Epilogo.

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Jaemin.


"Me debes una cita después de todo."

Eso fue lo único que tuve que decir para que Norim se molestara. Pero en el fondo sabía que ella estaba feliz, lo podía notar en como trataba con todas sus fuerzas que su rostro no tomara la iniciativa de formar una sonrisa.

—Esto es injusto y lo sabes. — Ella me fulminó con la mirada. Aun así, me parecía lo suficientemente tierna. Siempre lo había sido, pero justo ahora con nuestra relación en su mejor momento, no podía evitar querer tomarla por las mejillas y dejar besos en todo su rostro. — Ese día, el día de la competencia usaste la carta como distracción.

Reí. ¡No lo había hecho!

—¿Hablas de esto? — Cuestioné, sacando mi billetera, en donde estaba el papel doblado y guardado en el único compartimento que no se ensuciaba fácilmente. Saqué la carta y la agité solo algunas veces, antes de que Norim se lanzara sobre mí a intentar quitármela.

—¡Jaemin! Debes quemar eso. — La chica daba saltos para intentar quitarme el papel de la mano que tenía estirada hacia arriba. Mi altura ayudaba, la de ella no tanto. — ¡Dame eso!

—¿Por qué debería quemarlo? Es mi recuerdo más preciado. — La chica intentaba con todo lo que podía quitarme la carta de mis manos, pero no podía, y no la dejaría tomarla.

—Es vergonzoso.

—No lo es. Es muy lindo. — Cuando dije eso, las mejillas de Norim tomaron en automático color. — Espero que nunca más pienses que tus sentimientos son algo vergonzoso, Kim Norim.

—Sí, Na Jaemin. — Me golpeó, ¡Lo hizo! Golpeó mi estómago. Aquello hizo que me doblara por el dolor — No lo pensaba, solo que se te ocurrió abrir la bocota y decir quien había escrito esas palabras.

—¡No lo hice! — Exclamé. Era cierto que no lo había hecho, la carta había salido de mi poder y habían leído el remitente. Aun sostenía mi estómago. ¿Desde cuándo sus golpes eran tan fuertes?

—En teoría, idiota. — Me sorprendió. — Pero que me dices del "¿Esto es una carta de amor? Es solo basura."

¿Por qué lo había hecho? Como lo había mencionado antes, molestar a Norim era mi pasatiempo favorito. Me gustaba hacer miles de cosas con ella, como abrazarla, salir con ella al parque de diversiones y comer helado. Por qué me gustaba cada una de las facetas de Norim. Sin embargo, en ese momento no entendía que le hacía daño. Solo hasta que perdí contacto y reflexioné me di cuenta de ello.

—Lo siento. — Hablé. Me paré derecho al dolor desaparecer.

—Deberías.

—¿Entonces tendremos la cita? — Cuestioné, cambiando el tema. Lo sentía, si, por ello quería rectificar cada uno de mis errores.

—Ganaste el concurso ¿No? — Ella se encogió de hombros y yo la abracé.

No éramos pareja aún. Sin embargo, cada vez que la abrazaba no parecía molestarle del todo. Por ello lo hacía más libremente. Y por qué me gustaba estar entre sus brazos. Me gustaba el calor de su cuerpo. Me gusta Norim.

[...]

—Shhh. Vas a despertar a mis padres. — Norim olía a alcohol. Las cosas se habían salido de control.

La sidra que Jeno y Renjun habían comprado, tenía cierto porcentaje de alcohol. Norim desde siempre había amado la sidra de manzana por ello empezó a beberla. Y ahora se encontraba de esta manera, tambaleándose de un lado al otro mientras yo la sostenía.

Falling again» na jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora