Capítulo 24

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Cuando Julianna salió del trabajo, ellos fueron a la playa a caminar un rato; pasearon en bicicleta por todas las áreas del hotel. En la noche cenaron juntos, pero no en el restaurante como habían hecho antes, esta vez cenaron en el jardín, como una especie de picnic.

Por fin era sábado, Gianluca estaba esperando con ansias ese fin de semana porque solo serían ellos dos. Ella lo buscaría al hotel a las 7 am, ella le dijo que hiciera un bolso con lo necesario (aunque ella ya le había dicho lo que debería llevar, lo principal, de resto podría llevar lo que él quisiera); ella no le había dicho a dónde irían, era una sorpresa.

{Gianluca}

Me levante a las 6 am para arreglarme porque Julianna vendría por mí a las 7 am, por suerte ya tenía el bolso listo, sólo tenía que bañarme y vestirme con ropa cómoda.

A las 6:50 am bajé al lobby para esperarla. Ayer después de que ella se fue a su casa hablé con mi papá y los chicos para decirles dónde estaría por si me necesitaban –y con "dónde" me refiero a Julianna, pues no sabía a dónde iría, solo sabía que estaría con ella–. Sólo tenía un problema: ninguno de los productores ni nuestros managers sabían que ella era mi novia. No era que me preocupara lo que ellos pensaran, no me iba a separar de ella por lo que ellos dijesen, pero aun así tenían que saberlo, pues ya yo no decidía por mí mismo en mi vida, ahora -por contrato- tenía que decirles.

– ¡Ey! Gian, ¿estás listo? –una voz me sacó de mis pensamientos.

– ¡Mi amor! No te había visto llegar –me puse de pie para saludarla como era debido. Ella me abrazó fuertemente.

–Si lo pude notar, ¿En qué pensabas? –preguntó ella mientras me tomaba de las manos.

–Hablamos en el camino ¿te parece?

–Por supuesto, ¿Necesitas ayuda?

–No, gracias, sólo son dos bolsos nada más –dije mientras me colocaba en la espalda un bolso y con una mano agarraba el otro.

–Gian, sólo son 2 días, ¿qué tanto llevas ahí? –preguntó ella riéndose un poco.

–Sólo lo necesario –le dije mientras acomodaba los bolsos en mí.

–Claro, vamos –dijo aun riendo un poco. Luego me tomó de la mano que tenía libre. Sus manos son tan suaves y delicadas. Salimos juntos del hotel. Agradezco que aquí en Venezuela no sea como en otros países que los paparazzi te acosan día y noche. Aquí me sentía como en mi casa en Italia, libre.

Caminamos hasta un auto que estaba estacionado cerca de la entrada del lobby, era un Volkswagen escarabajo actualizado azul cielo descapotado, muy de su estilo podría decir. Subimos las maletas al auto y después entramos.

– ¿Es tuyo este auto? –Pregunté viéndolo todo– Debo admitir que cuadra con tu estilo.

–Sí, lo compre hace casi un año, gaste casi todos mis ahorros, pero valió la pena ¿no crees? –Dijo mientras encendía el auto, yo asentí– Siempre había querido uno. Son muy cuchis.

–Sí tienes razón –sonreí al ver la manera en que hablaba, y sus expresiones, eran realmente chistosas– ¿A dónde iremos?

–Primero iremos a mi departamento para que dejes algunas cosas, no las usaras todas hoy –su casa... últimamente me había preguntado como era su casa.

–Espera, ¿Me quedaré en tu casa esta noche? –pregunté un poco consternado, no me esperaba eso. No digo que sea malo sólo que no lo esperaba. En realidad esta no era una relación típica, y eso me gustaba, creo que ambos sentiremos confusión en algún momento por todo este asunto que todo es nuevo para ambos.

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