Capítulo 39

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Al día siguiente una llamada telefónica fue lo que despertó a Gianluca. Él antes de contestar vio la hora, eran a penas pasadas las 7 am.

-Bueno... -dijo él un poco somnoliento.

-Necesito una explicación –dijo Bárbara, sonaba un poco obstinada.

-¿Sobre qué?

-Un par de fotos que publicaron tu noviecita y tú...

-Solo quise reducirle la paga al paparazzi que nos descubrió –respondió él como si fuera lo más obvio en el mundo.

-¿Cómo así?

-No importa... la cosa es que las fans no se enteraran por una revista.

-¿Y qué pasó con el acuerdo? ¿Te suena acaso?

-Nunca se confirmó nada... así que...

-Los veo en 20 minutos en el café de la plaza principal.

-Pero... -no tuvo chance de terminar la frase pues Bárbara ya había cortado la llamada. Antes de levantarse marcó el número de Julianna, pero antes de oprimir el botón de llamar pensó si sería buena idea llamarla o no, a decir verdad, para opinión de él, ella había estado un poco extraña esos últimos días, él no sabía realmente por qué era eso, y eso le preocupaba más, ya que ella se lo estaba guardando para sí misma; por otra parte, recordó lo que ella le había dicho una vez sobre que algo le había pasado, pero así como empezó así terminó esa conversación pues nunca se volvió a tocar el tema de nuevo, pero quizás era bueno recuperar ese tema.

Después de pensarlo un momento, terminó por llamarla, de todos modos él quería saber de ella.

-Aló... -respondió ella seguido de un bostezo.

-¿Te desperté Julia? Lo siento.

-No, tranquilo. ¿Cómo estás?

-Bien, mejor ahora que te escucho –ella rió un poco– ¿Y tú?

-Bien, con ganas de verte.

-Excelente porque Bárbara quiere vernos en 20 minutos. Pasaré por ti en 10.

-¿¡10!? Ok, entonces chao, avísame cuando llegues.

-Nos vemos –dijo él. Y ella cortó la llamada en seguida.

Después de la llamada de Gianluca, Julianna, se había levantado de la cama lo más rápido que pudo [Si, ella esa noche durmió fuera del baño pues se sentía tan deprimida que su fuerza de voluntad fallo y se bebió una de las botellas de vino que estaba en la nevera], fue al baño para ducharse rápidamente, luego que salió se vistió y se maquilló lo suficiente como para ocultar las ojeras que tenía. Mientras esperaba a Gianluca, por su mente resonaba su voz interior que le decía que debía hablar con Gianluca sobre su situación, que ella no podría ocultar lo que le estaba pasando, ya se estaba empezando a salir de control. Porque así empezó ella: primero largas noches de llantos, después eso junto con una botella de alcohol, después otra más y así hasta que un día ella cayó inconsciente, que, de no haber sido por Elliot que tenía una copia de las llaves de su casa, tal vez ella no estuviese pasando por esto nunca más.

Cuando Gianluca llegó al hotel para recogerla, él la notó un poco inquieta, además que se veía cansada y a pesar del maquillaje se le notaban un poco las ojeras. Él hizo como si no hubiese notado nada de eso solo para no incomodarla a primera hora de la mañana, pero si tenía por seguro que tendría una conversación.

30 minutos después estaban llegando al café acordado. Cuando llegaron vieron a Bárbara en una mesa para tres al fondo, ambos respiraron profundamente y continuaron su camino hasta ella. Se sentaron silenciosamente en las sillas y ordenaron algo para beber.

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