9.3
Después de ese estúpido momento, salí del baño con la cara lavanda y una linda sonrisa, como debe de ser.
-val.-mike me abrazó de sorpresa.-¿estás bien?-reí, falsamente, pero lo hice.
-¿Por qué tendría que estar mal, Mike?-sonreía, sonreía lo más que podía, si quería mantenerme fuerte tenía que fingirlo hasta que parezca real.
-lo sé todo ¿okay?-suspiré.-los chismes aquí corren rápido, y más si arman una escena en medio de un pasillo, me encontré a Luke y se lo pregunté.-se separó de mí.
-¿ahora entiendes el por qué te dije que le preguntaras a Luke?-le pregunté.-duele, Mike, duele mucho.- murmuré.
-tranquila.-besó mi frente.- solo recuerda que el amor es como destapar la primera cerveza de la noche y no saber dónde vas a terminar...-me sonrió y se fue.
Yo solo lo dejé pasar, no volví a mirar a Michael en el resto de las clases, ni a la salida, pero así es él, así que no me preocupé mucho y me dirigí caminando a la casa de los Hemmings preparada mentalmente para lo que vendría, pues el hecho de que Daesy y sus padres se encontraran ahí lo haría más difícil.
-hola, Valerie.- me saludó algo incomoda Serenth.- ¿sabes que le pasa a Luke? Ha estado muy raro.-Serenth es muy buena mujer, se preocupa mucho por sus "niños", como ella los solía llamar.
-no lo sé.-dije sin entrar en detalles mientras leía la pizarra que estaba a un costado del refrigerador, servía para no perder tanto el tiempo en ir a preguntar qué es lo que necesitan que cocine.
Estaba muy concentrada metida en mi mundo mientras metía al horno la cena que no noté cuando la pequeña Daesy apareció.
-¡Valerie!-me saludó eufórica.
-daesy.-le sonreí.- ¿Qué se te ofrece, pequeña?-le pregunté lo más alegre posible.
-es que... le pregunté a mamá, a Aleisha, a la tía Liz, y...y no me pueden contar un cuento.-dijo triste.-¿tu podrías...-no terminó la oración.
-claro, pequeña.-le sonreí amablemente.- solo espera un poco sentada ahí.-le señale el pupitre al cual ella fue a sentarse finamente con una sonrisa que abarcaba casi toda su pequeña cara.
Espere a que toda la comida estuviera en orden y mi trabajo estuviera bien hecho, para después quitarme el delantal e informarle a Daesy.
-listo, Daesy, vamos a tu habitación.-le sonreí de nuevo.
Subimos las grandes escaleras y recorrimos los pasillos hasta llegar a las habitaciones, y para mi mala suerte, la habitación donde dormía Daesy se encontraba justo después que la de Luke, pero eso no es lo malo, lo malo es que para llegar al dormitorio de Daesy hay que pasar por enfrente de la puerta de Luke la cual se encontraba abierta causando que me mirara, pero no le tomé la más mínima importancia.
-muy bien, linda, ¿Dónde se encuentran los cuentos?-le pregunté mientras ella se recostaba en su cama.
-ahí.-señalo una estantería en donde estaban todos los cuentos de Disney.
-¿Cuál quieres que te lea?-sonreí.
-el de la bella durmiente.-dijo emocionada.
-okay.-reí levente tomándolo entre mis manos y posicionándome en la cama junto a ella para leer el cuento mientras ella ve las imágenes.
-había una vez...-comencé a contar el ya tan contado cuento, y en el transcurso pude notar como Luke nos observaba desde la puerta, según él, estaba escondido, pero cualquiera podría distinguir su fleco de como quince centímetros.-...y vivieron felices para siempre. El fin.-Le sonreí cerrando el libro a la pequeña y hermosa niña.
-Valerie.- me llamó.
-¿sí?- pregunté mientras me levantaba a dejar el libro en su lugar.
-¿Por qué eso no pasa en la vida real?-preguntó inocente mientras yo me sentaba en la parte de la cama donde van los pies, pues ahí podía notar un poco más a Luke.
-¿Por qué lo dices?-fruncí el ceño.
-es que, mira, mamá una vez me dijo que todas las niñas somos princesas y merecemos a nuestro príncipe, pero si todas somos princesas y en los cuentos dice que las princesas viven felices con sus príncipes por siempre ¿Por qué Aleisha no tiene nunca un final feliz? Es decir, ¿por qué nos tienen que poner algo que no es real desde pequeñas? ¿Por qué no contar un cuento real?- la miré sorprendida y me reflejé en ella, pues yo a su edad pensaba lo mismo y lo sigo pensando.- ¿puedes contarme un cuento real, uno sin final feliz?-me pidió y asentí.
-había una vez, una princesa que no era como las demás princesas, ella era la princesa a la cual no notaban nunca los príncipes por su particular tristeza, hasta que llegó el príncipe de sus sueños, ese príncipe la notó.-sonreí melancólicamente y pude notar por el rabillo del ojo a Luke cada vez menos "escondido".- se hicieron novios, ella estaba terriblemente enamorada de él, de su sonrisa, de sus gestos, de sus ojos, de su manera de ser, e incluso, de sus imperfecciones; ella amaba sus defectos, sus tics, su manía de morderse los labios cuando estaba nervioso. Ella dedicó muchas horas en pensar en él, en soñarlo, en imaginarse historia tras historia en el que él era el protagonista, hasta que el mismo "príncipe" pateo su corazón como si de un balón se tratara, rompiéndolo en muchos pedazos.-miré por el rabillo del ojo, Luke estaba en medio de la puerta cabizbajo al notar que estaba contando nuestra historia.- la princesa se puso triste, de nuevo, pero prometió no volver a caer, ella arregló su corazón sola y nadie más lo volvería a romper. El fin.-miré a Daesy que me miraba con una sonrisa.
-esa clase de cuentos debería de tener, muchas gracias, Valerie.-me abrazo y yo reí.
-de nada, princesa.-reí.- me tengo que ir, tengo que hablar con Andrew.-le di un beso en la frente y me volteé dispuesta a irme, pues Luke mágicamente ya no estaba en la puerta.
-Valerie, ¿tío Luke y tú ya no se aman?-preguntó triste.
-es complicado.-le sonreí triste volteando.
-aleisha me dijo que ya no eran novios, yo no quiero que tu dejes de ser mi amiga...-murmuró.
-princesa, yo nunca dejare de ser tu amiga, no imp...-
-Daesy, no hables con las empleadas, niña.-la estúpida y chillante voz de Aleisha se hizo presente.
"¡arráncale las putas extensiones a esa rubia de bote!" Gritó mi conciencia, pero tengo que mantenerme al margen.
-ya me iba.-intente salir, pero Aleisha me detuvo en la entrada.
-qué bueno que ya entendiste que Luke es mío y nadie lo puede impedir.-sonrió como la puta loca que es.
Salí de ahí dispuesta a renunciar, ya, simplemente me afecta, no puedo, llevó solo dos horas y ya quiero matar a Aleisha y después llorar mientras como helado.
-Valerie.-Luke apareció justo cuando iba a bajar las escaleras y salir por la puerta que están enfrente.
-no, luke, hoy no.-me quejé forcejeando para salir de su persistente agarre.-tengo que renunciar.-murmuré creyendo que Luke no me había escuchado.
-sí, Valerie, hoy si.-me miro.-lo siento, ¿okay?, de verdad lo siento mucho, porque yo te amo más que a cualquier otra chica, yo te amo más que a nada, a veces pienso que te amo más que a mí.-rio burlonamente.- y eso me asusta, me asusta demasiado, porque nadie está acostumbrado a sentir nuevas cosas y...y no quiero perderte, lo digo enserio, no quiero escuchar de nadie más las cosas lindas que me dices.-su voz se quebró.- no... no qui-quiero...-se esforzaba por no llorar, mientras yo, me tragaba el nudo de mi garganta.- mierda.-murmuró.- no quiero que nadie más me haga escenas de celos, no quiero que nadie más me bese, simplemente no quiero a nadie que no seas tú, y me aterra el hecho de que no puedas perdonarme por un estúpido error de una noche en la cual yo no estaba consiente.-él ya estaba llorando y yo también.
-Luke, no sé qué sentir en ese momento, me rompiste como si de una de tus putas promesas se tratase...yo... lo siento.-comencé a caminar escaleras abajo derramado lagrimas desesperadamente.
Justo cuando iba a bajar el último escalón la puerta principal se abrió dejando ver a los señores Hemmings muy confundidos al verme llorar y salir desesperadamente de ahí murmurando un "lo siento".
ESTÁS LEYENDO
《I'm a Danger.》|L.H| ×editando×
Teen Fiction¿Ella? Ella es Alyson Rieckttel, una chica de 18 años. ¿Su historia? Sus padres se divorciaron cuando ella tenía 4 años, su madre se volvió a casar y su padre desapareció de la noción de la Tierra, pues ella ya no lo volvió a ver. Cuando ella tenía...