50 Sombras ... de Mentiras, engaños, Humillación y Amor (En Renovación)

CAPITULO LXIX

Anteriormente...

-Confió en ti Luke, al igual que en mi alocada cuñada- decía sonriente, diez minutos después la pareja y ambos niños salían por la puerta principal, Ana le había dado instrucciones a Tiff de lo que su consentida llevaba en su pequeña mochila y un pequeño empaque de galletas por si no quería comer mucho. Val aprovecho mientras estos se iban y le dijo a Ana que se daría una ducha para luego hacer el almuerzo juntas, aunque con lo que había en la nevera si Christian no venía podían comer ellas dos. A los 'pocos minutos mientras Ana estaba en la cocina dispuesta a abrir lo que había traído Luke, su móvil sonó, Ana regreso hasta la sala...-Bradley...
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-Hola grandote- Ana trato de sonar normal, aunque todavía estaba molesta por la forma en que habían discutido y lo que había descubierto, él no era de comportarse así, siempre había sido sinceros- ¿Cómo estás?

-Hola cielo, estoy bien pero aquí lo importante es cómo te sientes tu- Ana sonrió con una mezcla de sentimientos, a pesar de todo lo vivido entre ellos, sabía que era una buena persona, el era un gran con defectos como cualquiera y en cuanto a la referencia de Hyde, Brad Cooper era incondicional, con ella- Estoy en el aeropuerto pero quería saber cómo te encontrabas, si no llame antes es porque Tiff me dijo que estabas dormida- decía Brad de manera dulce.

-Estoy perfectamente cielo, ya hablaremos cuando llegues y te contare, no fue nada solo una confusión, acuérdate de traerle algo lindo a Maddy aunque sea del aeropuerto- dijo está haciendo la inocente- no sé si de tanto trabajo te dio tiempo de comprarle algo a mi consentida- Brad palideció se había olvidado de llevar algo a la mano para su princesa.

-Tranquila cosita, le llevó unos dulces y un hermoso peluche, hablamos en la casa, tengo que registrar el equipaje- Ana le mando un beso y este hizo lo mismo. Cuando colgó el teléfono Brad empezó a caminar con prisa, necesitaba encontrar la tienda infantil o de regalos de amor de inmediato, necesitaba ese peluche pequeño para su niña, algo que darle al llegar.

-Y este tonto cree que no sé lo que estaba haciendo- decía Ana entonando los ojos, y en voz baja para sí misma- no será hoy Bradley Cooper pero de esta no te salvas, ya hablaremos los dos como la pareja que somos, sinceros entre ambos- Ana se acomodó en la isla de la cocina por el olor sabía que lo que había en la caja eran dulces de chocolate, al abrirla supo que tenía razón habían Cupcakes de diferentes sabores y diferentes decorados y unas magdalenas de arándanos con una frutas picada encima de una ellas había una nota pegada a un palillos de dientes que decía <<Pero en lo más hondo de mi corazón pensé: esto es la felicidad, y así es la vida. Aquí hay amor, y aquí estoy yo. >>. Ana sonrió, y a la vez los ojos se le llenaron se lágrimas, escucho el timbre y colocándole la tapa de nuevo a la caja, cogió una servilleta y se secó los ojos. Al llegar a la puerta se dio cuenta que aun iba en pijama, miro su pantalón de chándal rosa y la camisa del mismo color con un hipopótamo durmiendo encima de una hoja en una laguna, resoplo- ¿Quién será?- al mirar por el ojo mágico su mirada se le ilumino, era Christian al abrir la puerta el hombre la miro, este entro un poco y sin pensarlo mucho Ana lo abrazo, Christian le dio un beso que les supo a gloria.

-¿Te alegras de verme nena?- Ana sonrió, se abrazó de nuevo a Christian y este la acuno un poco con un solo brazo en la otra mano traía un pequeño bolso plano.

-¿Por qué no me avisaste que venias? Mira las fachas en que estoy aun- Christian la miro sin ninguna vergüenza, zapatillas de felpa, pantalón de chándal rosa, y una camisa holgada con un ridículo dibujo infantil, aunque prefiero la seda "pensó Christian" no puedo negar ante todo, mi nena se ve hermosa.