Capítulo 12

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— Tienes tomate por toda la cara —dije aún riendo

— ¿Ah sí? Limpiamelo tú. —dijo sonriendo pícaro

¿Que acaba de decir?

¿Enserio?

— Es broma —dijo él, observando la cara de idiota que había puesto.

Carraspeó y volvió a ser el Señor Frío como el que entró en mi casa por primera vez.

Terminamos de cenar y me tomé varias pero intensas copas, Daniel no porque debía conducir. Luego salimos a la calle; hacía buena temperatura.

— ¿Vamos a mi casa a repasar el juicio?— susurró

— Sabía que dirías eso. Me he traido los papeles. —sonreí triunfadora.

Nos montamos en su deportivo y en poco tiempo llegamos a su "mansión".

Nos paramos en el jardín delantero.

— ¿Que haría si me quitasen mi casa, eh? —preguntó mirándome fijamente a los ojos, sus ojos marcaban preocupación.

— No te la van a quitar —susurré segura.—He ganado el juicio de hoy

— Me alegro —dijo cogiéndome de las manos- Confío en tí.

Y me miró a los ojos. Esos ojos color café que empeñaban tristezan y estaban alumbrados por la luz de la luna.

«Yo siempre confiaré en tí, te quiero»

¿Que coño acabo de pensar?

Sacudí mi cabeza para eliminar esos pensamientos.

— ¿Estás bien? —me preguntó Daniel.

— Sí.

— Vamos al jardín trasero.

Estaba todo el suelo lleno de césped y una piscina enorme en una esquina.

— Wow... —susurré al contemplar aquello

— ¿Te gusta? —preguntó posando una mano en mi hombro y asentí.

Me senté en el césped y comencé a reírme como una idiota. Creo que el alcohol me está haciendo efecto.

— ¿Estás bien, Clara?

— Ven, sientate en el césped —dije riéndo de nuevo.

Negó con la cabeza.

— ¿Sabes? Eres un aburrido.—comencé a decir y él arqueó las cejas.

¿Por qué habré dicho eso?

— Eres muy soso y ves documentales. —solté sin más. Ya se notaba que iba bebida. Con nada que tomo de alcohol me templo.

— Ponte en pié. —dijo él

— Aburrido —dije haciendo lo que me exigió y él me sujetó para no caerme.

— No puedes ir así a tu casa

— Si que puedo —dije cruzandome de brazos.— Tengo ganas de vomitar.

Nos dirigimos rápidamente al baño donde lo eché todo. Él me ayudó a recogerme el pelo mientras terminaba de echar todo el alcohol ingerido y volvía a ser yo.

— Toma, ponte ésto —dijo y me lanzó una camiseta suya mientras me acercaba a su habitación.

— ¿Dormiré ahí? —dije señalando su cama.

Él asintió con la cabeza.

Me metí al baño y me puse su camiseta que me quedaba como camisón. Me senté en el borde de la cama.

— ¿Te importa que duerma contigo?

Estaba únicamente en boxers, porque verdaderamente hacía calor.

Negué con la cabeza.

— Es tu cama, puedes hacer lo que quieras. —dije tumbandome y mirandole.

Se acababa de tumbar a mi lado y se puso de lado a mirarme.

— Gracias. —dije tímidamente.

Yo no suelo ser agradecida, aunque ésta vez es de otra manera.

— ¿Por qué? —preguntó él

— Por haberme soportado hoy. No sabía lo que decía.

— Eso ya lo sabía —dijo sonriendo— ahora descansa —dijo y posó un suave beso en mi frente y me dormí.

Eyy, esto es un capítulo extralargo para compensaros un poco la ausencia que tendré en ésta semana. Comentad que queréis que pase!!

©His Lawyer | GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora