vas a casarte, cierto. Pensaba que me querías, señor Oviedo.

A Daniel se le notaba la expresión de sorpresa y tristeza a la vez al saber que yo sabía ésa noticia.

- Necesito explicártelo.

Negué con la cabeza.

- Almenos terminame los papeles, que también acudí a tí por eso.

- Ya te he solucionado ese problema. Ahora marchate y hasta nunca.

- Clara, joder, yo te quiero.

Me impresioné al oir esas palabras salir de su boca. De la boca del empresario más jóven y multimillonario de España.

- Vete.

- ¡No! joder...

- Daniel, ya te he conseguido solucionar el problema por el cual acudistes a mí, ahora márchate.- dije abriendo la puerta

- Sabes que yo....

- Sabes que tú sólo eras mi cliente- le interrumpí mientras miles de lágrimas recorrían mis mejillas.

- Pero Clara, tú....

- Yo te odio, imbécil- le interrumpí cerrándole la puerta en las narices y él se marchó.

Deslicé lentamente mi cuerpo por la puerta hasta quedarme sentada. Escondí mi cabeza en las rodillas y comencé a llorar más fuerte.

+25 coments +25 votos y sigo.

©His Lawyer | GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora