Cuando desperté el domingo por la mañana, todo parecía dar vueltas. Los recuerdos de la última noche estaban confusos en mi mente y se superponían unos con otros, impidiéndome pensar en ellos con claridad. Se me era imposible distinguir qué era cierto y qué no.
Había ido a la fiesta, había conocido a los hermanos de Rebekah. Klaus era un poquito egocéntrico, pero Elijah me invitó un trago e incluso charlamos un rato. Al parecer, me había divertido.
El problema era que no recordaba en absoluto haber llegado a casa, y mucho menos irme a dormir. Pero eso tuvo que suceder en algún momento, ya que allí estaba. Debí estar muy cansada, porque ni siquiera me desvestí. Lo último que recuerdo es terminar de hablar con Elijah y sentirme dispuesta a volver a casa. Entonces, me encontré a Klaus. Me hizo un par de preguntas que no lograba recordar y...
Y luego de eso, quién sabe qué sucedió. Mi vestido estaba arrugado luego de haber dormido con él, y mi cabello se encontraba en un estado completamente desastroso. Además, ¿dónde estaba mi collar? Hubiera podido jurar que lo traía puesto anoche. Me sentía un poco exhausta por una noche tan larga que apenas podía recordar, mis recuerdos de ella estaban completamente enmarañados, ilegibles.
Usé la puerta a un costado de mi habitación que daba a mi pequeño baño privado y coloqué las manos sobre el mesón para no perder el equilibrio. Me sentía débil. Era normal, de todas formas, pero a pesar de que me ocurría bastante seguido, nunca había logrado acostumbrarme. Mis padres aseguraron que no era nada de qué preocuparse, quizás a mi organismo solo le faltaba algo de alimento o un par de horas más de sueño.
Me despojé de la ropa y pasé un largo rato debajo de la regadera. Me sentía cansada, sí, pero a la vez había algo en la parte trasera de mi cuello que me molestaba cuando el agua caliente chocaba contra él. Una extraña sensación de ardor y picor. Probablemente me habían picado algunos mosquitos, o me había lastimado con quién sabe qué cosa.
En el estado de Luisiana, el clima era siempre cálido. Las cuatro estaciones del año; algunas más que otras, claro. Allí, la temperatura rara vez se encontraba por debajo de los 20 grados centígrados. Ahora nos encontrábamos a mitades de mayo, pero no era un día demasiado caluroso. El verano apenas estaba comenzando.
Me coloqué un vestido beige de tiras finitas a mitad de muslo, con pequeñas flores en azul y blanco junto con mis keds blancas. Era un atuendo demasiado sencillo, pero mi clóset se basaba más que nada en ropa de ese estilo. Me gustaban los colores pastel y los vestidos, odiaba los tacones y, mientras más sencilla luciera, mejor.
En la cocina, mi padre estaba controlando que el pollo no se queme mientras mi madre cogía una cuchara de madera y probaba la salsa blanca directamente de la olla, agregando diferentes tipos de condimentos en ella.
Permanecí algo escondida detrás de la puerta algunos segundos, pensando en lo mucho que ellos significaban para mi. Nunca fui de esas adolescentes con muchos amigos, y ellos eran los únicos familiares que tenía. En pocas palabras, aquello significaba que ellos eran mi vida. A pesar de que se pasen, sin exagerar, todo el día de todos los días trabajando y casi no logre verlos, no los cambiaría por nadie. Y estaba segura de que, a pesar de que yo distaba mucho de ser perfecta, ellos me amaban tal como era.
—¿Piensas pasar el día allí o vas a venir a ayudar a tus padres? —preguntó mi padre, girándose hacia mí con una gran sonrisa.
—¡Hasta que te levantas, dormilona! Creímos que deberíamos ir a despertarte.
—Lo siento, estaba cansada. ¿Qué hora es?
—¡Casi mediodía! ¿Tienes hambre? Tu padre y yo haremos el Pollo de Bienvenida a Nueva Orleans más delicioso que alguna vez hayas probado.
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Milènium | The Originals [Klaus/Elijah]
FanfictionAnnie Ronhood no es más que una adolescente normal y aburrida que se mudó a Nueva Orleans junto a su familia... Hasta que lo hizo, y descubre que es mucho más de lo que ella pensaba, y que su pasado está completamente distorsionado por las constante...