Capítulo 28

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Capítulo 28

-Ya estamos llegando -dijo Gianluca sonriente mientras tomaba delicadamente la mano de su novia. Ella volteo rápidamente hacia su ventana, pero no pudo divisar mucho, solo árboles que hacían un camino por el cual ellos iban, pero de repente dejaron de verse árboles y solo era una llanura verde muy hermoso con flores y demás.

Llegaron hasta un conjunto de arbustos con un árbol grande y esbelto en el medio, que le daba sombra a un banco que se encontraba en frente desde el cual se admiraba una laguna cristalina que tenía un par de botes atados a un pequeño muelle a unos pocos metros desde donde ellos se encontraban.

Cuando se bajaron del auto, Julianna todavía seguía viendo anonadada el lugar, era un lugar realmente hermoso y pacífico, además de romántico, bueno era Roma, no la llaman la ciudad del amor solo por su significado al revés.

- ¿Vienes Julia? -preguntó Gian mientras él, junto con su chofer, cargaban unas cestas con comida que llevaban hacia el frente de la laguna.

-Voy -dijo ella mientras volvía a la Tierra y caminaba hacia ellos con paso rápido. Cuando estuvo cerca tomo la mano de Gianluca entrelazando sus dedos, él le sonrió-. Este lugar es muy hermoso.

-Solo para ti amore mio -dijo él dándole un beso en la frente.

-Lo esperare en el auto Sr. -dijo el chofer, Gianluca asintió y él se retiro.

-Ahora si estamos solos -dijo Gian mientras la rodeaba con sus brazos y besaba sus labios, besos cortos pero continuos-. Te extrañé demasiado.

-Yo también te extrañé, te extraño -dijo ella aferrándose más a él.

-Aquí me tienes, para bien y para mal, te lo prometo.

-No... Ya he oído eso muchas veces antes... No lo digas -ella levanto su cabeza para verlo fijamente- solo asegúrate de que así sea -le dio un dulce beso para finalizar la conversación.

Y así se sentaron a comer en silencio, no había necesidad de hablar, las miradas lo decían todo: estaban felices de estar otra vez juntos después de tanto tiempo separados. Luego que terminaron de comer, recogieron todo y tomados de la mano caminaron hasta la camioneta, dejaron las cosas ahí, pero antes de que Julianna se subiera, Gian la detuvo.

-Espera, aun tengo más sorpresas para ti –dijo Gianluca tomándola delicadamente del brazo, ella le dedicó una cálida sonrisa acompañado de sus mejillas un poco coloradas.

-¿A dónde iremos? –preguntó ella viéndolo mientras se alejaban de la camioneta.

-Cierra los ojos y deja que te guíe –dijo él, ella hizo lo que él le pidió y se dejó guiar por Gianluca que la tenía sujetada de la mano.

-¿Puedes predecir algo? –preguntó Gianluca mientras alentaba su paso.

-Huele a humedad, no agua salada, sino de... -decía Julianna pero antes de que pudiera terminar, él la calló con un beso.

-Lo siento por eso, pero es que no me pude resistir más –dijo Gianluca disculpándose, pero no pudo decir más porque ella hizo lo mismo.

-Lo que iba a decir era, un lago –dijo Julianna abriendo sus ojos y viendo su alrededor.

-Pedí que nos apartaran un bote, me pareció divertido –dijo Gianluca guiando a Julianna hasta el bote, en el cual él la ayudó a subirse. Una vez dentro del bote, Gian agarró ambos remos y empezó a remar lejos del pequeño muelle.

-¿Alguna vez has visto el atardecer desde aquí? –preguntó Julianna viendo hacia el cielo.

-De hecho, es la primera vez que vengo –respondió él. Ella lo vio confundida pues pensaba que él había llevado a otras chicas a ese lugar–. Creo que estaremos bien aquí –agregó dejando los remos a un lado del bote y acostándose boca arriba en el suelo de éste, colocando ambas manos debajo de su cabeza. Julianna lo vio, y sin pensarlo hizo lo mismo que él.

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