18.

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18. Again

Sus manos permanecieron en mis mejillas aun cuando nuestro beso concluyó. Acariciaba con la yema de sus dedos mis pómulos, y estas mismas me hacían consciente de su presencia y de lo que acababa de suceder. Por ello mi corazón aún no se calmaba ni un poco.

—¿No lo entiendes aún, Norim? — Jaemin cuestionó, abriendo lentamente sus ojos, mismos que se mantenían cerrados. — ¿No soy claro?

Juntó nuestras frentes, y me miró fijamente a los ojos. Me sentía cohibida, porque examinaba mis orbes como si buscara algo en ellos.

Como pude, me tranquilicé y tomé sus manos, que aún permanecían en mi rostro. Las alejé, intentando no ser brusca. Realmente, en ese momento, solo podía pensar en nada coherente. Estaba confundida, abrumada, y un poco cansada.

Salí del cubículo de baño con mis cosas al hombro, bajé las escaleras y caminé rápidamente a la entrada. En la cocina, la señora Na ya acomodaba la vajilla para la comida.

—¿Te vas, Norim? — Cuestionó ella y asentí, aguantando las lágrimas que nuevamente amenazaban con salir. — Es una pena, DaeJin ya venía con su padre para comer. Seguro le haría feliz verte.

—Será en otra ocasión, señora Na. — Abrí la puerta principal y salí de la casa.

En este momento no puedo quedarme en esa casa. No con estos sentimientos desbordantes. No con estas lágrimas en los ojos. No con Na Jaemin frente a mí, jugando con mi corazón.

Volví por el camino que había venido, recordando el motivo por el que había venido en primera instancia. Yo era la que me buscaba las cosas ¿Cierto?

Yo me había acostumbrado a las cosas de manera inconsciente e inconscientemente había deseado nuevamente lo que en aquellos tiempos se me había prohibido. Había deseado nuevamente aquello que me hacía daño. O eso que nunca pude tener de manera correcta. Solo a Na Jaemin como un simple amigo.

Las calles pasaban, al igual que mis lágrimas caían a lo largo de mis pómulos, hasta mi barbilla, donde desaparecían, dejando una sensación pegajosa.

Pronto escuché las pisadas apresuradas y mi nombre siendo pronunciado una y otra vez.

—¡Norim! — Jaemin, de nuevo. Había tomado mi mano, jalándome levemente para no continuar con mi andar. — No puedes irte de esa manera... Yo.

Le costaba respirar, por ello se había interrumpido a sí mismo. Podía escucharlo aun cuando le daba la espalda. Había corrido cerca de dos cuadras para alcanzarme. Tenerlo solamente detrás de mi me ponía de nervios. No quería voltear por lo mismo.

No quería verlo.

No quería encarar mis sentimientos.

No quería amarle.

Quería que se fuera, de verdad, quería que se alejara antes de que nuevamente terminara herida por él.

—Norim, di algo. — Jaemin se acercó, pude sentirlo. Aun no soltaba mi mano. — Sé que lo que acaba de pasar es extraño, pero nuestra amistad ha sido de esta manera siempre. ¿No lo entiendes?

—¿Que debo entender, Na Jaemin? — Cuestioné. Mi voz había temblado. Me sentía tonta. Dios. Bajé la mirada, tragué saliva y suspiré. Las lágrimas en ese momento empezaron a caer aún más que antes. — ¿Que soy tu juego? ¿Que no me tomas enserio? ¿Qué te diviertes conmigo?

—No lo eres.

¡Cállate! ¿Por qué mientes? ¿Me quieres ver la cara de idiota? Estas jugando en este momento con mi corazón. En primer lugar ¿Por qué viniste hasta aquí? ¿Qué viniste a decir? ¿Qué me quieres? ¿Que ese beso significa lo mismo para ti que para mí? Entonces ¿Por qué no lo dices? ¿Por qué te quedas callado?

Falling again» na jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora