17.

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17. Unconscious

La respiración de Jaemin al pasar el rato se empezó a hacer tranquila. Me tenía pegada a su pecho.

Mi corazón al inicio estaba a mil por hora, pero en ese momento se encontraba más tranquilo por las serenas respiraciones de Jaemin. De verdad deseaba que no notara cuanto me afectaba su cercanía. Por mucho que quisiera negarlo, me afectaba y mucho.

Me mantuve en la misma posición, hasta que pasaron al menos dos horas. Logré dormir un poco, pero en algún punto mi brazo empezó a dormirse y el hormigueo era bastante molesto.

—Jaemin. — Lo moví levemente, intentando ser lo menos brusca posible. Yo también odiaba que me levantaran de mi sueño.

Lo único que ocasioné con ello fue que Jaemin apretara su agarre a mi alrededor, pegándome más a su pecho y haciéndome inhalar su aroma.

Cosa que, aunque él no fuera consciente, hizo que el calor subiera y que me estremeciera un poco. Su cercanía parecía todo, menos correcta en ese momento.

Mis mejillas estaban rojas a mas no poder.

Intenté quitar sus brazos de mi alrededor, haciendo uso de mi mayor fuerza, pero no pude hacer mucho. ¿Cómo es que aun en su sueño podía ser tan fuerte en comparación a mí?

Me resigné un poco y solté un suspiro. Me quede en la misma posición aun cuando mi brazo dolía.

—Me encantas. — Jaemin habló, haciéndome tensar en el momento en que su boca fue a parar a mi cuello. Pero no hubo más de eso. Solo mi corazón acelerado a más no poder.

Mordí mi labio por las desbordantes sensaciones que me estaba haciendo sentir.

—Na Jaemin, solo suéltame. — Susurré a su pecho. Dios. Estaba tan confundida.

Estaba perdida. Un momento quería que se alejara, porque su cercanía en algún punto me molestaba y abrumaba. Pero en el momento en que se alejaba, sentía un vacío que no me dejaba andar.

Odiaba al nuevo Jaemin, tanto como al que había arruinado todo al exclamar a los cuatro vientos el contenido de mi carta. Pero aún seguía con la esperanza de que el lindo Jaemin, el que se mostraba en las fotografías viejas, volviera a hacer aparición en mi vida. Que me defendiera como antes y pasáramos un buen rato como en aquellos momentos.

¿Era una petición bastante egoísta de mi parte?

Lo era.

Me solté golpeando su pecho y haciéndolo despertar. Su cara confundida se transformó en una sorprendida en el momento en que las lágrimas empezaron a caer por mis ojos.

Me veía patética y lo sabía. ¿Por qué algo que había pasado ya hace bastante me hacía sentir tan mal?

Salí de su habitación y me dirigí a su baño. Era el único lugar en el momento que parecía factible. Si salía de su casa, su madre me vería y haría preguntas. Y la señora Na haciendo preguntas equivalía a mi madre haciendo preguntas y honestamente no sabía cómo responder a esas preguntas sin sonar patética en el intento.

Cerré el pestillo y algunos segundos después Jaemin tocó la puerta.

—Norim-ah. — Su voz se escuchaba ronca y era seguramente porque aún estaba adormilado. También se distorsionaba un poco por la puerta que nos separaba. — No entiendo. Y si lo entendiera, me disculparía. ¿Qué sucede? Odio verte llorar.

Pero eso solo hizo que los sollozos empezaran a salir. Eran totalmente abrumadores y no los entendía. Era como si su sola voz me hiciera el descontrol de emociones. Por ello lloraba. Por ninguna razón en concreto más que Na Jaemin.

Falling again» na jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora