CAPITULO XXI

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Anteriormente...

-Anie, vamos que hoy quiero comer comida de verdad- decía Val que como los demás estaba cansada de la comida chatarra, Ana comenzó a reír.

-Claro Val vamos que yo también quiero comprar- decía Ana, solo quedaba pensar en todo lo que había pasado durante el día, habían cosas bastantes importantes que aclarar y otras que decir.
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-Val- decía Ana- hay que comprar stikers para las paredes de cristal algo que se vea pero que combine con toda la decoración, Maddy debe aprender a no tropezar con las paredes de cristal, no se podemos ponerles unas mariposas o flores de esas que son semi transparentes que se verían muy bien- decía Ana antes de entrar en la gran tienda- bueno Val ahora toma un carrito y yo tomare otro, de los más grandes, empecemos por este pasillo- dijo Ana señalando el pasillo lateral derecho. Compraron casi todo lo que querían después de casi dos horas metidas en aquel establecimiento, le había comprad un pequeño regalo a Brad, las tres damas salían con más bolsas de las que imaginaron, por suerte lo que no cupo en la camioneta Ana contrato un servicio de entrega que debía de irse cuando ellas lo hicieran y seguirlas. Cuando salieron estaban cansadas y Maddy inquieta así que Ana compro tres jugos embotellados para refrescarse un poco y ver si eso tranquilizaba un poco a su niña, Val le había comprado unas bolsitas de almohaditas dulces, tipo malvaviscos y se la dio, hacía tiempo que la niña no los comía. Al llegar al edificio de la Torre, no la dejaban entrar, ni siquiera la dejaron estacionarse, es que con las premuras del cambio Brad no le había presentado al portero y este no la conocía.

-Brad - decía Ana por el móvil- estamos abajo- decía esta con fastidio- no me dejaron estacionarme y mucho menos entrar... está bien espero a que bajes, pero date prisa- cinco minutos después aparecía Brad con el portero y otro hombre joven que no sabía quién era.

-Ben, esta es mi novia, la Srta. Anastasia Steel, nuestra ama de llaves la Sra. Valerie Parker y mi pequeña hija Madisson- las presento Brad al hombre que minutos antes no había dejado que Ana se estacionara.

-Srta. Steel, disculpe que hace un momento me comporte de manera indebida- dijo el hombre un poco mayor disculpándose- pero es que no tenía el gusto de conocerla- decía el hombre tendiéndole la mano.

-No se preocupe Ben- contesto la morena dándole la mano, a modo de saludo- Brad, cielo podemos empezar a llevar todo arriba- en ese momento llegaba el pequeño vehículo repartidor con todo lo que faltaba- estoy agotada y todavía falta mucho por hacer.

-Claro Anie, es más porque no suben tú y Val con mi niña y yo me encargo de ir subiendo todo- Ana asintió los empleados de la tienda podían subir cosas también y Brad que les diera una propina después. Cuando terminaron de subir todo, entre Val y Ana ya habían acomodado prácticamente todo lo que iba en la cocina y la despensa que miraron que se trataba de un pequeño compartimiento tipo closet que estaba en la pared, que para tener la puerta tan pequeña adentro era muy amplio, acomodaron lo demás, como vajillas y cubiertos, vasos, tazas pequeñas y grandes en las despensa de la cocina. Después se dirigieron por lo siguiente, entrando por la puerta donde estaban los demás cuartos que para nada parecían de servicio doméstico, estaba el cuarto de lavado, como habían acordado Ana y Val entre las dos se ocuparían de la colada, Ana aún no estaba acostumbrada a dejarle todo el que hacer a otro persona, tendieron con sabanas limpias cada habitación incluida las que faltaban en el pasillo principal, toallas en cada baño además de artículos para la higiene personal en los baños de ellos y los más básicos en los demás baños para cuando terminaron ya era de noche y estaban realmente extenuadas, Brad por el contrario se había encargado de Maddy y de hacer una rica y deliciosa pasta a la carbonara que era una de sus especialidades por tener descendencia italiana de sus abuelos maternos estos en su juventud y también su mama le habían enseñado a cocinar.

50 Sombras ... de Mentiras, engaños, Humillación y Amor (En Renovación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora