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Y aquí estoy, en este pequeño lugar de la playa de florida tan especial para mí y tan insignificantes para otros, aquí viví momentos hermosos con mi padre y hoy vengo por última vez en un muy largo tiempo, pues en pocas horas me iré a Sydney ¿el por qué? No lose realmente, mi vida está pasando por momentos muy difíciles y todo esto es como si fueran señales que me indican que me debería ir de una vez, primero el repentino odio de mi madre hacia mí, después el accidente con mi ahora ex novio y hermanastra y por ultimo mi recaída con las conductas suicidas, sí, todos estarían mejor sin mí.

Me voy sin previo aviso, nadie lo sabe ni mi familia o amigos, hoy me voy a Australia por tiempo indefinido, pues todo está marchando mal y lo mejor es que yo me valla de una vez por todas; tome un taxi y voy camino al aeropuerto tengo todo listo, las maletas las saque cuando mis padres no estaban así que no se han enterado y posiblemente no lo hagan ¿Dónde viviré? Bueno pues cuando mis abuelos murieron me heredaron un departamento lo suficiente grande como para 3 o 4 personas así que planeo rentar una habitación cuando llegue a Sydney.

Estoy en el aeropuerto de Florida, apunto de subir al avión, ya no hay vuelta atrás, ya no volveré y tendré una mejor vida en Australia o al menos eso espero.

-Pasajeros del vuelo 693 favor de abordar el avión-ese es mi vuelo, llego la hora.

Al instante en el que aborde el avión y me senté quede profundamente dormida, solo reaccione cuando una azafata me indico en donde recogería mi equipaje y por donde era la salida; tome un taxi e indique en al chófer la dirección del departamento que al parecer quedaba no tan lejos del centro de la ciudad, llegamos en menos de 10 minutos y quede sorprendida al ver el lindo y lujoso departamento que mi abuelo me heredo, le entregue el dinero y me despedí con un ¨gracias¨ a lo que el chico de unos 22 años me respondió con una sonrisa.

Entre al departamento y me dirigí a recepción para mostrar los papeles que confirmen que yo soy la dueña de aquel departamento.

-Buenas tardes.- saludé lo más amable posible a la recepcionista.

-buenas tardes.-me dijo malhumorada-¿se le ofrece algo?

-sí, soy la dueña del departamento 512.-me puse seria.

-¿512?-preguntó con emoción-¿usted es la nieta del Sr. Rieckttel?

-Emm, si ¿lo conoce?- pregunté confundida.

-claro que lo conozco, fue mi amigo desde que tu tenías tres años.-dijo contenta.

-¿Sra. Delanie?-quede sorprendida.

-así es, pequeña come galletas.-dijo con ternura-aún recuerdo cuando te subías a mi alacena para robar las galletas de Calum.

-siempre se daban cuenta-reí levemente al recordar ese suceso.

-¿y a que se debe tu visita aly?- volvió a preguntar curiosa.

Mierda, ¿ahora qué diría? Por lógica la verdad no, así que me tenía que inventar algo rápido.

-Pues vine a terminar mis estudios en Le Cordon Bleu.-traté de ocultar mi nerviosismo.

-¿entrarás a Le Cordon Bleu?-dijo sorprendida y emocionada a la vez.

-Pues a decir verdad no estoy segura-formé una mueca.

-¿Por qué?-preguntó morbosa.

-mañana por la mañana iré a tratar ese tema, hoy desempacaré todo.-dije viendo mis grandes maletas.

-oh, cierto, no te quito más tu tiempo, pequeña.-comenzó revisando su cajón-te daré tus llaves.-las sacó de el cajón y me las entregó.

-gracias.-dije cuando me entrego las llaves-adiós.-me despedí antes de retirarme.

Llegué al departamento 512 y al abrir la puerta me di cuenta de que estaba amueblado pero los muebles estaban cubiertos por sabanas, "¡genial! me ahorro mucho dinero mi abuelo" pensé.

Comencé quitando cada sabana de cada mueble del departamento y a decir verdad, que buen estilo el de mi abuelo; dure todo el día hasta las nueve de la noche acomodando el departamento pero había quedado muy bien. Tome una ducha de veinte minutos, me coloque la pijama que consistía en una camisa del equipo de footbal americano de florida y unos pequeños shorts y, finalmente, me fui a dormir.

[A la mañana siguiente.]

Me desperté por el horrible sonido de despertador, me levanté y tome una corta ducha, lavé mis dientes y fui a mi armario por la ropa que había escogido el día anterior; esta consistía en una blusa negra y encima mi camisa a cuadros rojos y negros que yo consideraba de la suerte, unos pantalones ajustados negros, mis converse negras y un gorro negro de lana. Miré la pantalla de mi celular y me di cuenta de que faltaban cuarenta minutos –perfecto-, tome mi maquillaje y me coloqué lo típico: base, delineador, rímel y labial rojo, me cepillé el cabello y corrí a la cocina –no literalmente-, pero di cuenta de que no había ido de compras así que no desayunaría y lo mejor era que me fuera para comprar algo en el camino; me dirigí a la puerta y metí en mi mochila las llaves, el celular y un poco de dinero.

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《I'm a Danger.》|L.H|  ×editando×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora