20.

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20. The second kiss.

Miré a Jaemin por unos segundos. Parecía serio en sus palabras. Mi corazón en ese momento mostraba el aceleramiento asemejado a dar un maratón.

—Creo que me voy de aquí. — Jeno soltó una leve risa que hizo que volviera a concentrarme. — La mesa de postres está por ahí, parece que hay algo interesante.

El chico de cabezo azabache sonrió por última vez, y se fue. Pero no quería que se fuera. No quería enfrentarme al chico a mi lado contrario.

Permanecí un momento ignorando su presencia. Ignorando sus palabras; aun cuando estas me taladraban la cabeza.

Creo.

Creo que me gustas, pero es una posibilidad que no. Es una posibilidad que esté jugando contigo nuevamente. Pero creo.

Lo miré un segundo, con la esperanza de que él no me estuviera viendo, sin embargo, no era así; me miraba con su barbilla recargada en su mano. Cuando notó de manera correcta que le estaba mirando también, se enderezó y sonrió. Sus pómulos se levantaron en aquella sonrisa que parecía ser sincera y sus lindos dientes se hicieron presentes. Sus ojos brillaban, pero no sabía si era por la luz del sol o por otra cosa que no alcanzaba a descifrar. Na Jaemin era un acertijo que no podía resolver.

Un acertijo lindo.

—¿Quieres ir por un dulce? — Cuestionó él, señalando con su dedo la mesa de postres al fondo de aquella fiesta.

—Vamos. — Respondí. Tenía que distraerme con alguna acción y comer era una factible.

Cuando empezamos a caminar, me quedé algunos pasos por detrás de Jaemin. El notó aquello y se detuvo, esperó a que estuviera a su lado para empezar a caminar, pero en el proceso tomó mi mano.

De nuevo, mi corazón empezó su carrera. Corría por Jaemin.

Pero mi mente no dejaba de pensar en sus palabras, y en la bendita posibilidad de que se tratara de un juego. La palabra creo no estaba bien entre su oración.

Llegamos a la mesa de postres y yo solamente tomé un pastelillo de ella. Mi limitación se debía a la mano de Jaemin. No la soltaba y no podía caminar debidamente.

—Creo que lo arruiné. — Jaemin habló. — Quiero decir, nunca lo he arreglado, incluso nada inició, pero creo que lo he arruinado ya. Olvida lo que he dicho ahí. — Miré al chico y este apretó el agarre en mi mano. — Justo ahora estoy siendo bipolar, ¿Se le puede considerar así? Pero no era la manera, así que borra de tu mente el "Creo que me gustas, Norim"

El chico bajó la mirada, cerró sus ojos y suspiró.

Ahí estaba mi respuesta.

Me sentí decepcionada, pero al menos fue sincero.

Al menos me dio a entender que estaba jugando conmigo.

Al menos lo entendí.

Pero, aun así, no soltó mi mano. Ni siquiera cuando volvimos a la mesa en la cual estábamos sentados. El silencio fue incluso bastante denso e incómodo, pero su mano no soltó la mía.

Me tuve que obligar a cerrar mis sentimientos por él. Solo por ese momento tenía que alejarlos y no ilusionarme, para no terminar llorando; por ello alejé su mano de la mía.

Empecé a comer, solamente con la idea de que tenía que dejarlo en mi mente. Tenía que olvidar los sentimientos que tenía por el desde hace dos años, para vivir bien, para seguir con mi día a día.

Falling again» na jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora