En su momento, vi como el abría la carta, solo sonrió de lado y hablo a todos sus amigos. Mi cuerpo se quedó estático, tal vez había sido mala idea el hecho de haberle puesto mi nombre al final.
— ¡Escuchen! — Su risainundó el salón y todos prestaron atención a lo que estaba a punto de decir. —Tengo una confesión en mis manos
Mi corazón empezó a acelerarse y mi respiración se volvió entrecortada. La posibilidad de que fuera hasta mi lugar y me dijera que el también gustaba de mí, paso por un momento en mi mente.
— Dice: "Siempre te he amado" ¿Esto es una carta de amor? Es solo basura.
Todos empezaron a reír, mi cara posiblemente estaba roja. Por ende todos se preguntaron quién era la autora, él se negó a decirlo, pero aun así terminaron dándose cuenta...
Kim NoRim se había confesado a su mejor amigo.
[...]
Desperté por el sonido de mi puerta siendo golpeada, dando fin a mi estúpido sueño/flashback.
— NoRim, es hora...— Mamá volvió a golpear la puerta a la vez que pronunciaba aquello.
— Ya voy. — Me límite a responder.
Lunes, maldito y estúpido lunes, no había peor manera de despertar, que con un sueño de la persona que te arruinó la secundaria.
Me removí entre las sábanas como todos los días. ¿Por qué diablos siempre están tan suaves y frescas?
— Rim, te vas a quedar dormida de nuevo. — Mi madre podía llegar a ser muy persistente, después de aquella vez que me quede dormida en día de examen, no se le olvidaba despertarme.
Me levanté, poniendo en mis pies mis desgastadas pantuflas para dirigirme al baño y hacer mis necesidades primarias. Después de haber hecho aquello me quede mirando en el gran espejo y empecé a hacer muecas en el mismo. Nunca entenderé porque soy tan rara.
Cepille mis dientes, lave mi cara y fui a cambiar mi pijama por ropa para la escuela.
No fue hasta que iba en el carro con mi madre, cuando volví a pensar en el sueño. Na Jaemin, con su sonrisa bonita y su cabello corto apareció en mi mente. Hacía ya 2 años que me había confesado y hacia 2 años que él se había mudado de provincia. Solo sabía que él estaba en Incheon, y agradecía eso, ya que nuestra amistad se volvió tensa a partir de mi declaración y prácticamente desapareció cuando él dijo aquello enfrente de todos.
¿No se lo pudo guardar y rechazarme en una forma más discreta? Después de todo sólo se burló y nunca me dio un no definitivo.
Cuando llegamos a la escuela, mi madre aparco, me despedí de ella y salí del auto, esperando a que ella se fuera.
Entré a la escuela y tomé algunas cosas que necesitaba para mi primera clase, y me dirigí a ella. Cuando estuve sentada en mi lugar coloqué mis auriculares, aislándome de que pasaba alrededor los 30 minutos restantes.
Cuando entró la maestra, me volteo a mirar y me hizo una seña para que retirara mis auriculares. Rodé los ojos, pero al final termine quitándolos. Un año y medio con la misma rutina.
— Buenos días alumnos, con algunos de ustedes tuve el privilegio de pasar el primer año de la preparatoria. Por lo cual estoy segura de que algunos de ustedes recuerdan a Na Jaemin.
¿Recordarlo? ja, como no.
Algunos dijeron que si y la maestra continuo;
—Bueno, pues él ha vuelto.
Por la puerta entró él y yo dejé caer mi cabeza en mi mesa.
Mierda.
Mierda, mierda y más mierda.
Él saludó en general y por suerte para mí, se sentó al otro lado de la clase, realmente lejos de mí.
Había cambiado considerablemente, posiblemente había ganado altura, su cabello que era color negro en aquel entonces, ahora era castaño. Su piel estaba un poco más bronceada y sus facciones estaban más afiladas. ¿Por qué diablos me estoy fijando en esto?
Rezaba internamente porque no me hubiera notado y que no lo hiciera por los meses que quedaban en la preparatoria. Al final de la clase, me levanté y trate de salir sin ser notada por él. Misión imposible y no cumplida.
En el pasillo, sentí como alguien pasaba su brazo por mis hombros, y pronto supe que era él, ya que cuando éramos amigos él solía hacerlo.
— Hey, Tanto tiempo sin verte, mejor amiga.
Por mi mente paso todo aquel incidente y el sueño. ¿Era alguna clase de señal? Pronto reaccioné y me alejé caminando por enfrente de él.
— ¿Podrías dejar de hablarme como si fueras cercano a mí?— Pregunté y rasque un poco mi nuca, acomodando unas hebras de mi castaño cabello.
Él no me siguió el paso y se quedó parado en medio del pasillo, pero aun así me siguió hablando.
—"Siempre te he amado, Jaemin" Eras tan valiente en ese entonces, NoRim.
Paré de caminar y lo voltee a ver. Él me regaló una sonrisa e hizo un ademán con sus manos.
—"No puedo ser honesta con mis sentimientos cuando estoy contigo, y eso me pone triste". — Su tono de voz iba aumentando de poco en poco.
¿Qué?
Esas eran las palabras de mi carta.
Corrí en su dirección y tapé su boca. Él la lamió, pero realmente no me importó.
— Déjalo por favor, eso fue hace dos años. — Él me sonrió y yo destape su boca.
— Interesante reacción, como siempre. Siempre ha sido genial reírse de ti, NoRim. —Él soltó una risita
Rodé mis ojos, y me aleje de él. Él tomó mi mano y me acerco a él, dándome un abrazo.
Soltó otra risa, y a mi mente vino un recuerdo con todas sus risas.
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— Hasta luego, NoRim.- Sonrio y se fue.
Genial, simplemente genial.
Pero para tu sorpresa, Jaemin, ni tu ni yo somos los mismos.
