maia estaba feliz con la "relación" que llevaba con luke. no eran novios pero era obvio que tampoco eran amigos. amigos con beneficio tampoco porque no se habían acostado tan solo eran dos jóvenes enamorados que todavía no eran novios.
luke había intentado contarle toda su historia a maia pero temía arruinar lo que podía llegar a tener un hermoso futuro. maia seguía intentando encontrar los misterios y secretos que encerraba luke en su mente.
luke salió de su casa maldiciendo a los mil demonion y se encaminó al bar en la otra esquina del parque de maia, donde ya había ido otras veces. un sábado a la 1:30 de la madeugada no había mejor lugar para emborracharse y luego volver a la casa cuando saliera el sol. pero sus planes no salieron como esperaba, allí encontró a maia con la mirada perdida y una copa entre sus manos.
en las últimas horas el mundo de maia se había vuelto cenizas, igual que el de su madre. luego de tanto tiempo se volvía a aparecer semejante bestia con la que lamentablemente la madre de maia se había involucrado 19 años atrás y de dónde sacó los genes maia.
- maia. - murmuró luke sentándose a su lado. la morocha sonrió triste y bebió de su copa.
- hemmings, ¿qué te sirvo? - el hombre gordo detrás del mostrador de madera preguntó alegre.
- no quiero nada henry. - el rubio no había dejado de mirar a maia en ningún momento. la chica lo miró y se arrepintió al instante, volvió a sufrir como cuando vio a luke llorando en su edificio.
- tus ojeras, luke. ¿está todo bien? - el chico sonrió gracioso y acarició la mejilla de la chica.
- deja de cuidarme y déjame cuidarte yo esta noche ¿sí? - lo único que llegó a hacer maia fue asentir antes de sentir los labios fríos pero suaves de luke contra los suyos. las grandes manos de él la tomaron por cintura y la levantó, dejándola parada frente a él, sólo así eran de la misma altura.
- ¿a tu casa? - ella negó mientras pegaba su frente a la de él.
- no quiero volver mientras ese monstruo siga allí. - luke frunció el ceño pero asintió tomando la mano de maia y guiándola hacía afuera.
- un conocido tiene un departamento no muy lejos de aquí que me lo presta cuando no puedo estar en casa. - la guió por las calles mientras que ella se aferraba al brazo del chico como si fuera lo único que le quedara. y por poco, así era.
entraron en el departamento y se sentaron en una de las dos camas matrimoniales que había en las habitaciones, no siquiera se detuvieron en la sala.
- háblame. yo te conté mi historia, cuéntame la tuya. - maia sollozó.
- en este momento sólo me quedas tú, luke, no quiero que me abandones como él.
me emocioné y quiero saber si les gusta, déjenme un comentario, amo leerlos. (lo escribí del celular, perdonen si hay errores)
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sweets ;; lrh
Fanfic[terminada] donde una chica alegre le regala dulces a chico triste.