Capítulo 10

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Aquel lugar se sumió en oscuridad, dejándome sujeta a la nada durante algunos segundos. Entonces, todo recobró su forma; volví al presente, poco a poco las cosas retomaban su lugar.

Klaus estaba sentado en el asiento del conductor, volteado hacia mí. Sus manos aún sostenían las mías; cuando abrí los ojos y él se cercioró de que había vuelto a la realidad, las alejó.

-Eso fue extraño-murmuré, aún algo asombrada ante la forma en que me había hecho viajar entre sus recuerdos, me había hecho observarlos de forma tan vívida-¿Cómo lo lograste?

-Los vampiros tenemos cierto poder sobre la mente; pasé años perfeccionando algunas técnicas-respondió, encogiéndose de hombros.

-Entonces salvaste a su hijo, ¿no? Por eso Mary-Doo te debe un favor-dije, no muy segura de haber entendido por completo lo sucedido.

-Podría decirse que sí. Por supuesto, ella no sabe que yo fui quien lo mordió.-Sonrió, como si atacar contra la vida de otra persona fuera un hobby de lo más entretenido.

-Cierto-asentí, intentando recordar por completo los flashbacks en los que Klaus me había metido.-El Híbrido Original y eso.

Me dedico una pequeña sonrisa pícara ante la forma despectiva en que me referí a su especie, como si nadie más hubiera tenido el valor de hacerlo. Lo entendía; después de todo, Klaus podía ser bastante intimidante si así lo deseaba.

Hasta ahora todo iba bien, pero el viaje apenas comenzaba. Habíamos dejado Nueva Orleans por la madrugada, y ahora debían ser eso de las 5 p.m. Para mi desgracia, Bastrop estaba en el otro extremo del Estado de Luisiana.

-Fue muy bonito de tu parte salvar al hijo de esa mujer-dije, por lo bajo.

-Yo mismo lo mordí-me recordó, frunciendo el ceño ante mi estúpido comentario.

-Lo sé, aún así... Podías simplemente dejarlo morir, pero no no lo hiciste.

La mordida de Hombre Lobo es mortal para los Vampiros, y la sangre de Klaus es el único antídoto.

Bueno, al menos eso había entendido.

-Siempre es bueno tener una bruja bajo la manga.

-Supongo...-Me encogí de hombros, restándole importancia al asunto que tanto parecía incomodarlo.

Se aclaró la garganta, aguardó unos segundos, y preguntó:

-Ahora que ya has hecho todas las preguntas habidas y por haber sobre mis mil años de vida, ¿podemos continuar?

Observé por la ventanilla una última vez antes de asentir. Klaus colocó el vehículo en movimiento, y nos alejamos del pequeño claro, volviendo a la Carretera Fantasma, como le había apodado recientemente.

-¿Tu cinturón está bien abrochado, pequeña?-preguntó. El auto iba a una velocidad que no me hacía sentir segura en absoluto, pero había pasado gran parte del día discutiendo con Klaus al respecto, y no parecía dispuesto a cumplir mis deseos.-Será un laaargo viaje.

Un par de horas más tarde, cuando el sol se había ocultado y el vehículo seguía su camino por la carretera, llegué a la conclusión de que estaba en todo mi derecho de sentirme mal.

Mi última comida había sido al amanecer, antes de dejar Nueva Orleans, y no había pegado un ojo en casi dos días; mi último descanso había sido en casa de los Mikaelson, luego de que Klaus me drogara.

Milènium | The Originals [Klaus/Elijah]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora