— Tienes tomate por toda la cara —dije aún riendo
— ¿Ah sí? Limpiamelo tú. —dijo sonriendo pícaro
¿Que acaba de decir?
¿Enserio?
— Es broma —dijo él, observando la cara de idiota que había puesto.
Carraspeó y volvió a ser el Señor Frío como el que entró en mi casa por primera vez.
Terminamos de cenar y me tomé varias pero intensas copas, Daniel no porque debía conducir. Luego salimos a la calle; hacía buena temperatura.
— ¿Vamos a mi casa a repasar el juicio?— susurró
— Sabía que dirías eso. Me he traido los papeles. —sonreí triunfadora.
Nos montamos en su deportivo y en poco tiempo llegamos a su "mansión".
Nos paramos en el jardín delantero.
— ¿Que haría si me quitasen mi casa, eh? —preguntó mirándome fijamente a los ojos, sus ojos marcaban preocupación.
— No te la van a quitar —susurré segura.—He ganado el juicio de hoy
— Me alegro —dijo cogiéndome de las manos- Confío en tí.
Y me miró a los ojos. Esos ojos color café que empeñaban tristezan y estaban alumbrados por la luz de la luna.
«Yo siempre confiaré en tí, te quiero»
¿Que coño acabo de pensar?
Sacudí mi cabeza para eliminar esos pensamientos.
— ¿Estás bien? —me preguntó Daniel.
— Sí.
— Vamos al jardín trasero.
Estaba todo el suelo lleno de césped y una piscina enorme en una esquina.
— Wow... —susurré al contemplar aquello
— ¿Te gusta? —preguntó posando una mano en mi hombro y asentí.
Me senté en el césped y comencé a reírme como una idiota. Creo que el alcohol me está haciendo efecto.
— ¿Estás bien, Clara?
— Ven, sientate en el césped —dije riéndo de nuevo.
Negó con la cabeza.
— ¿Sabes? Eres un aburrido.—comencé a decir y él arqueó las cejas.
¿Por qué habré dicho eso?
— Eres muy soso y ves documentales. —solté sin más. Ya se notaba que iba bebida. Con nada que tomo de alcohol me templo.
— Ponte en pié. —dijo él
— Aburrido —dije haciendo lo que me exigió y él me sujetó para no caerme.
— No puedes ir así a tu casa
— Si que puedo —dije cruzandome de brazos.— Tengo ganas de vomitar.
Nos dirigimos rápidamente al baño donde lo eché todo. Él me ayudó a recogerme el pelo mientras terminaba de echar todo el alcohol ingerido y volvía a ser yo.
— Toma, ponte ésto —dijo y me lanzó una camiseta suya mientras me acercaba a su habitación.
— ¿Dormiré ahí? —dije señalando su cama.
Él asintió con la cabeza.
Me metí al baño y me puse su camiseta que me quedaba como camisón. Me senté en el borde de la cama.
— ¿Te importa que duerma contigo?
Estaba únicamente en boxers, porque verdaderamente hacía calor.
Negué con la cabeza.
— Es tu cama, puedes hacer lo que quieras. —dije tumbandome y mirandole.
Se acababa de tumbar a mi lado y se puso de lado a mirarme.
— Gracias. —dije tímidamente.
Yo no suelo ser agradecida, aunque ésta vez es de otra manera.
— ¿Por qué? —preguntó él
— Por haberme soportado hoy. No sabía lo que decía.
— Eso ya lo sabía —dijo sonriendo— ahora descansa —dijo y posó un suave beso en mi frente y me dormí.
Eyy, esto es un capítulo extralargo para compensaros un poco la ausencia que tendré en ésta semana. Comentad que queréis que pase!!
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©His Lawyer | Gemeliers
Fanfiction- Daniel, ya he conseguido solucionar el problema por el cual acudistes a mí, ahora márchate.- dije abriendo la puerta - Sabes que yo.... - Sabes que tú sólo eras mi cliente- le interrumpí mientras miles de lágrimas recorrían mis mejillas. - Pero C...