- Candela, ayer le dije que apuntara mi visita. Si te lo tengo que volver a repetir, estará despedida, ¿de acuerdo?- dijo una voz masculina a mi espalda.
- De acuerdo, señor Oviedo.- dijo arrepentida. Me miró un poco mal y volvió a su trabajo.
- Sígame- dijo Daniel aún a mis espaldas. Me giré y le seguí por un pasillo infinito hasta llegar a un ascensor.
Se apartó un poco y me dejó hueco a su lado. El ascensor daba vistas a todo Madrid. Wow.
Llegamos a la 6° planta donde le volví a seguir y entramos a un despacho enorme. Donde las ventanas ocupaban una pared entera e iban del techo hasta el borde del suelo.
- Siéntese- exigió interrumpiendo mis pensamientos.
Tomé asiento frente a una mesa donde él tenía un ordenador y varios montones de papeles. Se sentó en ese escritorio y me dio un montón de papeles de los que permanecían posteriormente en la mesa.
- Estas son las escrituras de la casa y todo lo que necesita- dijo entregándome en mano el montón de papeles.
- De acuerdo. Hasta pronto- dije y salí de aquel despacho.
Mierda.
Esto es tan grande que no sé ni donde se encuentra el ascensor.
Pasé a un despacho para preguntar cómo podía salir de ahí.
- Perdone, sabe dond....¿Alba?
La chica levantó la vista de los papeles, me miró y sonrió.
- ¡Clara! ¿Cómo tú por aquí?- dijo dirigiéndose hacia mí.
- Estoy llevando un caso del señor Oviedo.
- ¿¡Del señor Oviedo!?- gritó con la boca entreabierta
- Sí. "El señor intimidante".- dije y nos reímos.- Acompañame a la salida, ésto es tan grande que no se ni por dónde he venido.
(...)
¿Va quedando bien la historia? Comentad :)
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©His Lawyer | Gemeliers
Hayran Kurgu- Daniel, ya he conseguido solucionar el problema por el cual acudistes a mí, ahora márchate.- dije abriendo la puerta - Sabes que yo.... - Sabes que tú sólo eras mi cliente- le interrumpí mientras miles de lágrimas recorrían mis mejillas. - Pero C...