04.

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04. Strawberry ice cream

Me levanto, ignorando por completo aquel momento y me miro en el espejo que está a un lado de mi cama; mis ojos están hinchados y mis mejillas demasiado pálidas.

Me coloco mis zapatos que usualmente uso dentro de casa y salgo de mi cuarto, bajo las escaleras y me encuentro con mi madre ya acomodando las cosas en el comedor, Dae Jin ya se encontraba en su silla con un tenedor en sus manos, mientras balanceaba sus pies de adelante hacia atrás.

Mi madre me vio, justo cuando dejaba el refractario con ensalada en la mesa y me hizo una seña para que fuera a ayudar. Fui a su llamado y entré en la cocina, encontrándome con Jaemin que cargaba una jarra de agua. Me sonrió y llevó la misma a la mesa. Solo faltaba llevar la comida principal, la más pesada y la que me tocaba a mí.

Con dos trapitos mojados la tomé para no quemarme. Justo cuando daba vuelta para salir, Jaemin apareció, me sonrió e intentó quitarme lo que cargaba.

—Venga, NoRim. — Habló y su sonrisa apareció. — Te ayudaré.

—No necesito tu ayuda, Jaemin. — En mi cara no había ninguna expresión, pero ciertamente si no se quitaba, podría terminar soltando aquello que empezaba a quemar mis dedos. Por dentro quería soltar un chillido.

Él lo hizo, se movió y yo rápidamente fui al comedor y lo dejé ahí, soltando un suspiro de alivio. Al menos no lo había tirado.

Todos nos sentamos en la mesa y empezamos a comer. Mi madre y la madre de Jaemin hablaban animadamente, aun a pesar de que mi madre solía reprendernos a mí y a mi padre cuando hablábamos a la hora de comer.

Jaemin se había sentado frente a mí, y una sonrisa estaba en su rostro. Lo había hecho a propósito, el sentarse frente a mí para clavar sus ojos castaños en mí. Estaba haciendo menos amena la hora de la comida.

—Y dime NoRim. — Habla la madre de Jaemin, llamando mi atención. — ¿Cómo te va en la escuela?

Bien, juro que bien, pero su hijo solo lleva un día en ella y ya me arruinó todo el año escolar.

—Bien. — Le sonrió al responder. — No tengo muchos amigos, pero eso no es impedimento para tener un buen desarrollo.

— ¿Enserio?— parece interesada en lo que digo. — ¡Puedes juntarte con Jaemin ahora que regreso!— Exclama y yo solo suelto una risa.

Jaemin tiene una sonrisa en su rostro cuando muerde la ensalada. Me mira directamente y sé que su mirada dice algo.

No señora Na, lo que menos quiero es juntarme con Jaemin.

La comida transcurre entre preguntas de la madre de Jaemin hacia mí, y de mi madre hacia Jaemin. Preguntas que respondo para no ser reprendida por mi madre. Jaemin termina riendo en una de ellas. Cuando su madre afirmó que yo era muy guapa, y que seguro tenía muchos chicos intentando algo.

Jaemin sabía que no es así, por eso rio.

Estoy por levantarme con mi plato cuando mi madre hace el comentario que arruina mi tarde.

—NoRim, tú y Jaemin deberían llevar a DaeJin al parque de diversiones. — Me mira con una sonrisa y asiente. Sé que con ese gesto me está diciendo que no es una opción.

— ¡Cierto!— Exclama la señora Na. — Ustedes solían escaparse cuando eran más pequeños. Será bueno recordar buenos tiempos.

Y nadie puede negarse, Dae Jin ha escuchado todo y se muestra más feliz por ese hecho. Decir que no solo llegaría a decepcionarla.

Llevo mi plato a la cocina y quito los restos de comida, pronto llega Jaemin y hace lo mismo. Espero, porque sé que en cualquier momento soltará algún comentario.

—Recordar viejos tiempos ¿eh?— Asiento y no digo nada. — Podríamos decir que es una cita.

Y ahí está, el comentario tonto que esperaba.

Salgo de la cocina sin decir nada y subo a mi cuarto para cambiarme. Elijo el primer conjunto que deduzco que no me hará pasar situaciones bochornosas y me lo pongo junto con un tenis. Sé que caminaremos y lo que menos quiero es estar incomoda.

Bajo las escaleras y ya todos están en la sala. Dae Jin se para rápidamente y se acerca a mí. La niña desborda felicidad por el solo hecho de ir al parque de diversiones.

Jaemin se levanta segundos después, su madre le pide de favor que nos cuide mucho y que no regresemos muy tarde.
Jaemin podrá cuidar a su hermana, pero estoy segura de que si pasa un vagabundo, será capaz de entregarme con él.

Salimos de la casa. Yo llevaba a la pequeña DaeJin de la mano, mientras ella iba dando pequeños saltitos.

De pronto ella solo tomó la mano de Jaemin y dudé en seguir tomando la mano de la niña. Había sido una acción inocente por parte de la pequeña, pero para terceros podría ser mal interpretada. Sería el colmo ser emparejada con Na Jaemin.

—Rim Unnie. — DaeJin jaló un poco mi mano, intentando llamar mi atención. — Jaeminie dijo hay una niña que le gusta.

Jaemin volteó a ver a la niña con los ojos abiertos más de lo normal.

—Jin-ah. — Jaemin se inclinó un poco hacia ella. — Eso es algo que NoRim no debe saber. — Río y acarició la cabeza de la niña.

Ella rio inocente y se encogió en su lugar. Hizo el gesto de estar cerrando su boca con candado.

Realmente no me importaba, pero... ¿Tan pronto ya le gustaba alguien?

Solo llevaba un día aquí.

¿O se trata de una amiga de Icheon?

Ah, no lo sé y no debería importarme.

[...]

— ¡Jaemin! Vamos por un helado. — DaeJin empezó a jalar su mano y él soltó una pequeña risa, mostrando sus dientes. La heladería estaba prácticamente en la entrada del parque de diversiones, por lo cual DaeJin lo había visto entusiasmada.

Él me miró, esperaba que dijera algo.

—Por mí no hay problema. — Me encogí de hombros y el asintió.

Empezamos a caminar hacia el lugar y Jaemin se adelantó a comprar los helados mientras que DaeJin y yo buscamos una mesa disponible para sentarnos. Una vez que la encontramos nos sentamos en ella.

DaeJin jugaba con mis manos. A pesar de haber crecido un poco desde hace dos años, se mostraba igual de linda que antes, curiosa y con sus ojos color caramelo. Era exactamente la misma sonrisa de Jaemin.

¡Ah! ¿Por qué sigo viendo su sonrisa en mi mente?

—Bien. — Jaemin se sienta en la silla frente a nosotras y deja los vasitos de helado en la mesa. — Vainilla y fresa para mi princesa.— Deja el helado enfrente de DaeJin y esta ríe tiernamente.— Y limón con fresa para NoRim.— Una de sus tantas sonrisas se hacen presentes en sus labios y deja el vaso con helado frente a mi.— ¿Sigue gustándote?

Asiento y tomo la cuchara. ¿Cómo es que aún lo recuerda?

—Chicle. — Apunto, viendo su vaso de helado. — No has cambiado nada, Jaemin.

—Lo mismo digo, NoRim. — Una risa a labio cerrado inunda el lugar por su parte. — Pero... ¿Cómo es que lo recuerdas?

Me encojo de hombros y le sonrió igual.

—Lo mismo digo, Na Jaemin.

No nos habíamos olvidado después de todo.

Falling again» na jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora