CAPÍTULO LXV

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Anteriormente...

-Eso es un poquito más complicado- dijo el rubio mirando a Christian y acomodándose en su asiento.

-Habla ya Elliot, pareces niño chiquito- le dijo Christian ya un poco cansado por el juego de palabras.

-Esto te lo voy a pedir a ti Christian pero supongo que necesitare de los dos- Ana y Christian se miraron de nuevo, sin comprender- quiero que me prestes tu cuarto de juego para llevar a Kate- dijo el rubio de carretilla.
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-¿¡QUE COSA!?- dijeron ambos al unísono, Christian respiro profundo- si quieres la mesa de pool o la play las puedes usar cuando gustes- decía Christian tratando de esquivar el otro tema. Como puede Eliot saber de mi cuarto de juegos, "pensó Christian".

-Vamos hermanito que sabes que no me refiero a ese cuarto- Elliot se acercó más al centro de la mesa para estar más cerca de Christian- Sabes perfectamente que me refiero a la mazmorra que tienes en uno de los cuartos del Escala.

¡QUÉ COÑO, COMO SABES TÚ DE ESO!- dijo Christian sorprendido, Ana por su parte no salía de su asombro no sabía que decir, los colores habían abandonado su cara.

-Tranquilo hermanito, tú mismo me lo mostraste en aquella borrachera que te pegaste la última vez que tomaste como un demente, ¿Te acuerdas?- Christian cerro los ojos lo recordaba perfectamente, había sido una de las tanas veces que había tomado al recordar cómo había visto a Ana en el parque con su entrenador, fueron semanas de borracheras y trabajo interminables, esa noche en vez de salir a un bar con Elliot se fueron al Escala y ahí se tomaron o mejor dicho se tomó hasta el agua de los floreros- No pienso decir nada es más Kate lo sabe por un jodido mensaje que tú le escribiste a Ana y en todo este tiempo no hemos dicho no diremos nada, solo quiero complacer a mi chica, pero estuve averiguando sobre clubes expertos en eso pero me da asco que mi nena use las mismas cosas que usa cualquiera- Christian respiro profundo y miro a Ana.

-Tranquila nena, no hablaremos de nosotros o de lo que hacíamos en el cuarto de juegos- decía Christian acercándose a Ana dándole un beso en la frente, Ana cerro los ojos.

-Jamás diría algo que pueda poner en tela de juicio la dignidad, la integridad o la moral de uno de ustedes, sé que lo hacen porque les gusta- dijo el rubio a manera de explicación- confió en que ustedes me enseñaran lo mejor posible o que podría hacer para complacer las fantasías de mi mujer y por supuesto las mías, no confiaría en más nadie para hablar de esto si no en ustedes- Christian respiro profundo sabia lo incansable que se ponía Elliot cuando quería algo.

-Está bien, que quieres saber o mejor dicho que quieres hacer- dijo este a regañadientes.

-Solo quiero que me enseñes algunos trucos- le dijo el rubio tomando un sorbo de café.

-Esto es algo serio Elliot, no se trata de trucos o simples juegos, un mal movimiento que realices o le haga a Kate podría traer consecuencias que ni te imaginas.

--Si tienes razón, he visto videos y son cosas delicadas- dijo Elliot serio- lo que quise decir, es que quiero que me enseñes cosas básicas, si causarle daños reversibles o severos, no quiero dejarla marcada- dijo este en el mismo tono, sabía que lo que pedía no era ningún juego de niños- quisiera que me enseñaras a como azotarla y complacerla al mismo tiempo, técnicas de BDSM.

-Está bien, te enseñare pero quiero que hagas lo que yo te diga, esto no es un chiste- le dijo Christian que todavía no creía lo que iba hacer.

-Confió en ti Christian, y también confió en ti Ana, más de lo que se puedan imaginar- dijo este con el rostro serio, algo raro en el rubio- les repito no diré nada y Kate tampoco lo hará, será un secreto entre nosotros 4- dijo este decidido. Christian miro a Ana y esta le devolvió una expectante y ruborizada mirada, Ana bajo la mirada y Christian la miro de manera dulce, sabía que estaba bastante incomoda.

50 Sombras ... de Mentiras, engaños, Humillación y Amor (En Renovación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora