Capítulo 34

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{Gianluca}

¿Cómo demonios se había enterado? Era mi constante pregunta en ese momento, si no quería hablar de eso tenía que pensar rápido.

-¿Cómo dices? –fue lo único que se me le vino a la mente.

-¿Dónde estás? Esto es realmente importante –dijo ella. ¿Pero por qué? Solo es mi novia, tampoco es el fin del mundo.

-En mi casa, pero en este momento no estoy de ánimos, hablamos mañana de eso.

-Ok –dijo ella fuertemente y luego cortó la llamada tajantemente. Yo miré el celular un rato confundido por todo. Pero luego lo deje en una mesa a un lado de mi cama, intenté relajarme, cerré mis ojos y caí dormido más rápido de lo que había pensado. Estaba realmente cansado, no solo por el viaje, sino por todo. Contener mi molestia ante Julianna fue un reto para mí. Yo no quería y no quiero lastimarla, simplemente no me salió ser fuerte con ella, también sé que si algún día pasara me sentiría la peor persona del mundo.

***

[Narrador]

Al día siguiente Gianluca despertó más temprano de lo esperado así que decidió caminar un rato por la zona, aun necesitaba gastar energía y supuso que esa sería la mejor forma. Y en efecto así fue, llegó a su casa más relajado que antes. La caminata le había ayudado a razonar un poco más la situación, después de todo no era tan mala como lo pensaba, solo debía hablar y se solucionaría, o eso esperaba él. Más tarde ese día habló con Bárbara, quedaron en verse en un café cerca de la plaza principal. Aunque realmente necesitaban un lugar más privado.

Gianluca llegó primero al café y pidió una bebida mientras tanto. Minutos después llego Bárbara.

-¿Y bien? –dijo ella sentándose en una silla frente a él, quien solo la veía fijamente.

-¿Ordenará algo señorita? –interrumpió el camarero. Ella solo pidió un café. Luego el camarero se retiro con la orden. Durante todo ese tiempo Gianluca solo la veía con ojos profundos como si intentara leer su mente o algo parecido.

-¿No me vas a decir? –insistió ella un poco desesperada. El camarero volvió a interrumpir para traerle el café, ella le agradeció y él se retiró. Gianluca siguió con la mirada al camarero y luego volvió a dirigirla hacia ella.

-Ahora sí. Solo no quería ser interrumpido –dijo Gianluca quien estaba todavía algo serio– ¿Qué quieres saber con exactitud?

-Todo –respondió ella firmemente. Él asintió y se acomodó mejor en la silla, luego le dio un sorbo a su jugo.

-Sí, es mi novia –aclaró con firmeza, tanta que hasta él se sorprendió de sí mismo–. Eso es todo –añadió. Ella solo lo veía un poco confundida, pues no se esperaba tanta seguridad en su respuesta y mucho menos tan directo.

-Ok –ella suspiró antes de continuar. Ella lo veía fijamente como intentando leerlo pero no lo conseguía pues él no cambiaba su cara de seguridad ¿Quizás era una broma? Pensó ella para sí misma, pero Gianluca no bromeaba con esas cosas así que esto solo le creo más confusión–. ¿Desde hace cuanto? –añadió ella más seria que antes, ella pensó que si él jugaba a ver quién era el más serio, entonces ella jugaría también.

-Llevamos cuatro meses juntos –respondió él sin una pizca de duda en su respuesta.

-¿Cómo se conocieron? –Preguntó ella– ¿Cómo es ella? –Añadió rápidamente. Eso provocó que Gianluca se riera un poco, más que gracia, burla. Ella solo frunció el ceño porque no entendía su risa pues se suponía que era una conversación seria.

-Dime lo que realmente quieres decirme. Tú de verdad no quieres saber una mierda sobre ella.

-Ok, lo quieres directo –ella dijo más en forma de aclaración que de pregunta, pero él solo asintió burlonamente– pues así será. Debes terminar con ella.

-Claro –respondió él riéndose nuevamente–. Eso no va a pasar. Y además ¿Por qué?

-Porque tú ya tienes novia –dijo ella aparentemente feliz, pero él solo dio un salto y la vio confundió.

-Sí, la tengo y se llama Julianna Rossell.

-No. Se llama Kathrine y es española.

-Ok ya basta. Explícame todo eso.

-Se suponía que sería una sorpresa...

-Wow que grata sorpresa –la interrumpió hipócritamente. Ella solo lo vio molesta.

-De navidad –continuó ella como si nada–. Ustedes grabaran una canción con ella, una romántica, luego saldrá el rumor que ustedes salen, lo que hará que se venda más la canción. Irán a alfombras rojas juntos, buscaremos la manera que los paparazzi los vean cenando juntos y luego se dará a conocer su relación. Ella es famosa allá y tú aquí, eso hará que tanto ella como 'Il Volo' tenga más popularidad.

-Eso jamás va a pasar. Julianna es mi novia real y yo la quiero. Realmente la quiero. Así que por favor cambien esa idea. Además están Ignazio y Piero, hagan eso con uno de ellos, o con ambos, eso realmente me da igual.

-Para ellos tenemos otra historia. Así que será mejor que hagas que ese rumor se esfume o tendrás que terminar con ella. Porque con Kathrine todo está listo, y no lo arruinarás. Además está en tu contrato, tienes que.

-No, no tengo que. En mi contrato no dice que tengo que salir con ella.

-Pero dice que debes hacer lo que te decimos –dijo ella molesta–. Ahí lo tienes, la parte subrayada –lanzó sobre la mesa el contrato de la disquera. Él lo tomó sin muchas ganas–. Será mejor que lo leas. Y tomes la decisión. Yo me retiro –añadió mientras se levantaba de la silla bruscamente.

-¡No pueden hacerme esto! ­–dijo Gianluca alterado. Igualmente se puso de pie pero con las manos sobre la mesa sosteniendo el contrato.

-Sí, sí podemos. Será mejor que vayas preparando tus cuerdas vocales. Ella llegará después de año nuevo –dicho esto último se retiró con paso firme. Gianluca arrugó el contrato y lo arrojó contra la mesa. Después dejo el dinero de lo consumido en la mesa y se fue velozmente.

Decidió tomar el camino largo hacia su casa, debía pensar bien la situación. El simplemente no podía terminar con quién realmente lo hacía feliz por una persona que jamás había visto y que además debía fingir ser su novio solo para vender una canción. No pudo evitar soltar unas lágrimas pues cuando él pensaba que su vida amorosa por fin cobraba sentido, alguien más venía a arruinarlo todo. Debía hacer algo, y pronto, pues el tiempo corría y la respuesta no llegaba.

Cuando estuvo más cerca de su casa se detuvo un momento, debía relajarse y hacer como si nada había pasado hace menos de 2 horas. Como si no le hubiesen hecho la peor jugada del mundo; como si no le hubiesen puesto a escoger entre su carrera y el amor de su vida.

***

Tres días después de navidad, lunes 27 de diciembre los habían reunido a ellos tres junto con todo el equipo, conjuntamente con los músicos. Les habían dado la noticia de la canción, Ignazio y Piero se mostraron felices pero Gianluca solo pretendió estarlo. En toda la reunión Bárbara y Gianluca no dejaban de verse seriamente, simplemente era difícil no hacerlo. Kathrine llegaría la semana siguiente, la primera semana de enero.

Cuando el lugar estuvo menos concurrido, Bárbara se le acercó ligeramente a Gianluca quién se encontraba sumergido en sus pensamientos mientras jugaba con un pitillo de su vaso de refresco.

-¿Tomaste la decisión? –Preguntó en un tono bajo. Él solo la vio fulminantemente, luego solo sonrió divertido.

-Sí –dijo como si fuera lo más obvio del mundo-. No lo haré, no haré lo que tú quieres que haga. Solo estás molesta que no te haya dicho, no es necesario que salga con la muchacha esa –añadió tranquilamente. Ella abrió la boca para decir algo pero él la interrumpió enseguida-. Me voy, tengo mejores cosas que hacer –dicho esto se retiró dándole un sorbo a su bebida. Luego se unió con sus amigos y charlaron un rato. Otra vez como si nada hubiese pasado. Pero él sabía que en algún momento tendría que aceptar la realidad y actuar, llegaría el momento en el que debería dejar de pretender que nada pasaba. Él solo trataba de alargarla más, aunque tenía en cuenta que esa no era la solución.

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