Anastasia Steel... Quien se iba imaginar que después de todo lo que tuve que pasar y vivir en esa misma ciudad iba a regresar como lo que soy una exitosa editora, conocedora del tema editorial y con una amplia experiencia en cuanto a manejo de edito...
-Hola mi bebe, ¿Cómo esta lo consentido de mami?- dijo Ana saludando a su hija y llenándola de besos.
-No mami me ase tostillas- decía la pequeña riéndose por los cariños que le proporcionaba su mama- jejeje- trataba de respirar-Mami- dijo la pequeña más tranquila en el regazo de su mamá- mami y mapapi onde ta, mi papi eta bavo comigo, po'que vovite en su tamisa- decía mientras hacía un pequeño puchero.
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-Bebe, tu papi no está molesto, es solo que al también se sintió mal porque tu vomitaste- Ana recordaba el incidente de la mañana. A pesar de la edad de Maddy hablaba muy bien y era una niña muy madura en ciertas cosas. Cuando bajaron del avión la niña se sintió mal pero a pesar de los esfuerzos de Brad porque Maddy no le vomitara encima no lo pudo evitar, su pobre bebe, su niña entre la falta de sueño y de una comida mejor se sintió mal de su estomaguito, por suerte en el aeropuerto la ayudaron la llevaron al servicio médico y solo le mandaron hidratación oral, a base de bebidas especializadas para estos casos, por suerte después de tomarse dos botellas de manera tranquila que Brad le compro una con sabor a fresas y otra de uva, la niña mejoro se quedó dormida en el regazo de Ana antes de llegar al hotel, pero ya su nena estaba mejor y por eso le había traído dos muffin adornados con fresas y crema que a la vez daban la forma de un conejito. La puerta se abrió y entro Brad con una cajita pequeña donde traían el postre.
-Donde está mi preciosa princesa- decía Brad, que estaba emocionado por ver a su pequeña ya repuesta y no pálida como esta mañana.
-Ati toy papi- Maddy salto del regazo de Ana y se subió a la cama para tratar de llegar a la altura de su padre- Papi tu tas modesto comigo po'que te vovite tu tamisa- A Brad le enternecio tanto su gesto que no aguanto y agarro su pequeña en brazos y la cargo dándole un abrazo y un beso en su cabecita.
-Por supuesto que no mi princesa preciosa, como crees que podría estar molesto contigo- dijo Brad- Además eso fue un accidente que ya no recuerdo y cuando llegamos después que mami te baño y te dejo jugando aquí fue y me baño a mí también- dijo moviendo las cejas y el comentario hizo que la niña riera con gusto.
-Tus tas giande papi, mami no te puede bañar- la sonrisa de Maddy era única así como la de Ana que derretía cualquier corazón y aunque se parecían en ciertas cosas tenían rasgos que la hacían tener similitudes casi exactas, mismos ojos azules y profundos, piel muy blanca y aterciopelada entre otras cosas.
-Hey princesa que casi lo olvido, mira lo que tu mami y yo te hemos traído.
-¡SIIIII CONETITOOO!!! Y son de mis fadoritos- Maddy brincaba en la cama sin parar.
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